Cómo manejar la costra láctea del bebé

También conocida como dermatitis seborreica infantil, es una afección muy común en los primeros meses de vida. Te decimos cómo tratarla para no irritar su delicado cuero cabelludo

Cuando Mónica, madre primeriza de 34 años, vio asomar unas escamitas blanquecinas en la cabeza de su bebé, se le arrugó el gesto. ¿Y ahora, qué? Entonces le vino el recuerdo de su abuelo cuando se burló de su acné a los quince. “¡Ay! Si yo tuviese una espinilla, haría una fiesta con ella”, le dijo echando de menos sus propias verbenas hormonales, cuando ni siquiera sospechaba que el tiempo volaría.

Al mirar de nuevo a su bebé, esta madre pensó que quizá no sería mala idea hacer una nueva baby shower, esta vez por la costra del bebé. Y, de paso, por sus ojeras. Y por su moño improvisado. Y por sus manos con olor permanente a pomada infantil. Incluso por esa barriga que se resiste a abandonarla. Cuántas cosas intrascendentes nos aturden durante estas primeras etapas de la crianza.

La costra láctea es una de ellas. Como veremos, suele ser un asunto simplemente estético, aunque sí merece prestarle atención para no complicarla. Se trata de una dermatitis seborreica infantil que afecta principalmente al cuero cabelludo. Se presenta en algunos bebés en sus primeros meses de vida Ni es dolorosa ni produce picor, pero sí puede llegar a ser persistente y engorrosa. Según la Asociación Española de Pediatría, la costra láctea ocupa el 13% de las consultas pediátricas en menores de un año.

Mother and baby after home birth. | Niche Office Solutions Ltd
Fotografía: Cortesía de Benjamin Chan

A menudo una de las inquietudes que plantean los padres es si es contagiosa o si los hábitos de higiene han tenido que ver en su aparición. Ni una cosa ni la otra. Es inofensiva, no contagiosa y su aparición se debe a un exceso de sebo en las glándulas sebáceas del cuero cabelludo. Podría existir una predisposición genética, aunque esta hipótesis carece de respaldo suficiente.

La Escuela de Salud de Sant Joan de Déu, en Barcelona, sugiere que “las hormonas maternas que quedan circulando en la sangre del bebé después del parto activan las glándulas sebáceas y estas empiezan a producir sebo”. En condiciones normales, el sebo es una sustancia oleosa que contribuye a la hidratación de la piel. Sin embargo, la sobreproducción hace que las células muertas de la última capa de la piel, en lugar de desprenderse, queden adheridas al cuero cabelludo. Aunque afecta a ambos sexos, ocurre con más frecuencia en varones.

La costra láctea comienza con una leve inflamación de la piel que va tomando forma de escamas de color amarillento o blancuzco. Puede extenderse a la frente, párpados, orejas y pliegues alrededor de la nariz. Generalmente, la costra láctea se resuelve espontáneamente a lo largo del primer año, aunque puede prolongarse unos años más. Hasta que desaparece, uno de los peores incordios son los consejos ajenos. Te recomendarán remedios caseros, te dirán que quizás el bebé es intolerante a la lactosa, pondrán su cabeza bajo la lupa… Tu madre diagnosticará una cosa; la vecina, otra. En los paseos con el bebé, llegarán unas cuantas opiniones más.

Ante cualquier duda, el pediatra será quien valore y decida la solución más indicada. Aunque haya cremas con cortisona o antimicóticas que se venden sin receta médica, él será quien decida la mejor opción. Aunque se resuelve por sí sola, hay una serie de precauciones que evitarán posibles complicaciones o infecciones cutáneas, al tiempo que ayudarán a vivir la costra láctea como un episodio más en la lactancia:

  • Conviene saber, en primer lugar, que, a diferencia de la dermatitis atópica, no suele producir picor ni irritabilidad.
  • Cualquier crema, loción o gel que aconseje el pediatra debe aplicarse en pequeñas cantidades masajeando suavemente con la yema de los dedos.
  • Puedes aplicar una loción suave de aceite de oliva o de almendras con un suave masaje, aunque esto no garantiza su desaparición.
  • Después del lavado, asegúrate un buen aclarado.
  • Como el resto los productos de higiene para bebé, utiliza un champú suave y sin perfume.
  • Es importante evitar el rascado, ya que podría provocar infección.
  • Mantener las uñas del bebé cortas y las manos limpias.
  • Las costras irán desapareciendo. No intentes desprenderla del cuero cabelludo.
  • Para peinarle, usa un cepillo pequeño de cerdas blandas y sigue el sentido del crecimiento del pelo.
  • Acude al pediatra ante cualquier duda o si observas un empeoramiento de las lesiones.
  • Cuidado con los remedios caseros, la piel del bebé es muy delicada.
  • No se trata de ningún trastorno y tampoco influirá en la calidad de su cabello en el futuro.
  • El pico suele alcanzarse a los tres meses en el 70% de los casos y va disminuyendo periódicamente hasta desaparecer, casi siempre, al año de vida.
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