La comisaria de la Interpol que busca poner nombre a 46 mujeres muertas en extrañas circunstancias

Carmen Muñoz dirige la Oficina de la Interpol en Madrid. Desde hace un año está especialmente volcada en la campaña 'Identify Me'. Su objetivo, resolver los crímenes de 46 mujeres de las que apenas saben nada. Ni siquiera el nombre

La comisaria y jefa de la Interpol en España, Carmen Muñoz.
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“¿Reconoces a esta mujer?”, preguntó la Policía Nacional esta semana en redes sociales. “La llamamos la introvertida“, detallaron con los pocos datos que han conseguido recabar a día hoy. Ojos azules, pelo castaño. Sin joyas ni cicatrices. Nada distintivo, salvo un incisivo montado sobre el otro. Cuando la hallaron, flotando en la costa ibicenca de Santa Eulalia, sólo vestía un bikini negro con dibujos de cachemira blancos. “Se la consideraba introvertida porque apenas hablaba con nadie. Y las personas con las que tenía trato desconocían su nombre”, aclaran los agentes del Grupo de Homicidios de Baleares. Es el callejón sin salida al que han llegado tras seis años de investigación.

“Entendemos que si no está identificada aún es porque no hay material genético o huellas”, explica la comisaria principal Carmen Muñoz. Jefa de la Interpol en España, desde el último año lleva por bandera una campaña puesta en marcha inicialmente por los Países Bajos en 2023. Identify Me es una de las grandes apuestas de esta Organización Internacional de Policía Criminal: la única en la que se pide colaboración ciudadana para lograr identificar a 46 mujeres muertas en extrañas circunstancias. La mayoría, por causa criminal, con implicación de terceros que siguen impunes casi 40 años después. Sólo hay un caso anterior, de 1976. Es la víctima más joven de todas. Calculan que tendría entre 13 y 20 años. Sin apenas más datos, no lograron siquiera determinar el color de sus ojos. Hallada sin vida en la autopista que enlaza Utrecht con Arnhem, en Interpol la apodaron la joven del aparcamiento.

Las ‘sin nombre’ españolas

La del aparcamiento es una de las mujeres sin nombre que protagonizaron el primer llamamiento público hace dos años. Fue todo un éxito: 1.800 personas reportaron información y se resolvió el caso de Rita Roberts, una británica de 31 años asesinada en Amberes (Bélgica) en 1992. Su familia reconoció su tatuaje en las fotos difundidas. Algo distintivo en ella. En sí es lo que buscan también al apodarlas de esta manera para la campaña: la mujer de rosa, la del anillo en forma de búho, la que no estaba sola, la de la
carretera, la del cobertizo… Estas últimas aparecieron sin vida en nuestro país. “Les pedimos a todos los cuerpos policiales que nos aportaran alguno, y menos la Foral de Navarra todos mandaron alguno”, apunta el inspector Francisco Javier Álvarez.

De los ocho grupos activos, el suyo, el quinto, se encarga de homicidios, agresiones sexuales, tráfico de inmigrantes y pornografía infantil, entre otros delitos contra las personas. “Es la UDEV de Interpol”, define una comisaria orgullosa del puesto que ocupa desde 2020: “Siempre digo que es el cuerpo más bonito de la policía, porque donde no llega Interpol es difícil que llegue nadie”. Pese a no estar en la investigación como tal y a tener que asumir que, aún siendo parte de la resolución, seguramente no lleguen a hablar con la familia de la víctima.

El inspector Francisco Javier Álvarez.
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“El fin no es encontrar al malo”

Les pasó con el caso de la mujer del cobertizo. Su primer éxito policial al sumarse a la campaña. El match saltó el pasado marzo. La del cobertizo resultó ser Ainoha Izaga. Paraguaya, de 33 años. Se quitó la vida en una casa de campo de Girona, en 2018. “Sí que nos habría hecho ilusión hablar con la familia”, confiesa Muñoz. “Pero en el fondo somos convidados de piedra. No hemos investigado ni cerrado el caso, y nuestra función es servir de cauce entre policías de todo el mundo”. Lejos de ponerse medallas, lamenta el tiempo tardado. Para la jefa de Interpol en España, “el fin no es encontrar al malo, sino poner nombre a las mujeres”.

“En las primeras 72 horas, en España visualizaron la campaña 15.600 personas”, señala Muñoz. “Y hemos recibido 175 correos con pistas”, remarca el inspector Álvarez. El de Ainoha Izaga es de los pocos casos sin investigación criminal. Del resto esperan novedades y avances. “En Interpol nos conocemos todos y es reconocida la pericia española: la calidad de las huellas subidas a las bases de datos, igual que la de las fotografías y perfiles de ADN”, destaca Muñoz. De ahí que sea uno de los 196 países más solicitados.

Sin nombre, y sin antecedentes

En Identify Me también se tuvo en cuenta el efecto frontera. “Hasta el motivo elegido en un tatuaje nos orienta. O incluso seguimos el rastro de una sortija con forma de búho, típico de la zona de Ecuador. No dejamos nada al azar“, recalca Álvarez, que lleva desde 2018 en el grupo 5 de la OCN de Interpol en Madrid. “Por ejemplo, lo último que nos consta que está haciendo la Guardia Civil en sus indagaciones es la consulta de los hoteles cercanos a donde aparecieron muertas por si hubiera algún nombre registrado que conste como desaparecida en otros países”.

De hecho, tienen la certeza de que ninguna de las mujeres es española. Igual que la certeza de que ninguna tiene mácula policial. “Como solo podemos chequear la víctima con la base de datos de delincuentes, porque a esa si tenemos acceso como policías, al menos podemos comprobar si tienen o no antecedentes”. Y ninguna ha dado positivo en la búsqueda.

Camino de las tres décadas en la Policía Nacional, Carmen Muñoz, con larga trayectoria en unidades operativas de intervención, le augura larga vida a esta campaña destinada a una causa mayúscula: poner nombre a mujeres de las que sólo hay un rostro. “Se sumarán más países, fuera incluso de Europa”. Es donde se centra, por ahora, el listado del casi medio centenar de mujeres que no tienen a nadie que las reclame, a priori. Aunque, como en el caso de ellas, tampoco se saben las circunstancias o desconsuelos de su entorno. A saber. La triste realidad, como reconocen ambos, comisaria e inspector de la Interpol, es que por desgracia “podrían ser muchas más las mujeres sin nombre incluidas en Identify Me“.

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