Montero y Maíllo comparten foto en el momento clave para la izquierda en Andalucía

Junio y septiembre son meses marcados en rojo en el calendario de IU para explorar la unidad con Podemos y el resto de partidos del espacio. Maíllo anticipa movilizaciones contra el rearme ya en junio, y tratará de liderar el movimiento por la paz

A veces una imagen vale mucho más que mil palabras. La foto que Irene Montero (Podemos) y Antonio Maíllo (IU) se harán el próximo miércoles, en un acto de homenaje al fallecido exlíder de IU Julio Anguita, tiene detrás mucha menos liturgia de la que se podría esperar ante una imagen tan simbólica. Pero eso no la exime de todo su valor, teniendo en cuenta que una parte de la izquierda alternativa anhela el deshielo de las relaciones entre los bloques de Sumar y los morados.

Desde su salida unilateral del grupo Sumar en el Congreso de los Diputados, sus puentes con las fuerzas integradas en la alianza de Yolanda Díaz se han visto seriamente afectados. La eurodiputada y el coordinador federal de IU coinciden en mismo escenario en un momento clave para su espacio político en Andalucía, aunque tanto en IU como en Podemos han restado importancia a esta cita. Recuerdan que también participarán un representante de ERC y otro de EH Bildu, y enfatizan que el exlíder de Izquierda Unida fue un referente para todo el espacio político, por lo que tiene sentido rendirle homenaje.

Ninguna de estas razones basta para obviar que coincidirán el miércoles en Córdoba, en el acto organizado por el colectivo Prometeo (un foro creado por el propio Anguita). Y que lo harán a escasas semanas de uno de los primeros hitos de su espacio político de cara a las próximas elecciones andaluzas.

Distintas organizaciones llamadas a esta unión recuerdan que primero en octubre de 2024, y después en abril de este año, el Partido Comunista de Andalucía (PCA) les remitió una propuesta con una fórmula concreta para intentar alcanzar un acuerdo que permita reeditar la coalición “Por Andalucía”. Es, junto con el grupo que lidera Irene de Miguel en Extremadura, uno de los dos únicos reductos de poder parlamentario compartido (Podemos-IU). Y, a juicio de Izquierda Unida o de Movimiento Sumar, no tendría justificación no revalidar esta unión, conocidos los estragos que causará la ley electoral si concurren por separado.

Según el calendario planteado, el plazo para establecer los mimbres del acuerdo expira a finales de junio, para poder celebrar primarias en septiembre. La receta en cuestión, plasmada en un documento adelantado por Público, pasa por intentar acordar un candidato y una lista de forma consensuada. Incorpora además un ‘plan b’, que consistiría en celebrar primarias con un censo -piedra angular de cualquier proceso de primarias- completamente nuevo, desvinculado de los carnets de partido, si no se produce el más que difícil acuerdo.

El primer problema es que, en función de a qué organización se pregunta, el diagnóstico es radicalmente distinto: en Movimiento Sumar hay voces que se declaran “optimistas”, y otras que incluso apuntan a que el pacto está “prácticamente cerrado”. Algunas se limitan a repetir que confían en reeditarlo (alguna de las voces de IU a nivel federal), y otras directamente niegan haber sido contactadas siquiera (Podemos).

“No tenemos constancia de que el pacto esté ya hecho. De ser así, sería sólo entre algunos partidos”, abundan desde Verdes Equo. “Creemos que es muy necesario empezar a abrir ese debate de manera participativa, consensuada y multilateral”, apostillan. “Con Podemos no se ha puesto nadie en contacto”; “No hay ningún pacto cerca”, aseguran fuentes de la dirección morada.

No está en duda la voluntad de entendimiento de IU ni la de Movimiento Sumar. Adelante Andalucía, la formación que fundó Teresa Rodríguez (exdirigente de Podemos) ya ha optado por marcar su propio rumbo. La incógnita por despejar es qué senda escogerá la dirección morada de Raquel Martínez.

El botón nuclear de Belarra y el “ridículo” como precedente

La dirección federal de IU y la cúpula socialista andaluza comparten algunas premisas sobre la próxima cita con las urnas: Interpretan que, si el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, detecta indicios de que la candidata del PSA, María Jesús Montero, levanta el vuelo demoscópico y hace peligrar su mayoría absoluta, pulsará el botón del pánico y adelantará las elecciones. En caso contrario, esperará hasta primeros de 2026, sostienen.

