Reunión en Bruselas

Illa no despeja el terreno a Sánchez tras su cita con Puigdemont

Los independentistas prevén mantener las distancias con el PSOE a pesar de la aproximación política llevada a cabo por el presidente de la Generalitat

El presidente catalán, Salvador Illa (izda), y el expresidente y líder de Junts, Carles Puigdemont, en su reunión en Bruselas
EFE

Salvador Illa se marcha de Bruselas con las manos vacías tras entrevistarse durante una hora y media con Carles Puigdemont. “No ha cambiado nada”, aseguraron a Artículo14 fuentes soberanistas para resumir una cita sobre todo fotográfica que, al menos de momento, no augura un cambio estratégico de Junts respecto a los socialistas. Importó más el cómo que el qué, significó más el dónde que el porqué.

El presidente catalán pretendía abrir una nueva etapa con Junts ofreciendo su reconocimiento institucional al huido Puigdemont con una reunión oficial en la delegación de la Generalitat en Bruselas, pero los soberanistas se resistieron a dar cuerda a Illa. Insisten, en cualquier oportunidad, que el president no es más que un dirigente que sigue “las instrucciones” de Pedro Sánchez para facilitar soluciones a su fragilidad en el Congreso y, por tanto, no hay mucho más que intercambiar con él que la cortesía.

“Esta tarde he sido recibido por el president Salvador Illa en la delegación de la Generalitat ante la Unión Europea. Le agradezco la amabilidad y la conversación“, dijo Puigdemont desde sus redes al término de una cita sin posibilidad de preguntas para los periodistas. Hecho el cumplido, el líder de Junts dijo lo que verdaderamente quería decir: “En situación de normalidad democrática, esta reunión habría tenido que producirse hace muchos meses y no en Bruselas sino en el Palau de la Generalitat, en la capital de Cataluña. Hoy volvió a quedar claro que no vivimos en situación de normalidad“.

Salvador Illa y Carles Puigdemont, ayer, martes, en la delegación de la Generalitat en Bruselas EFE/EPA/OLIVIER MATTHYS

Resistir hasta 2026

Puigdemont se olía el recado que traía Illa bajo el brazo. El Gobierno lleva dos años sin presentar un proyecto de Presupuestos Generales del Estado y Sánchez ha dado la orden de hacerlo este otoño a pesar de las derrotas parlamentarias que acumula el PSOE en los últimos tiempos.

Sánchez está determinado a resistir hasta diciembre de 2026 en Moncloa y, para eso, considera básico sacar adelante los presupuestos del año que viene. Prefiere no vencerse a pesar del escepticismo con el que se manifiestan los integrantes del llamado bloque de investidura; ni PNV ni Junts parecen estar por la labor de mover una hoja, lo cual deja sin significado la disposición de ERC y Bildu.

Junts, sin ganancias

Pero los socialistas dicen sentirse con energía para enderezar las negociaciones e Illa, fiel amigo de Sánchez, va a persistir en el intento de convencer a Junts de que no hay mejor opción que mantener a flote al Gobierno. El problema es que los independentistas no ven la ganancia: ni el catalán consigue la oficialidad en las instituciones europeas, ni la amnistía se aplica a Puigdemont, ni los casos de corrupción que afectan al PSOE están en un cajón. Todos los caminos llevan a Junts a mantenerse de brazos cruzados a la espera de ver cómo evolucionan estos tres asuntos.

Entretanto, Puigdemont se llevó una foto gratis en Bruselas que no deja de ser una rehabilitación política y esperará concreciones sobre la foto que verdaderamente quiere: la que muestre a Sánchez alejado de las fronteras españolas en busca del apoyo del líder al que pretendía apresar hace unos años y hoy manda a saludar.