El tiempo en España ha dado un giro radical en los últimos días. Tras un inicio de septiembre marcado por temperaturas altas, la llegada de una DANA ha puesto en alerta a varias comunidades por lluvias torrenciales, tormentas intensas y fuerte oleaje. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) confirma que este episodio de inestabilidad se mantendrá durante las próximas jornadas, especialmente en el área mediterránea y en Baleares. Sin embargo, los modelos ya apuntan a un cambio de escenario: antes del fin de semana llegará el esperado veranillo de San Miguel, con un repunte de temperaturas y estabilidad atmosférica.
Las provincias de Alicante, Murcia, Almería, Barcelona y Girona, junto con Mallorca y Menorca, han amanecido bajo aviso por precipitaciones que pueden dejar hasta 30 litros por metro cuadrado en una hora. En la Costa Brava, las rachas de viento alcanzan los 60 km/h y las olas superan los tres metros. Incluso en el Pirineo, la atmósfera otoñal ha dejado ya las primeras nevadas débiles en cotas altas.
El papel de la DANA en el cambio de tiempo
La Aemet explica que esta situación está directamente relacionada con la presencia de una depresión aislada en niveles altos situada en el sur de Francia. El aire frío en altura favorece la formación de tormentas en Cataluña, Baleares y el sureste peninsular. Durante las madrugadas, el impacto se ha notado especialmente en la Vega del Segura y la Costa Cálida, mientras que por las tardes los chaparrones se concentran en áreas montañosas del norte y del sureste.
Este ambiente contrasta con el oeste peninsular, donde el anticiclón atlántico aporta cielos poco nubosos y una mayor sensación de estabilidad. Pero la tregua otoñal durará poco. Los mapas confirman que el veranillo de San Miguel está a punto de irrumpir con fuerza en buena parte del país.
Predicción semanal:
➡️De lunes a miércoles ⛈️: ambiente fresco con chubascos en Baleares, extremo norte y sureste peninsular; algunos de fuerte intensidad y con tormenta.
➡️De jueves a domingo 🌞: ambiente cálido y estable; comienzo del popular veranillo de San Miguel. pic.twitter.com/SgPBxqjDra
— AEMET (@AEMET_Esp) September 22, 2025
Las temperaturas también reflejan la llegada del otoño. En el área mediterránea y en Canarias, las máximas han caído de forma notable, mientras que en el noroeste se registran ligeros ascensos. Las mínimas descienden lo suficiente como para dejar heladas débiles en el Pirineo, la Cordillera Cantábrica y el Sistema Ibérico.
La sensación térmica es plenamente otoñal: mañanas frescas, bancos de niebla en valles interiores y jornadas que invitan a sacar chaquetas. Sin embargo, esta imagen otoñal tiene fecha de caducidad, porque el veranillo de San Miguel devolverá un ambiente casi veraniego en apenas unos días.
A partir del jueves: calor y cielos despejados
Los pronósticos de la Aemet coinciden. A partir del jueves, las altas presiones dominarán la península y Baleares, desplazando la inestabilidad hacia el Mediterráneo oriental. El resultado será un escenario de cielos despejados y temperaturas en ascenso. Este patrón atmosférico encaja con lo que popularmente se conoce como veranillo de San Miguel. Una tregua cálida que suele aparecer a finales de septiembre.
Durante el fin de semana, los termómetros volverán a superar los 30 grados en zonas como el valle del Guadalquivir, el interior de la Comunidad Valenciana o el suroeste peninsular. En el centro del país, la subida también será evidente, con tardes que recordarán a las del verano recién terminado. Incluso las mínimas nocturnas experimentarán un repunte, reduciendo las heladas en áreas de montaña.
Un fenómeno climático con tradición popular
El veranillo de San Miguel no es una norma escrita en el calendario. Sin embargo, su repetición casi anual lo convierte en un fenómeno muy arraigado en la cultura meteorológica española. Popularmente se asocia a finales de septiembre, coincidiendo con la festividad de San Miguel. Y supone un breve regreso del calor antes de la llegada definitiva del otoño.

Desde un punto de vista científico, este episodio responde a la extensión del anticiclón de las Azores sobre la península. Esta situación atmosférica frena la llegada de borrascas atlánticas y estabiliza el tiempo durante unos días, ofreciendo un respiro térmico que suele durar poco.
El veranillo de San Miguel es, en definitiva, el último suspiro veraniego antes de que octubre imponga de forma definitiva el frío, las lluvias y el carácter propio del otoño.