Los días previos a la menstruación vienen acompañados de dolores, hinchazón, cambios de humor… Pero hay un porcentaje de mujeres cuyos dolores previos son directamente incapacitantes.
En casos de dolores extremos, es probable que una mujer padezca Trastorno Disfórico Premenstrual (TDPM). No es sólo un malestar agudo, es una condición que afecta a la vida diaria seriamente. Te contamos más sobre este problema a continuación.
Entendiendo el Trastorno Disfórico Premenstrual (TDPM)
Desde la ginecología, se ve el TDPM como una respuesta anormal del cuerpo a las fluctuaciones hormonales del ciclo menstrual.
La doctora Lola Gómez Roig señala que afecta del “3% al 8 % de las mujeres”, y que “suele ser un problema crónico y puede tener un impacto grave en la vida de una mujer.”
Por parte de la psiquiatría, el otro campo de investigación principal del problema, se categoriza como trastorno depresivo. Forma parte del DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales).
Los especialistas Tanvi Mittal y Nishanth Jalaja Haridas, de Psiquiatria.com, indican que tiene un “gran impacto en los receptores cerebrales”. Debe tratarse con mucho cuidado, pues puede ser igual de grave que un trastorno depresivo mayor, a pesar de que sea cíclico.
A pesar de que es cosa de la otro especialista, los psicólogos y psiquiatras deben prestar atención a los problemas fisiológicos que muestran las pacientes con este trastorno previo a la menstruación. El sufrimiento puede ser severo en algunos casos.
Otros profesionales indican que la gravedad depende de la persona y de su tipo de TDPM, que puede ser más o menos agresivo. Eso sí, aseguran que “el tipo de personalidad no varía, solo se exacerba producto de la alteración premenstrual” (Jorge Lolas-Talhami, 2015).
Síntomas y cómo se trata esta condición
Es crucial entender que el trastorno disfórico premenstrual presenta sus síntomas durante la fase lútea (la semana antes de la regla). Estos suelen desaparecer poco después de que comience el sangrado.
La sintomatología habitual es la irritabilidad intensa, el cambio drástico de las emociones, una ansiedad constante y el ánimo deprimido. También puede manifestarse a través del exceso o falta de sueño, cambios de apetito, falta de concentración, dolores físicos…
Para tratar el TDPM, existen diferentes vías de tratamiento. Lo más común son los tratamientos farmacológicos, a través de medicamentos como la fluoxetina o la sertralina, que inhiben la recaptación de serotonina (ISRS), y los anticonceptivos orales.
A menudo, estos tratamientos se apoyan con recomendaciones médicas de suplementación de magnesio y calcio, así como cambios en la dieta y el ejercicio físico. Las terapias psicológicas, especialmente las cognitivo-conductuales, también son eficaces.
En caso de que padezcas algunos de los síntomas descritos, o bien crees que necesitas más ayuda, no dudes en comunicárselo a tu profesional de la salud de referencia para que te derive a un especialista si es necesario.