Educación

Preocupación ante una Selectividad menos exigente. ¿Estamos bajando el nivel educativo?

Con menos teoría y más indulgencia con las faltas de ortografía, las nuevas medidas descolocan a quienes defienden la cultura del esfuerzo. Relajar la exigencia puede salirnos caro

Selectividad Cataluña 2025 - Sociedad
Varios alumnos listos para someterse a una de los exámenes para el Acceso a la Universidad
EFE/ R. García

Cuando, hace ya un par de años, el profesor murciano José Lorente preguntó en una clase de bachillerato por el escritor Mario Vargas Llosa, esta fue la respuesta generalizada: un novio que tuvo “la Preysler”. Los disparates en clase son un clásico y cada maestro conserva su propia cosecha. Juanjo, profesor de Geografía en Granada y doctor en Historia Medieval, ha compartido en sus redes el mapa de un alumno de 3º de la ESO que confundió Castilla-La Mancha con Zimbabue y situó Mérida en Francia. Lo peor es que nunca el fracaso educativo había tenido tantos cómplices. Para muestra, el anuncio de la Selectividad 2026.

La memoria queda a un lado

La prueba de acceso para la Universidad llega este curso con menos teoría y las faltas ortográficas restarán sólo 2 puntos como máximo y en algunas materias. Será más homogénea entre las distintas comunidades autónomas -una reivindicación histórica del Partido Popular- y primará la parte competencial (la resolución de casos prácticos) frente a preguntas teóricas memorísticas.

En cuanto a los criterios de calificación ortográficos, en algunas asignaturas una falta de ortografía no tendrá repercusión. Solo restarán un máximo de un punto en algunas asignaturas muy específicas y podrán llegar a quitar dos puntos si se trata del examen de Lengua y Literatura o de alguna lengua cooficial. En otras, también consideradas de letras, como la optativa Griego, no se penalizará la primera falta de ortografía y empezarán a restar (hasta un punto máximo) a partir de la segunda. No quitará puntos en Matemáticas, Matemáticas aplicadas, Dibujo artístico, Dibujo Técnico II o Empresa y Diseño de Modelos de Negocio.

El documento ha sido elaborado por las Comisiones Estatales de Materia, integradas por más de 570 especialistas de cada disciplina y de los 17 distritos universitarios. La organización universitaria busca en esta nueva Selectividad una prueba “más homogénea y equitativa” en todo el territorio español y adaptada al espíritu del nuevo currículo del bachillerato elaborado por el Ministerio de Pilar Alegría, más práctico que memorístico.

Selectividad EBAU 2025 - Sociedad
Unos alumnos haciendo las pruebas de Selectividad
El Correo

Es decir, arrincona la memoria y con ella subestima una de las habilidades de supervivencia más importantes desarrolladas durante la evolución de los animales. Se olvida básicamente de esta necesidad profunda, casi biológica, de contar historias con fluidez y corrección. “Saber expresar una idea es tan importante como la idea misma”, decía Aristóteles. Relatar es la primera forma de entender el mundo y de reconocerse en los demás, pero esta tarea queda ahora relegada al liberar al alumno de otra aún más costosa: memorizar. Demasiado esfuerzo para el cerebro de nuestros jóvenes sufridores. No vaya a ser que activen en exceso sus redes neuronales o agoten sus recursos energéticos.

El bajo nivel preocupa al 80%

¿Somos cada vez menos exigentes con los adolescentes? ¿Está cayendo el nivel educativo? Esta es la percepción. El 80% de los españoles se muestran preocupados por el escaso nivel de conocimientos que obtiene el alumnado, según el primer barómetro EducAcción. El 81% de los ciudadanos cree que las decisiones educativas responden a intereses políticos. Ese mismo porcentaje muestra su descontento ante la elevada tasa de abandono escolar (13% frente al 9% de la media de la UE). La desconfianza ante las instituciones es cada vez mayor y solo uno de cada cuatro considera que se tienen en cuenta las necesidades de los estudiantes a la hora de legislar o asignar recursos.

La ministra Pilar Alegría
Pool Moncloa Fernando Calvo. La Moncloa, Madrid -

El análisis refleja que la mitad de los españoles adultos cree que hoy la educación es peor que cuando ellos estudiaban, tanto en centros públicos, privados como concertados. Así lo entiende también María Antonia Rojo Carbonero, presidenta de la Asociación de Profesores Universitarios Jubilados. Opina que esta caída abrupta se inició hace ya unos años y no solo se observa en España. “La exigencia hoy se considera traumatizante para el alumnado. Se han relajado los contenidos académicos, pero también los valores. Esto se traduce en frustración y falta de motivación para futuros desafíos vitales. No hay interés en un aprendizaje de calidad ni en políticas que se impliquen de verdad en el desarrollo del alumno como individuo”, nos cuenta con pesimismo.

“La permisividad con las faltas es vergonzosa”

No son batallitas del pasado ni anhelo de otras épocas, sino una realidad que observan docentes como Juanjo, el profesor que compartió el mapa descabellado de su alumno. “Está bajando el nivel educativo y el nivel de exigencias general. Esto lo he notado tanto cuando he ejercido la docencia en la Universidad como en Secundaria. La tónica general es que en 3° de ESO haya muchos alumnos que no sepan ni ubicar en un mapa político mudo las provincias de Andalucía y menos las de España. Respecto a bachillerato, no se los cambios de la EVAU de este año ya que mi actual centro no tiene ese nivel, pero con respecto a la permisividad con las faltas de ortografía, en mi opinión es vergonzosa”, explica a Artículo 14.

El tirón de orejas, merecido según los expertos, se ha convertido ya en hábito. En un encuentro en Barcelona organizado por el Education Endowment Foundation, el matemático y exministro de Educación y Ciencia portugués Nuno Crato, criticó la idea de rebajar contenidos. “Cuanto más se sabe mejor se piensa. Pensamos a partir de los conocimientos que tenemos, y cuanto más enriquecidos sean, mejor. Por eso creo que los currículums tienen que ser más exigentes y no menos”.

Crato fue muy claro a la hora de exponer las prioridades en política educativa: “Un currículum exigente y bien estructurado, en especial en relación a las disciplinas troncales. Y una buena evaluación. No es mi opinión, es lo que se deduce de muchos estudios internacionales”. Cree además que es la mejor forma de lucha contra las desigualdades. “En Portugal, por ejemplo, los alumnos con peores resultados se redujeron durante los años en que el currículum fue más exigente. Se puede ser exigente y al mismo tiempo dedicar una atención especial a los alumnos con más dificultades, que habitualmente son aquellos que provienen de medios sociales más desfavorecidos. La exigencia educativa es la gran amiga de los pobres. Es su mejor herramienta para progresar”.

Reconoció que el discurso del esfuerzo y la exigencia suena disparatado en la sociedad actual, pero lanzó una advertencia: “Vamos todos a pagarlo caro, en cinco, diez o veinte años”.  Aunque la Selectividad aún queda lejana, las nuevas medidas reabren el debate sobre qué significa hoy aprender.

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