Cada día, millones de personas deciden pagar con tarjeta sin detenerse a pensar en los riesgos que puede conllevar un gesto tan cotidiano. Introducir la tarjeta en el datáfono, acercarla para un pago contactless o incluso entregársela al dependiente son prácticas extendidas que, en muchos casos, se realizan de manera automática.
Sin embargo, expertos en ciberseguridad y entidades bancarias alertan de que algunas de estas acciones aparentemente inocuas pueden poner en peligro nuestras finanzas personales.
Pagar con tarjeta se ha convertido en una costumbre arraigada en la mayoría de los consumidores. La rapidez y comodidad que ofrece el sistema hace que muchos usuarios bajen la guardia y no presten atención a pequeños detalles que pueden resultar decisivos. Uno de los errores más frecuentes es permitir que otra persona —generalmente el trabajador de un comercio— manipule la tarjeta fuera de la vista del cliente.
El riesgo de perder de vista tu tarjeta
Según advierten organismos como el Banco de España y entidades bancarias como el Santander, uno de los errores más extendidos al pagar con tarjeta es cederla a terceros. Esto sucede especialmente cuando el lector de tarjetas no está al alcance del cliente, el terminal no funciona correctamente o el empleado ofrece “hacer el cobro directamente desde dentro”.
Aunque parezca un gesto trivial, pagar con tarjeta sin tener control visual de la operación puede derivar en situaciones de fraude. En esos breves segundos en los que la tarjeta está fuera del alcance del usuario, pueden copiarse sus datos, fotografiarse ambas caras o incluso clonarse si el establecimiento no es fiable.

Pagar con tarjeta siempre debería implicar mantener el control del plástico en todo momento. Cederlo, aunque sea por unos instantes, equivale a entregar nuestras claves bancarias en manos ajenas sin garantías de seguridad.
Contactless: rápido, pero no siempre seguro
El pago contactless ha simplificado aún más el acto de pagar con tarjeta. En muchos casos, ni siquiera es necesario introducir el PIN si el importe es inferior a 50 euros. Esta facilidad también ha despertado las alertas de los expertos.
Aunque pagar con tarjeta mediante NFC es cómodo, también puede usarse para realizar cargos no autorizados si alguien tiene acceso físico a nuestra cartera o si emplea dispositivos capaces de captar datos a corta distancia.
Cuando se trata de pagar con tarjeta, la recomendación general es activar alertas inmediatas en el móvil que notifiquen cada transacción en tiempo real. Esto permite detectar cualquier anomalía o cargo no autorizado casi al instante, esencial para actuar con rapidez.
¿Qué dicen los bancos y las autoridades?
Diversas entidades bancarias han lanzado campañas de concienciación sobre el uso responsable de las tarjetas. El Banco de España, por ejemplo, ha recordado que al pagar con tarjeta es imprescindible comprobar el importe en el terminal antes de confirmar el pago. También recomiendan no perder de vista la tarjeta y, si es posible, introducirla personalmente en el datáfono.

Otros consejos clave a la hora de pagar con tarjeta incluyen:
- Evitar introducir el PIN cuando haya personas cerca
- Bloquear la tarjeta desde la app si se sospecha de una actividad fraudulenta
- Revisar de forma periódica los movimientos bancarios
Pagar con tarjeta se ha convertido en algo tan automático que muchas personas ya no se detienen a pensar si el procedimiento es completamente seguro. Sin embargo, la digitalización de los pagos ha traído consigo una sofisticación creciente de los métodos de estafa.