En España casi todo el mundo dice que cree en el cambio climático. Nueve de cada diez, según el estudio ¿Es suficiente la cultura climática que tenemos? del Observatorio Social de la Fundación “la Caixa”. Pero cuando se pregunta por las causas y las consecuencias, las certezas se diluyen: cuatro de cada diez las explican mal. Y ahí aparece la diferencia. Ellas saben más que ellos.
El trabajo, basado en encuestas a jóvenes y adultos, pone número a algo que se intuía: las mujeres no solo identifican mejor qué está detrás del cambio climático y qué provoca, sino que también se preocupan más y adoptan hábitos más responsables. Los hombres, en cambio, quedan un paso atrás en casi todos los indicadores.
Más preocupadas, más responsables
Ocho de cada diez españoles reconocen que necesitan más información para entender de verdad qué está pasando. Pero mientras llega, ellas hacen más por frenarlo: reciclan más, consumen menos energía y usan más transporte sostenible. El índice de hábitos climáticos del estudio -17 preguntas sobre costumbres cotidianas- las sitúa por encima tanto en jóvenes como en adultas.

La preocupación tampoco se reparte igual. La mitad de la población dice estar muy preocupada por el cambio climático, y en ese grupo hay más mujeres que hombres. No influye la edad, sí el género.
Saber y vivirlo
El informe también muestra que la experiencia propia marca la diferencia. Casi la mitad de los encuestados asegura haber sufrido ya las consecuencias del cambio climático, y ese grupo puntúa más alto en conocimiento y hábitos responsables. La cercanía del problema activa la respuesta.
A eso se suman otros factores: tener estudios universitarios, ingresos altos o no tener hijos suele ir acompañado de más conocimiento y más acciones sostenibles. En el lado opuesto, los jóvenes de zonas poco pobladas son los que menos saben del tema.
Dónde se aprende (y dónde no)
Los jóvenes se informan sobre todo en las aulas (60%) y en internet (55%). Los adultos cambian el orden: documentales y películas (47%) y la red (46%). El acceso a la información no es igual para todos, y eso explica parte de las diferencias.
En un país que los modelos climáticos colocan entre los más vulnerables de Europa, el dato preocupa. España ya convive con olas de calor más largas, sequías más intensas y tormentas más violentas. Y afrontar todo eso exige una ciudadanía que entienda el problema y respalde las soluciones.

Un reto político y de igualdad
La brecha de género en el conocimiento y en los hábitos plantea un reto doble. Por un lado, mejorar la cultura climática general. Por otro, evitar que la acción climática se convierta, también, en otra carga más para las mujeres.
El informe lo deja claro: educación y concienciación funcionan. Ocho de cada diez españoles apoyan que haya programas públicos de sensibilización y que el cambio climático se enseñe en los colegios. El reto es que esa información llegue a todos por igual.
Los expertos no paran de repetirlo: el cambio climático ya no es un aviso lejano. Está aquí. Y si ellas saben más y actúan más, no es para que ellos se limiten a mirar. Es para que el conjunto de la sociedad acelere. Porque en este examen no basta con copiar: hay que aprobar todos.