El debate acerca de quién será el nuevo Papa no solo está en si seguirá la línea de Francisco o, por el contrario, pondrá freno a las reformas hechas por el pontífice Argentino. Hay una tercera opción, y es que el futuro Papa se atreva a llegar allí donde Francisco no lo hizo. Como, por ejemplo, con el tema de las mujeres en la Iglesia. Alguien así podría ser el cardenal Robert McElroy, quien, desde enero, está al frente de la diócesis de Washington.
Sus declaraciones llevan años sin estar exentas de polémica, sobre todo en un contexto, como es el de Estados Unidos, en el que el influjo evangélico y del área más tradicionalista del catolicismo hacen que cualquier opinión divergente en temas como el aborto, la mujer o los derechos LGTBIQ+ sean tachados, en el mejor de los casos, como herejía.
Así, McElroy, que hoy es uno de los 133 candidatos al papado, se ha convertido, en los últimos años, en uno de los principales defensores del pontificado de Francisco en Estados Unidos. Pero, ciertamente, dando un paso más en algunos temas ante los que el Papa, si bien respondía con misericordia, nunca llegó a mostrar una posición tan contundente.
Muchos de estos temas están directamente relacionados con la mujer, como es el caso del aborto. Y es que, en 2020, cuando aún era cardenal en San Diego, McElroy mostraba su posición discrepante con respecto al resto de obispos estadounidenses –o, al menos, de la mayoría– al no considerar el aborto como una prioridad pastoral. “El número de muertos por el aborto es más inmediato, pero el número de muertos a largo plazo por el cambio climático sin control es mayor y amenaza el futuro mismo de la humanidad”, explicaba.

Más mujer en la Iglesia
Asimismo, McElroy no se ha cortado en defender públicamente la necesidad de fomentar el papel de la mujer en la Iglesia, incluso, accediendo a la ordenación como diaconisas. “Yo mismo estoy a favor de que las mujeres sean ordenadas al diaconado, y espero que eso suceda”, ha asegurado. De hecho, ha apostado por una “inclusión radical” en la Iglesia de las mujeres, personas LGTBIQ+ y otros colectivos.
“Asistí al Sínodo sobre la Amazonia, tan predominantemente centrado en las cuestiones de la región amazónica”, relataba durante una entrevista con la NBC. “Lo que me fascinó fue el grado en que el papel de la mujer era un tema que los obispos latinoamericanos impulsaban con fuerza, tanto dentro de la Iglesia como de la sociedad”, apuntaba.
Asimismo, aseguraba que, de facto, las mujeres ya tienen un papel tan primordial en la Iglesia que tan solo falta que este se reconozca: “Era que en las comunidades de América Latina y en muchas de nuestras propias comunidades parroquiales aquí, las mujeres contribuyen con la mayor parte del liderazgo y las contribuciones voluntarias y profesionales que hacen que las parroquias funcionen y que nuestra diócesis funcione. Y en ese contexto, en ese sínodo, más de dos tercios, en mi opinión, estaban a favor de la ordenación de mujeres como diaconisas”.

Sin embargo, McElroy reconocía entonces que sí estaba de acuerdo con el motivo por el cual no se dio este paso: “no querían tomar una posición doctrinal para la Iglesia Universal en un sínodo regional, pero claramente, esto es algo cuyo tiempo ha llegado”. Y es cierto. Hasta en dos ocasiones creó el papa Francisco una comisión teológica encargada de estudiar la posibilidad de que las mujeres fueran ordenadas como ministros de pleno derecho. Los resultados –una de ellas dirigida por otro cardenal que entrará al cónclave, Augusto Lojudice– no fueron concluyentes. ¿Será este el pontificado que cambie la historia de la Iglesia?