BREADCRUMBING

Te da migajas de atención para mantenerte enganchada: así funciona el ‘breadcrumbing’

Si sientes que recibes migajas de afecto, es posible que te esté haciendo breadcrumbing: qué es y cómo recuperar tu paz mental

Una joven pareja, pero la chica parece disgustada
Freepik

Hoy en día, las relaciones están más conectadas que nunca. Esto les ha dado múltiples beneficios, pero también ha permitido el surgimiento de nuevas formas de manipulación afectiva. Una de ellas es el breadcrumbing, o dar migajas de pan en inglés.

Esta práctica está relacionada con las señales de afecto intermitentes, que normalmente nunca llevan a un compromiso sólido. De este modo, este interés que aparece y desaparece alimenta las esperanzas de muchas personas que sí buscan una relación más estable.

Breadcrumbing o el poder del refuerzo afectuoso intermitente

Una mujer muy triste y sin saber qué hacer con su relación

El psicólogo B.F. Skinner explicó la base del refuerzo intermitente, que es la base de esas “migajas de afecto” del breadcrumbing.

Cuando nos enamoramos de alguien, el cerebro libera muchos niveles de dopamina al recibir “recompensas” por parte de esa persona (una cita, un mensaje, una llamada…).

Al volverse intermitentes e inesperadas, quedamos en estado de alerta, esperando el próximo “pico” de felicidad.

La incertidumbre de ver cuándo y con qué intensidad de afección será la próxima interacción genera un ciclo de ansiedad y alivio constante. Y, a menudo, la otra persona la usa de manera consciente para seguir obteniendo cosas por tu parte, seas cuales sean.

Este ciclo termina siendo muy dañino a nivel emocional, pudiendo incluso formar una relación tóxica por una o ambas partes.

Paso a paso para dejar de picar en esas migajas de afecto

Una mujer siendo ignorada por su pareja

Para abandonar la dinámica del breadcrumbing, es muy importante empezar a tener proactividad. Tanto de dejar de hablar con la otra persona, como para conseguir bajar de la montaña rusa emocional.

El paso a paso, de acuerdo con Skinner y otros especialistas, es el siguiente.

Paso 1: Reconocer la situación y validarla

Acepta que las migajas son lo que fundamentan el vínculo, y no una pequeña parte de este. Si te hace falta, saca capturas o escribe estas “migajas”, así serás consciente de la falta de compromiso, y no se perderá en la conversación.

Paso 2: Cerrar el vínculo

Puedes intentar tener una conversación madura y profunda sobre la situación. Aunque, lo más probable, es que la otra persona te lanzará más migajas.

Es el momento de identificarlas definitivamente, y mandar un último mensaje, que sea asertivo y que muestre tu propósito de buscar una relación más consistente. No conseguirás sacar compromiso donde no lo hay.

Paso 3: En caso de ser necesario, contacto cero

Si crees que dependías demasiado del afecto de esa otra persona, un buen método de rotura de la dependencia es el contacto cero.

Elimínale de tus redes, borra el historial de las conversaciones, y pide a tus amigos y amigas que no te den información sobre esa persona.

No es inmadurez, es un acto de protección sobre tu salud mental. Porque este tipo de personas tratarán de retenerte y te seguirán haciendo breadcrumbing.

Paso 4: Reenfocar la atención

El vacío del contacto cero puede llenarse con las actividades que mejor te sientan. Aquellas que no dependan de validación externa y que liberen tu dopamina.

Disfruta de tus aficiones o busca nuevas, pasa más tiempo con tus seres queridos, o incluso puedes considerar ir a terapia si crees que lo necesitas.

Recuerda que vales mucho más que unas migajas. Tarde o temprano, encontrarás a alguien que sí quiera construir una relación sólida contigo.

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