Pedro Sánchez llegó al final del curso político casi sin capacidad de defensa, asediado por los escándalos. Y ha irrumpido en el nuevo curso a la ofensiva, situando Palestina como eje fundamental de la política nacional, y aferrándose a esta causa para retratar a la oposición. En el centro de la diana de sus ataques no está Alberto Núñez Feijóo, como reconocen en sus filas, sino la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
El lunes, el presidente del Gobierno y líder socialista expuso ante los grupos parlamentarios del PSOE en el Congreso, el Senado y la Eurocámara, las claves de la acción de Gobierno que desplegará en los próximos meses, así como las líneas maestras de actuación en un parlamento más que fraccionado. En el que apenas ha podido aprobar 43 leyes en más de dos años, frente a las más de 200 normas llevadas al BOE en algo más de tres años y medio en la anterior legislatura.
Desde Moncloa insisten en que la mejor carta de presentación para el próximo ciclo electoral es vender su acción, pero también asumen que hay que movilizar al electorado de izquierdas, al que las encuestas retratan muy alejado de los partidos del Ejecutivo.
Con la denuncia del “genocidio” de Israel en la Franja de Gaza, y la oposición al régimen de Benjamin Netanyahu, al que reclaman dejar fuera de las competiciones deportivas internacionales, en el equipo del presidente creen haber encontrado una bandera a la que Sánchez puede aferrarse. Lo ha hecho desde hace casi año y medio, al promover el reconocimiento del Estado palestino, pero desde la última batería de medidas y muy particularmente desde las protestas del domingo, han abierto una nueva fase.
Sánchez puede hacerse con esta bandera, como afirman en Moncloa y como reconoció él mismo el lunes, porque creen contar con el apoyo mayoritario de la sociedad española, tanto de izquierdas como de derechas. Porque les garantiza repercusión a nivel internacional y foco a nivel nacional; porque es un terreno por el que difícilmente pueden atacarle las formaciones de izquierdas, con Podemos a la cabeza, que siempre le exigen dar muchos más pasos. Y porque entienden que es un terreno incómodo para el Partido Popular.
“No puedes estar todo el día a la contra”, critican fuentes de Ferraz al partido de Feijóo. El domingo, cuando se produjeron las protestas –con algunos incidentes violentos– que desencadenaron en la suspensión del último tramo de La Vuelta Ciclista a España, en el PSOE asistieron al desfile de declaraciones de dirigentes del principal partido de la oposición que cargaban contra el Ejecutivo. Y que les responsabilizaban de los episodios de violencia.
Leen en las manifestaciones de apoyo a los palestinos una reacción social que irá a más. Y asumen que las muertes de niños por no dejar entrar ayuda comida en la Franja, los casi dos millones de desplazados o las imágenes de hospitales bombardeados no desaparecerán fácilmente del imaginario colectivo.
Sostienen que cualquier escenario en el que no se condene frontalmente la destrucción generada por Israel, o que utilice “eufemismos” como el comunicado hecho público por Feijóo el domingo, demuestran “torpeza”. “Tampoco comparto la respuesta que está dando el Gobierno de Israel a los atentados terroristas que han padecido”, reza el escrito del presidente del PP que hoy critican los socialistas. El uso de la palabra “respuesta” para referirse a lo que ellos llaman “genocidio” les resulta indignante.

Insisten: mientras las tropas de Netanyahu sigan asolando la Franja, estas imágenes seguirán inundando los telediarios, llegando a las casas de los españoles. Y quienes no se hayan posicionado claramente ante este horror sufrirán desgaste, porque se verán presentados como “blanqueadores” de Israel, siempre según su lectura. “Allá ellos”, abundan fuentes del PSOE.
“El debate que se ha abierto en Madrid debería llegar a todos los rincones del mundo”, afirmó el presidente ante los suyos. Y están convencidos de que es posible que el momento de que la expansión de este debate haya llegado.
Madrid convertida en Sarajevo, según Ayuso
Pero, además, en las declaraciones cruzadas en el PP, y particularmente en las de la presidenta de la Comunidad de Madrid, aprecian una oportunidad de desgastar a Feijóo. Ayuso ha llegado a comparar las escenas de lanzamiento de vallas en Madrid con el asedio de Sarajevo durante la desintegración de la antigua Yugoslavia (1992-1996), que dejó más de 10.000 civiles muertos.
Y la presidenta madrileña es, en opinión del PSOE, quien “lidera la posición del PP” en esta materia. “Si quieres confrontar con ellos, tienes que confrontar con Ayuso”, argumentan. “Quien lleva la voz cantante es Ayuso”, apostillan. Quieren usar las declaraciones de la presidenta de Madrid para retratar a Feijóo como un político “sin liderazgo”, “que no aporta nada”.
Además, Sánchez ha usado los frentes judiciales que tiene abiertos el novio de la presidenta, Alberto González Amador, para entrar en el cuerpo a cuerpo, ante sus diputados y senadores, obviando por completo a Feijóo. De hecho, el presidente destacó que González Amador multiplicó “por siete” sus ingresos en un año, después de afirmar que algunas comunidades del PP utilizan el dinero destinado a los servicios públicos “para beneficiar a unos pocos privilegiados”.
En Ferraz asumen que Ayuso acostumbra a buscar el choque con el Gobierno central, a confrontar con Sánchez, al que a menudo contraprograma en sus citas de mayor enjundia. Y esta vez fue el presidente quien aludió al presunto fraude fiscal de su pareja sin que hubiera alusiones previas que le sirvieran de excusa. Ayuso, como el alcalde de Madrid, José Luís Martínez Almeida, han anunciado que estudian denunciar al Ejecutivo por su discurso alentando las protestas.
El choque con la baronesa popular, los esfuerzos por alentar las movilizaciones en favor de los palestinos, o la apuesta por la agenda internacional -recibe al canciller alemán, Friedrich Merz, el jueves-, son algunas de sus bazas para este curso. Y en Moncloa reconocen que se esforzarán por marcar la agenda semana a semana, para intentar acotar los marcos discursivos y restar foco a los frentes abiertos.

Díaz busca su espacio
Con la excepción de Podemos, que critica al Ministerio del Interior por las cargas del operativo policial en La Vuelta, las formaciones de izquierdas avalan la hoja de ruta de Sánchez con Israel. Para desmarcarse, el socio minoritario del Ejecutivo, Sumar, ha enviado una carta a la Comisión Europea para reclamar la exclusión de Israel de Eurovisión.
En rueda de prensa, la coordinadora de Movimiento Sumar, Lara Hernández, también ha anunciado una recogida de firmas para excluir al régimen de Netanyahu del espectáculo musical más seguido del mundo. También consideró que las nuevas medidas sobre vivienda anunciadas por el presidente son un “brindis al sol”.
En cualquier caso, el discurso de Sánchez deja poco margen a la formación de Yolanda Díaz para diferenciarse. Las últimas medidas anunciadas por el presidente, hace una semana, incluyen iniciativas reclamadas por Sumar. Los de Díaz siguen pidiendo la ruptura de relaciones diplomáticas con Israel, pero José Manuel Albares, ministro de Exteriores, ha dado portazo a esta opción.
Este martes, además, el Consejo de Administración de RTVE votará sobre una posible retirada de España de Eurovisión si Israel participa en la próxima edición, por lo que será el ente público quien acapare la atención en el medio plazo. Díaz arranca el curso debilitada por el fracaso de la reducción de la jornada laboral, y con el presidente copando casi todos los focos.


