Juanma Moreno cree que lo peor ya ha pasado. El miércoles ocho, comparecía a última hora de la tarde para anunciar la dimisión de su consejera de Salud, Rocío Hernández, por el caso de los cribados de cáncer de mama. En la calle, la presión social aumentaba para que diera ese paso. También internamente se reclamaba un golpe en la mesa. “Está dañando a su imagen de buen gestor”, se escuchaba en los pasillos del Congreso de los Diputados. “En España nadie dimite, aquí somos distintos”, se reivindicó el barón andaluz.
En paralelo, su equipo encargaba una encuesta flash -un estudio demoscópico de poca muestra- para testar el impacto de la crisis en los andaluces. El temor en el PP a que esta cuestión haga tambalear la mayoría absoluta a pocos meses de las elecciones iba en aumento. Pero, de momento, Moreno retiene esa mayoría, según se desprende de los datos de ese sondeo.
La encuesta se elaboró durante la pasada semana y la conclusión principal es que, de celebrarse elecciones en Andalucía mañana, el PP mantendría la mayoría absoluta, aunque esta se vería mermada. Ese mismo estudio sí recoge un aumento tanto del PSOE como de Vox, aunque las fuentes consultadas en el Ejecutivo autonómico lo califican de leve. La formación de Santiago Abascal está luchando por tres escaños decisivos en Málaga, Jaén y Almería, informa Ángela Vera.
La estrategia de Moreno
Moreno buscará recomponer la imagen de gestión de su Ejecutivo al tiempo que intentará cerrar el paso a María Jesús Montero, según sus colaboradores. En un primer momento, el presidente andaluz creyó que con hacerse con las riendas de la crisis y pedir perdón podría capear la crisis de los cribados. “Aguantaremos el chaparrón”, afirmaban en San Telmo cuando se destapó el caso. “La consejera no va a caer, es una gran gestora pero tiene pocas dotes en comunicación”, se defendía a Hernández. Un error de cálculo, admiten en el Gobierno autonómico, que ahora creen resuelto.
Los ceses no han concluido, según ha trasladado Moreno, que asegura que escuchará a las afectadas. Su equipo afirma que el problema esencial ha sido de comunicación, aunque se harán auditorías y se revisarán los protocolos. Se creará una comisión de seguimiento “con radiólogos, oncólogos y entidades de lucha contra el cáncer”, explican desde la consejería, que de manera temporal está ya en las manos de un veterano político, Antonio Sanz.
“Mucha gestión y reforzar tanto los equipos como las estrategias”, resumen en el entorno directo de Moreno, de cara al trabajo que realizarán en las próximas semanas.
Lo que no cambiará es la estrategia con respecto a Montero, la candidata socialista, muy desdibujada durante esta crisis. En el PP están convencidos de que su gran hándicap es ser la número dos de Pedro Sánchez, tanto en el Gobierno como en el PSOE. “Es una losa demasiado pesada, la animadversión que genera es enorme, solo basta con preguntar en la calle”, traducen un alcalde popular, en conversación informal con este periódico.
“Sánchez necesita a los independentistas catalanes para sobrevivir y Montero ha sido clave en sus privilegios”, es el resumen que hacen en el PP. Además, también interpretan que “la corrupción del PSOE” le pasará factura como número dos que es del partido. A priori, la vicepresidenta tiene previsto aguantar en el Consejo de Ministros hasta que prácticamente dé inicio la campaña.
En este sentido, en San Telmo niegan que se esté sopesando un adelanto electoral, y menos tras la crisis vivida. Según ha podido saber Artículo14, el presidente andaluz mantuvo una conversación con Alberto Núñez Feijóo al respecto, y en ella le dijo que convocará las elecciones en la primavera de 2026 salvo que Pedro Sánchez apriete el botón rojo de las generales.
Algunas voces del PP, incluidas de la dirección nacional, apuntan a que Moreno sopesaba convocar justo después de las Navidades. “Pese a lo que ha ocurrido con la consejera de Salud, lo mejor es cuanto antes, Vox está muy fuerte”, en palabras de un destacado dirigente regional. Pero el entorno de Moreno insiste: “Las elecciones serán cuando corresponden”. El objetivo ahora pasa por superar la que ya interpretan como la crisis más aguda desde que el PP se hizo con las riendas de la Junta de Andalucía.