En la España rural, sólo algo más de una de cada cuatro personas que trabajan profesionalmente en el campo es mujer. Y por cada titular femenina de una explotación agraria hay más del doble de hombres, una proporción que revela la persistencia de una brecha de género tan antigua como la propia tierra. Su presencia en los últimos años viene impulsada por una nueva generación que reivindica el campo como espacio de autonomía y no de herencia.
Aunque muchas han llegado al oficio por unas tierras o ganadería del padre o del marido, cada vez son más las que se quedan por decisión propia y por cada hectárea que trabajan, también cultivan una forma genuina de libertad. No obstante, todavía existe un porcentaje importante que, a pesar de desempeñar las mismas tareas laborales, no son reconocidas oficialmente como asalariadas ni como titulares.

235.000 empleadas
En general, la población activa agraria ha caído a su mínimo histórico, según la Encuesta de Población Activa (EPA) publicada el 24 de julio. De las 887.700 personas activas en el sector primario, 123.000 se encuentran en paro. La cifra consolida una tendencia a la baja que se acentúa con el abandono del campo de un 4,5% de las mujeres, el incremento del paro agrario y una temporalidad que afecta a casi un tercio del empleo.
Estos son algunos de los datos que completan el perfil de la mujer en el campo
- Actualmente hay 235.000 mujeres ocupadas en el sector agrario, lo que representa el 28,1% de la ocupación total en el sector.
- Hace veinte años, solo dos de cada diez titulares y jefes de terrenos agrícolas eran mujeres, cifra que ha subido discretamente a tres de cada diez.
- Sus explotaciones son más pequeñas, de acuerdo con un estudio del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación: 17,9 hectáreas frente a las 29,5 hectáreas de las de los hombres.
- Persiste la brecha de género en el campo y se observa en la tasa de paro femenino: 17,1%, muy por encima del 12,6% registrado entre los hombres. Este retroceso en la feminización del sector dificulta el relevo generacional y la diversidad en las explotaciones.
- La tasa de temporalidad alcanza el 35,7%, frente al 29,4% de sus compañeros
- De las que están ocupadas en el sector, 3.319 lo están como segunda actividad en pluriempleo (el 1,4%). De estas, la gran mayoría tiene el empleo principal en el sector servicios (2.940).
- El nivel de formación de la mujer rural es superior. El 19,4% cuenta con una formación superior (bien universitaria o el máximo nivel de FP), frente al 12,3% masculino. El 70% de los hombres se sitúa en los niveles de estudio más bajos.