Domina más de veinte idiomas y su expediente académico en la vida real llegaría a la excelencia. En su última evaluación, en mayo de 2025, alcanzó un 99 sobre 100 de respuestas correctas en el test oficial de acceso a la judicatura, una de las pruebas más exigentes del sistema jurídico español. Hablamos de Maite.ai, una inteligencia artificial (IA) creada por tres catalanes para asistir a abogados y otros profesionales del Derecho.
Es solo un ejemplo de cómo está calando la IA en el ámbito laboral en España, uno de los países líderes en Europa. Aproximadamente el 78% de los profesionales la utiliza de forma habitual y creciente en sus empleos. ¿Supone una amenaza para los trabajadores? Su avance genera temores de pérdidas masivas de empleo, según la última edición del Informe sobre Desarrollo Humano que elabora anualmente el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
No obstante, el escenario es optimista. La mitad de los encuestados a nivel mundial cree que sus trabajos podrían automatizarse. Seis de cada diez esperan que la IA tenga un impacto positivo en su empleo, creando nuevos puestos y oportunidades. Solo el 13% cree que podría provocar desempleo; y una de cada ocho personas teme por su puesto de trabajo.
La mente humana es insustituible
El informe concluye que delegar tareas a las máquinas puede liberar a las personas para que puedan dedicar más tiempo a otros aspectos de la vida, como el trabajo creativo, el cuidado de pacientes, la educación y el aprendizaje y desarrollo de nuevas habilidades. “Son tareas en las que las máquinas son deficientes y el componente humano es en sí mismo valioso”.

Uno de los ámbitos en los que la IA está mostrando esa capacidad para automatizar tareas rutinarias es el legal. Su uso permite reducir tiempos, elevar la productividad y minimizar errores en procesos complejos, liberando a los profesionales para labores más estratégicas y creativas.
Maite.ai permite hacernos una idea de su potencial: “Ha sido entrenada con más de tres millones de documentos legales: BOE, jurisprudencia de tribunales, resoluciones de organismo, fiscalía, etc. Los usuarios suben sus contratos, escritos o sentencias y Maite.ai los analiza o redacta”, nos explica Assia Nadine Bouras, su responsable comercial. Y no deja de aprender. No pasa un día sin que incorpore nuevos contenidos. !No tiene un título académico, pero demuestra su precisión y capacidad de razonamiento jurídico”, añade.
Después de la descripción que hace Nadine Bouras, intuimos que es metódica, inmutable ante el estrés y que su memoria haría temblar a cualquier juez. “Nació con el propósito de conseguir un mundo más justo. Nuestro cliente objetivo es el abogado de la calle, al que acudimos la mayoría de la población. Ayudando a ese abogado o abogada, ayudaremos a la mayoría de la población y conseguiremos ese mundo más justo”, dice.
Útil para descongestionar el sistema judicial
Maite.ai redacta demandas recursos e informes, analiza contratos y cláusulas de riesgo, consulta jurisprudencia relevante, elabora argumentación jurídica y apoya en la estrategia de los casos con sugerencias basadas en precedentes y fundamentos legales. La inteligencia artificial está ahorrando tiempo a los profesionales. Teniendo en cuenta el colapso del sistema judicial en España por la sobrecarga de procedimientos y la insuficiencia de recursos materiales y humanos, ¿ayudará a descongestionarlo? Esa al menos es la intención. Uno de los derechos fundamentales consagrados en la Constitución española es el acceso a un proceso judicial sin dilaciones indebidas, pero su cumplimiento es cada vez más cuestionable. Según un informe de UGT, más del 25% de los juzgados tienen plazos de resolución superiores a 18 meses para procedimientos considerados urgentes.
¿Una IA con toga?
Ahora bien, ¿veremos a Maite.ai o a alguna otra IA en un juicio en lugar de un abogado? “No, y no lo pretendemos. Tenemos muy claro que la inteligencia artificial debe complementar, no reemplazar, el criterio profesional. La diseñamos como una copiloto jurídica, potencia la capacidad del abogado sin sustituir su juicio. Su capacidad para procesar grandes volúmenes de información en segundos permite a los profesionales ahorrar tiempo y mejorar la calidad de su trabajo, incrementando así su productividad y eficiencia en múltiples áreas”, responde Nadine Bouras.

En España solo un abogado colegiado puede actuar en juicio y las regulaciones europeas son claras respecto al uso de la IA en ámbitos de alto riesgo como la justicia. “Lo que sí veremos -y ya está ocurriendo- es que herramientas como Maite.ai serán cada vez más importantes como soporte para abogados, jueces, fiscales y departamentos jurídicos. Nuestra misión no es reemplazar al abogado, sino multiplicar su capacidad, precisión y eficiencia prestando especial atención en la seguridad y la fiabilidad”.
Hay cada vez más indicios de que los modelos de IA se están volviendo competitivos con los humanos. Un estudio comparativo, publicado el 25 de septiembre por OpenAI, mostró que los evaluadores humanos expertos prefirieron el trabajo de una IA al de un humano el 47,6 % del tiempo en 220 tareas, incluyendo el diseño de un folleto de ventas para una propiedad y la evaluación de imágenes de una lesión cutánea. OpenAI también descubrió que el rendimiento de sus modelos ha mejorado sustancialmente en poco tiempo, duplicando con creces su tasa de éxito frente a los humanos entre junio de 2024 y septiembre de 2025.
Una seria competidora para los más jóvenes
La IA tiene ya su doctorado y está pisando fuerte en el mercado laboral. De acuerdo con un análisis de Stanford, se están perdiendo algunos empleos y quienes se han visto especialmente perjudicados son los jóvenes de entre 22 y 25 años en su acceso al mercado laboral, con un descenso del 13 %. Para los trabajadores mayores de 30 años, el empleo en las categorías con mayor exposición a la IA creció, sin embargo, entre un 6 % y un 12 % desde finales de 2022 hasta mayo de 2025. “Si queremos generar no solo una mayor productividad, sino también una prosperidad compartida, usar la IA para optimizar el trabajo, y no solo automatizarlo, es una buena dirección”, advierten los autores.
En ese tira y afloja, la última Asamblea General de las Naciones Unidas, celebrada en Nueva York, dedicó buena parte de su tiempo a la IA, además de las crisis de Palestina y Sudán. La Premio Nobel de la Paz, María Ressa, destacó la campaña “Líneas Rojas en IA”, instando a los gobiernos a unirse para “prevenir riesgos universalmente inaceptables” derivados de su uso. Más de 200 políticos y científicos destacados, incluidos diez ganadores del Premio Nobel, firmaron la declaración.
Los representantes declararon que la IA no es ciencia ficción, sino una realidad de la vida moderna que hace necesario desarrollar de inmediato medidas regulatorias internacionales. “Y si no podemos asegurarnos de que los chatbots actúen conforme a nuestras normas, podrían ser utilizados por personas malintencionadas para cometer actos inmorales, y podríamos perder el control sobre ellos”, concluyó Ressa.