Se acabó el debate: la RAE termina con la polémica de Girona y Vizcaya

Con su posicionamiento firme sobre los topónimos, la RAE ha querido cerrar un debate que llevaba años abierto

Diccionario de la RAE - Cultura
Una imagen de archivo del emblemático diccionario de la RAE
Real Academia Española

La Real Academia Española (RAE) ha vuelto a zanjar una de las polémicas lingüísticas más recurrentes en el debate político y mediático. Se trata del uso de los topónimos tradicionales en castellano frente a las denominaciones en lenguas cooficiales como el catalán o el euskera.

La controversia sobre si debe decirse Girona o Gerona, Bizkaia o Vizcaya, ha encontrado una respuesta clara por parte de la RAE, que apuesta por mantener la forma española en los textos redactados en castellano. Salvo en los casos en los que una ley imponga oficialmente lo contrario.

La postura de la RAE no es nueva. Sin embargo, sí ha sido reiterada recientemente a raíz del uso cada vez más extendido en medios de comunicación y documentos oficiales de las formas en catalán, gallego o vasco, incluso en contextos donde el español es la lengua principal. En ese contexto, la RAE ha querido aclarar cuál debe ser el criterio normativo en cada caso.

La RAE y los topónimos: precisión frente a ideología

La RAE advierte que el uso de determinadas formas lingüísticas no puede desligarse del clima político actual, donde los elementos identitarios han cobrado un protagonismo creciente. La institución reconoce que el lenguaje se ve afectado por nuevas realidades geopolíticas, pero insiste en que debe primar el uso normativo, especialmente en los textos escritos en español.

Se acabó el debate: la RAE termina con la polémica de Girona y Vizcaya
Una imagen de un diccionario de la RAE
Shutterstock

En ese sentido, la RAE señala en su Diccionario panhispánico de dudas que, cuando existe una forma tradicional plenamente vigente en castellano —como Gerona o Vizcaya— debe preferirse esta frente a grafías propias de otras lenguas. Según la institución, muchas de estas variantes responden más a una construcción ideológica que a un uso natural entre los hablantes hispanos.

Cataluña, País Vasco y el uso simbólico del lenguaje

La RAE ha detectado una instrumentalización del lenguaje por parte de algunos movimientos nacionalistas, que identifican el castellano con una herencia franquista y el uso del catalán, euskera o gallego con una forma de resistencia cultural. Este fenómeno se ha traducido en un uso forzado de ciertos topónimos en contextos donde la forma tradicional en español sigue siendo la más común.

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Manifestantes independentistas protestando en favor del soberanismo catalán
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La RAE advierte sobre esta ingeniería lingüística, que recuerda, en sus palabras, a estrategias orwellianas donde se reescribe la lengua para consolidar nuevas realidades políticas. En este contexto, el uso de formas como Lleida o Gipuzkoa en textos generales en español contradice, a juicio de la RAE, el criterio de claridad y naturalidad que debería regir en el uso del idioma.

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