El PSOE vende que el efecto Montero ya se deja notar, el PP apunta a que sus sondeos reflejan lo contrario, y el conjunto de encuestas no señala hoy una erosión de la figura de Moreno Bonilla que pueda poner en alerta al presidente de la Junta. La izquierda alternativa cuenta con varios meses por delante, pero los aliados de Sumar saben que todos los partidos ya han elegido a sus candidatos, que ya trabajan para darlos a conocer en la que es la comunidad autónoma más grande del país, y que no poder hacer lo propio supone una clara desventaja.

También asumen que hay un segundo botón nuclear que puede llevarse por el sumidero todos sus esfuerzos por la unidad. Podemos se configuró como un partido fuertemente jerárquico y centralista: sus ‘filiales’ territoriales no pueden firmar sus propias alianzas electorales. Así que la dirección de Irene Montero e Ione Belarra tiene en su mano dinamitar el futurible acuerdo andaluz desde Madrid.

Hay más variables a tener en cuenta: en Andalucía se invierte la ya desfasada correlación de fuerzas que se visibiliza en la dirección del grupo parlamentario Sumar: en esta región, IU, y en particular el PCE, es el ‘hermano mayor’ en lo que a fuerza territorial y representación institucional se refiere. En Madrid, es Díaz -pese a que no dirige su partido, que tampoco tiene implantación- quien marca la línea política general. En Andalucía, Izquierda Unida tiene una posición de fuerza frente al resto de actores del espacio.

Es, junto con Castilla-La Mancha, la primera cita con las urnas del nuevo ciclo político, y las heridas que se abrieron en esta región en la anterior convocatoria aún no se han cerrado. De hecho, desde la dirección federal reclaman evitar un nuevo “ridículo” en lo que se refiere a la conformación de la candidatura de unidad. En 2022, las prisas y los errores se evidenciaron con Podemos llegando tarde a inscribirse en la coalición, y las pugnas internas sobre quién debía liderar fueron más que aireadas. La consigna hoy es buscar la unidad y salir a lograr un buen resultado, pero también hacerlo sin nutrir la hemeroteca de nuevos capítulos sonrojantes.

El movimiento por la paz, otro camino en el que podrían encontrarse Montero y Maíllo

Hay otro camino en el que pueden coincidir Montero y Maíllo: las movilizaciones que impulsan sus respectivas organizaciones contra el rearme europeo y el incremento del gasto en defensa. A favor de una agenda política que sitúe el rechazo a la guerra en su centro. El viernes, el coordinador federal de IU presentó en el Congreso de los Diputados su propia hoja de ruta en esta materia. Aspira a “ganar” un debate que está muy lejos de cerrarse, y que sabe más que viciado.

Su intención es debatir este rumbo con el resto de partidos de Sumar, pero también con el PSOE y el resto de formaciones con representación parlamentaria. Les irrita la “contradicción” en la que incurre Pedro Sánchez al “apoyar” en esta materia las estrategias de gobiernos como el de la ultraderechista Giorgia Meloni (primera ministra italiana), a la que a su vez “dice combatir” políticamente.

Junio es un mes importante porque ya hay prevista una primera manifestación en Madrid el día 7, pero además se celebrará una suerte de “contracumbre” de la OTAN en la capital, coincidiendo con la cita de la Alianza Atlántica en La Haya.

Para una organización como IU, nacida al calor de las movilizaciones contra la OTAN hace ya 39 años, defender estas posiciones es absolutamente irrenunciable. Consideran que la hoja de ruta impuesta por Sánchez no les ata, toda vez que estos escenarios no se abordaron en la redacción del acuerdo de coalición. Y esperan que el presidente recapacite junto con otros países de la UE y en junio apueste por la “autonomía estratégica” de la UE, en lugar de “alimentar al monstruo” de la OTAN incrementando aún más el gasto en defensa y seguridad.

Montero, que vende a Podemos como la verdadera izquierda útil, la única que rechaza mostrarse “dócil” ante el PSOE, aspira a liderar un frente pacifista apelando a las mismas banderas que IU lleva capitalizando casi cuatro décadas. Hay voces en IU que señalan cómo la exministra de Igualdad se presenta como la guardiana de la paz, pero a la vez tiende a hacer uso del “lanzallamas” dialéctico contra ellos y contra otras organizaciones del espacio. Y con demasiada frecuencia, apuntan.