El juez Juan Carlos Peinado sigue estrechando el cerco sobre Begoña Gómez, la mujer del presidente, que ha recibido una nueva citación judicial. Tendrá que volver por cuarta vez a los juzgados de Plaza Castilla el próximo once de septiembre a las diez y media de la mañana para declarar como investigada en un delito de malversación.
El objetivo del juez es dilucidar si Begoña Gómez enchufó a su amiga Cristina Álvarez cuando llegó al Palacio de la Moncloa para que ocupara el puesto de asistente personal. Y si en el desempeño de su actividad se excedió en sus competencias y, además de asistirle con la agenda oficial de cónyuge de jefe del Ejecutivo, le ayudó en sus gestiones empresariales privadas.
Por ello, también cita a Cristina Álvarez por malversación el próximo diez de septiembre a las once de la mañana. Y ello a pesar de que la Audiencia Provincial señaló en su última resolución que “el funcionario ilícitamente destinado a cubrir necesidades o utilidades privadas de su superior o encargado no puede cometer el delito de malversación”. Extremo que “solo cometería quien lo destina, aprovecha o consiente esa decisión”. Es decir, que solo podría incurrir en la malversación su superior, en este caso Begoña Gómez. Es por ello que la defensa de Álvarez recurrirá la citación, según ha podido saber este periódico,
Sin embargo, Peinado se ampara en otro fragmento del mismo fallo de la Audiencia en el que se apuntaba a esa desviación de caudales públicos. En ella la Sala le indicaba el camino a seguir: “La investigación tendrá que centrarse en si se sobrepasó en el desempeño de las funciones públicas que le fueron encomendadas para favorecer el plan delictivo de la investigada en el delito de tráfico de influencias, mediante la desviación de medios públicos puestos indebidamente al servicio de intereses particulares o estrictamente privados. Ya que las funciones de su cargo como asistente consistían en la gestión de la agenda, del correo, de dar soporte de seguridad y protocolo en cualquier desplazamiento, reunión o intervención de la mujer del Presidente del Gobierno”.
Sostenía el fallo de la Audiencia que hay declaraciones recogidas en el marco de la investigación que conducen a pensar en esta malversación: “El Vicerrector Sr. Doadrio, que dijo tener muchos correos con Begoña Gómez y su asistenta Cristina Álvarez Rodríguez, añadiendo que ésta última era la persona de confianza ya que siempre la acompañaba cuando iba a la Universidad, siendo ella la receptora de los Correos”, expone.
También ponían como ejemplo los correos intercambiados con Reale Seguros pidiendo financiación para la cátedra que impartía Gómez en la Complutense o las relaciones con las empresas de su amigo y empresario Juan Carlos Barrabés. El magistrado también investiga si Gómez ejerció su poder para que consiguieran adjudicaciones públicas.
Peinado aprovecha su auto para lanzar una pulla al Tribunal Supremo, al que le afea que aún no le haya trasladado el auto archivando la investigación contra el ministro de Justicia, Felix Bolaños, al que quiso imputar por la contratación de Álvarez hasta que el alto tribunal le paró los pies.
Es la cuarta vez que Gómez tendrá que declarar. La primera vez que acudió a Plaza Castilla se negó a tomar la palabra por no tener toda la información de su imputación, la segunda se acogió a su derecho a no declarar y la tercera cambió su estrategia de defensa y contestó a las 35 preguntas de su abogado Antonio Camacho. “Mi cliente no tiene nada que esconder. Si no declaró antes es porque había una indefinición acerca de lo que se estaba investigando”, dijo entonces su letrado.