DESDE GÉNOVA 13

Los pactos con Junts abren frentes a Feijóo dentro y fuera del PP

Preocupación en las filas populares a que la “incomprensión” de los votantes beneficie a Vox. Ayuso y el PPC lideran la oposición al giro de Génova con Puigdemont

Isabel Díaz Ayuso observa a Alberto Núñez Feijóo durante la reunión de la Junta Directiva Nacional del partido en Madrid este lunes. EFE/ Javier Lizón

Hay coqueteos tremendamente peligrosos. Que parecen inofensivos pero que pueden terminar siendo una complicación. También en política. Así, Alberto Núñez Feijóo ha optado por tender puentes hacia el partido de Carles Puigdemont como un posible aliado coyuntural. El simple esbozo de una alianza alternativa en el Congreso de los Diputados a la “mayoría de investidura” con la votación conjunta entre el PP, Junts, Vox y PNV para rechazar el impuesto a las energéticas ha encendido algunas luces rojas dentro del Partido Popular. Alertas, no por la votación en sí, ni por las que puedan repetirse siempre dentro de la esfera económica, sino ante un hipotético acercamiento a Junts de cara al futuro.

Porque esa votación en la Cámara Baja no ha sido el único gesto con Junts. La semana pasada, los de Puigdemont pactaron enmiendas menores con el PP en el Senado para presionar al Gobierno con el paquete fiscal. Junts logró así el apoyo de los de Feijóo en la Cámara Alta. Dentro de la cúpula del PP definen estas decisiones como un “acercamiento pragmático”: “En Junts son independentistas, pero de derechas. Es pragmatismo absoluto. Al final es un partido conservador y hay similitudes programáticas en materia fiscal y económica con el PP”, explican desde la sede de Génova 13. Acotan, eso sí, las similitudes únicamente en materia económica.

Temor por los votantes

La realidad es que existen sectores del partido que recelan de esta estrategia. Que temen que sea errática y que termine teniendo coste político: “El PP no puede llamar prófugo un día a Puigdemont y otro día querer entenderse con él. No podemos pasar de hacer manifestaciones contra la amnistía cada fin de semana a esto”, reflexiona un dirigente popular. “Es un disparate acercarse a Junts”, critican en las filas. Tampoco ha gustado a todos los territorios que, en las últimas semanas, el líder del Partido Popular haya llegado incluso a destacar la “coherencia” de Junts y las similitudes que existen entre ambos partidos en cuestiones fiscales.

Además, existe temor en estructuras territoriales del PP a que los votantes no lo comprendan: “Cualquier movimiento en falso podría alienar a una parte importante de nuestra base electoral y fortalecer a Vox como la opción conservadora más coherente”, explica un barón autonómico. Así, la situación es compleja para Feijóo. Los votantes podrían penalizar al PP si no entienden o no comparten la estrategia, sin embargo, renunciar al diálogo con Junts podría cerrar puertas clave en el Congreso, complicando aún más la gobernabilidad nacional.

Lo cierto es que el debate dentro del PP es intenso. Un sector apuesta por una línea dura, próxima a la postura de los de Santiago Abascal y de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, mientras que otro sector entiende el diálogo con formaciones como Junts como una oportunidad para poder “ampliar la influencia” de los populares en un Congreso con el hemiciclo totalmente fragmentado y evidenciar la debilidad del Ejecutivo de Sánchez.

Ayuso y Fernández, en contra

Precisamente fueron los de Abascal los primeros en reaccionar tras la votación contra el impuesto a las energéticas en el Congreso. Vox -prácticamente el único socio parlamentario real del PP- reaccionó sin titubeos: “Junts es un partido liderado por un prófugo de la Justicia. Un partido golpista que odia a España. Que desprecia las instituciones, que injuria al Rey. Un partido que tiene en sus filas a malversadores, corruptos y condenados por sedición”, criticaron tras materializarse el guiño de Feijóo a los independentistas.

Por su parte, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, siempre se ha mostrado reacia a cualquier tipo de contacto con los de Puigdemont. Tras la Conferencia de Presidentes -celebrada el pasado 13 de diciembre- Ayuso fue preguntada por los contactos del PP con Junts: “Afortunadamente no me tengo que ver en ese debate. Ya he dicho en algunas ocasiones lo que pienso de los independentistas… Pero no me corresponde hablar con ellos así que mi opinión no cuenta, me parezca bien o mal”, respondió la presidenta. Su lenguaje corporal mostraba una incomodidad que reconoció en privado.

En Cataluña, el líder del PPC, Alejandro Fernández ha reiterado el aviso a Feijóo del peligro que supone acercarse a Puigdemont: ¿Alguien cree que Puigdemont pediría al PP algo distinto que a Sánchez? Él dirigente catalán señalaba que más allá de la votación conjunta (apoyo puntual) para bajar algún impuesto, en lo que se mostró a favor, advertía de que la “humillación” a la que Carles Puigdemont quiere someter a Pedro Sánchez será exigida de igual manera al PP: “Pero nosotros ni queremos, ni podemos, ni lo haremos jamás, y jamás es jamás”, sentenciaba Fernández.

A su vez, distintos líderes territoriales del PP, señalan que no se debe confundir Junts con lo que, en su día, fue Convergència: “El electorado popular no entendería un acercamiento de mayor calado a Junts, sobre todo después de lo que está suponiendo para Pedro Sánchez. El PP debe mirar hacia el futuro con un proyecto de gobernación en el que en ningún caso se puedan presentar como dependientes a futuro del independentismo catalán”, explica un miembro del Comité Ejecutivo Nacional del PP.

Cuestión de confianza

El mismo día de la Conferencia de Presidentes, el líder andaluz, Juanma Moreno realizó unas declaraciones que fueron de las más llamativas de esa jornada: “Soy de los que piensa que Junts es una fuerza política democrática que defiende, bajo mi punto de vista, un objetivo, una quimera y un disparate, como es un proceso de separación de España, con el que no estoy en absoluto de acuerdo, pero es democrático y, por tanto, como es democrático y hay ciudadanos que le votan, hay que tener relaciones institucionales con ellos”, manifestó el presidente andaluz. Horas más tarde, repreguntado por sus propias declaraciones, dijo: “Junts está en una ribera del río y nosotros (el PP) en otra. Junts quiere la ruptura de España y nosotros no. ¿Eso significa no saludar ni mirarles? No. Debemos hablar. Otra cosa es que nos entendamos y eso es más difícil”, respondió Juanma Moreno ante los medios.

Esas declaraciones tuvieron reacción inmediata de Abascal: “El del PNV andaluz blanqueando a los golpistas. El PP tiene que dejar de estafar a sus votantes”, un dardo del líder de VOX directo a Moreno Bonilla.

En estos momentos, como se ha señalado públicamente, Feijóo no prevé la presentación de una moción de censura al entender que no contaría con el respaldo necesario para ganarla. No dan los números. El próximo debate se librará en torno a la presentación de la proposición no de ley impulsada por Junts para que Pedro Sánchez se someta a una moción de confianza, que, previsiblemente, recibirá el respaldo del PP.

En la última semana -tras los acuerdos de Feijóo con Junts y en el marco de la negociación de los Presupuestos Generales del Estado- Sánchez se ha mostrado abierto a “una foto” con Puigdemont. Un gesto para el que no ha puesto fecha. El líder de Junts respondió a Sánchez en Nochebuena diciendo que no confiaba en él. Puigdemont reclama foco. El tema es que nadie se abrase al ponérselo.