En Más de Uno

Yolanda Díaz rechaza el “chantaje” de Junts y mantiene su apuesta por la reducción de la jornada laboral

Díaz aseguró que la medida está “ganada en la calle” pese al veto de PP, Vox y Junts, y acusó a la oposición de alimentar la desafección ciudadana en beneficio de la extrema derecha

La vicepresidenta tercera y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, interviene durante el pleno del Congreso de los Diputados celebrado este miércoles en Madrid
EFE/ Borja Sánchez-Trillo

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, se pronunció este jueves con dureza contra la estrategia parlamentaria de Junts, a quien acusó de actuar desde el “chantaje” al bloquear junto con PP y Vox la tramitación de la ley para reducir la jornada laboral. En una entrevista en el programa Más de Uno, en Onda Cero, la líder de Sumar subrayó que la negociación política “no puede condicionarse desde una posición de fuerza” y defendió que no entregará “su país” a cambio de apoyos coyunturales.

Díaz calificó la votación del miércoles como un error de Junts, que –según las encuestas– dejó sin debate una iniciativa respaldada por el 72% de sus votantes. Recordó, además, que en paralelo se había estado discutiendo con la formación catalana un documento con propuestas específicas para autónomos, lo que hizo más incomprensible su negativa. “Negociar es una cosa, pero condicionar todo desde el absoluto es chantaje”, insistió.

Pese a este revés, la ministra se mostró dispuesta a seguir negociando “con todos, incluido Junts”, consciente de que el Congreso no cuenta hoy con una mayoría progresista estable. Incluso reconoció que mantiene contacto directo con Carles Puigdemont para tratar medidas de apoyo a los trabajadores por cuenta propia.

En el plano político, Díaz dirigió sus críticas también al PP. Remarcó que, aunque el grupo popular logró tumbar la iniciativa, sus 137 diputados no aplaudieron el resultado en el hemiciclo. “No podían hacerlo porque sabían que la ofensa a la gente de este país era muy gruesa”, señaló. A continuación, respondió al responsable económico del PP, Juan Bravo, quien había asegurado que su partido nunca fue citado a negociar. Díaz desmintió esa afirmación y advirtió que podría hacer públicas las cartas de invitación remitidas por el Ministerio de Trabajo. “Me encantaría poder negociar con el PP”, apuntó.

La vicepresidenta negó sentirse sola en el debate, pese a la escasa presencia de ministros socialistas en el pleno. Subrayó que se trató de una sesión “apasionante” de casi cuatro horas, acompañada en paralelo por las protestas de miles de trabajadores en la calle. A su juicio, la reducción de jornada “ya está ganada en la calle” y es “irreversible”, por lo que no contempla dar marcha atrás en esta bandera legislativa de la legislatura.

“Se está alimentando a la extrema derecha”

Díaz alertó también de que la decisión parlamentaria alimenta la “desafección” ciudadana y beneficia a la extrema derecha. “Lo que se votó ayer afecta a la vida diaria de millones de personas y no dejarles debatir profundiza en el desencanto”, sostuvo. Aunque evitó pronunciarse sobre un posible adelanto electoral, advirtió que el Gobierno debe reflexionar sobre los procesos democráticos y mantener la confianza en los avances, como la reciente ampliación de los permisos de maternidad y paternidad.

En clave económica, celebró que el Ejecutivo vaya a presentar finalmente los Presupuestos Generales del Estado para 2026, tras dos ejercicios sin nuevas cuentas. Para Díaz, es fundamental “ilusionar al pueblo progresista” ante el crecimiento de lo que denominó la “ola reaccionaria” en España y en el mundo. En este contexto, acusó al PP y a su líder, Alberto Núñez Feijóo, de “trabajar para Vox” y pronosticó que las posiciones extremas no conducirán a los populares a La Moncloa.

En sus palabras finales, la ministra quiso remarcar que no busca polarizar con Vox, pese a que electoralmente podría beneficiarle. Su estrategia, dijo, es centrarse en construir mayorías sociales en torno a propuestas que mejoren la vida de los trabajadores, en particular la reducción de la jornada laboral. “Yo tengo límites y no voy a entregar mi país, sé lo que represento”, concluyó.

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