El fútbol femenino tiene tirón. Si alguien todavía lo duda, le podemos hablar de licencias, índices de audiencia, seguimiento en los medios, aficionados en los estadios, interacciones en plataformas de apoyo y, sobre todo, de las victorias, goles y competitividad de las jugadoras. Son hitos que reflejan la madurez del deporte femenino y el avance para el fútbol en general.
En Artículo14 hemos querido tomarle el pulso a la pasión de la afición y no se nos ha ocurrido mejor manera que salir a los bares. En España tenemos 163,491. Si echamos cuentas a partir de nuestra ronda telefónica, concluiremos que el fútbol femenino despierta ya ese mismo sentimiento de pertenencia y emoción compartida que ya conocíamos en la modalidad masculina. Todos los consultados, excepto uno que andaba algo despistado por eso de la época vacacional, proyectó ayer la final de la Eurocopa Femenina que disputó la selección española ante Inglaterra en el St. Jakob-Park de Basilea.
El duelo fue histórico. Para España, era la ocasión de completar el triplete histórico; para Inglaterra, la oportunidad de reafirmar su dominio. Nos lo contó con entusiasmo el empresario Matthew Louchheim, propietario de The James Joyce Iris Pub Madrid, situado en la calle Alcalá de la capital. Aunque es irlandés, su corazón está en nuestro país. “Quiero que gane España. La calidad de sus jugadoras es admirable, equiparable a sus colegas masculinos. Lamento que no se pueda decir lo mismo de sus salarios y de la inversión por parte de los clubs. Pero esto no rebaja la expectación que hay en este momento y el ambiente que estamos disfrutando en The James Joyce”, explicó.
Clientela aficionada
Este empresario, que llegó a nuestro país en 2006 e instaló su residencia en Lavapiés, se declara castizo y encantado con la gestión de reapertura de locales de Ayuso tras la pandemia. “A quien se queja le digo que viaje seis meses a cualquier otra ciudad del mundo y compare con Madrid”, nos dijo. Para el partido, tuvo listas dos pantallas grandes y ocho televisiones repartidas por todo el local.

“Independientemente de donde estén sentados, todos los clientes van a tener vistas al partido”.
Como la tarde fue larga, Louchheim preparó una carta tan contundente como apetitosa a base de una amplia variedad de ensaladas, costillas, nachos, pastel de pastor (cordero), hamburguesas y algunos postres irlandeses, como el famoso Knickerbocker Glory. Nos explicó que tiene clientela fija aficionada a la categoría femenina de fútbol, el rugby y la Fórmula 1. “Todos siguen sus rituales. Hacen sus reservas y piden la misma mesa. El ambiente es muy divertido y puedo dar fe del creciente interés por el deporte femenino. El compromiso de los canales de televisión ha sido un gran impulso”.
Curiosamente, para los pubs irlandeses de Madrid, Sevilla, Zaragoza, Valencia y otras ciudades es una costumbre muy habitual sintonizar fútbol femenino a través de sus canales deportivos, sobre todo si son eventos importantes o juega la selección española.
En otros locales, el tono es genuinamente español. En Taberna La Auténtica Regina, en Sevilla, nos contaron que el partido iba a tener el sabor de la cocina tradicional andaluza para servir a la afición. En Zaragoza, Invictus Sport Tavern preparó una amplia selección de cervezas artesanales y cócteles para amenizar la tarde.
Cada vez más aficionados
Desde 87 millas Sport Bar de Madrid, su encargada nos relata que, hasta ahora, no era el deporte que más se veía, pero en los últimos partidos hemos visto una mayor afluencia y demanda. “Pondremos tres pantallas y tenemos reservadas un par de mesas grandes. Además de cerveza y refrescos, pondremos picoteo a modo de cena”. También en Rockade (Madrid) la final de la Eurocopa Femenina se proyectó en varias pantallas, tanto en el local de Latina como de Malasaña, mientras los aficionados degustaron sus célebres croquetas.

La final de la Eurocopa se vivió a lo grande con pantallas gigantes en lugares emblemáticos, como el Parque Berlín de Madrid o el Teatro del Bosque de Móstoles. En este recinto se repartieron banderas de España entre los asistentes para apoyar a nuestras jugadoras. La entrada fue gratuita hasta completar aforo. También en Alcobendas, la Ciudad Deportiva Valdelasfuentes se sumó con la retransmisión en pantalla gigante y sorteo de regalos en el descanso.
Y así podríamos continuar por toda la geografía española para constatar que España se apasiona con el fútbol femenino. Su victoria en la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023 marcó un antes y un después en cuanto a la atención mediática y social. El impulso de clubes históricos tradicionalmente masculinos como Atlético de Madrid y Barcelona fue también decisivo. Y, por supuesto, la cobertura televisiva. Grandes cadenas y plataformas digitales han potenciado la retransmisión de partidos y se han visto compensadas con cifras de audiencia históricas.
Pero el verdadero empuje nace de sus jugadoras. Ellas son las que han creado esa atmósfera intensa que despierta la explosión de júbilo ante un gol o un triunfo inesperado, las que transmiten desde el campo una energía contagiosa y elevan la tensión en cada minuto del partido.