A María el apagón le pillo trabajando. Para ella la red eléctrica y las telecomunicaciones son su escudo protector. Es una víctima de violencia de género que figura en el sistema VioGén con riesgo alto. Es decir, que existe una probabilidad elevada de sufrir un nuevo ataque por parte de su agresor. No tiene escolta, pero su protección depende del dispositivo ATENPRO, conectado a la red, y con el que puede pedir ayuda y está localizada de forma permanente.

Ningún responsable se puso en contacto con ella
Mientras la mayoría de la población debatía si el corte de suministro era un ataque o cuánto aguanta la comida en la nevera, ella sintió un miedo que reconoció. El que experimentaba durante su relación y que todavía, a ratos le acompaña. No solo no funcionaba su dispositivo, tampoco los teléfonos. Si algo le ocurría no podía pedir ayuda. Además, su maltratador sabía que no estaba protegida. Estaba sola y ningún responsable se puso en contacto con ella.
“Yo solo pensé en mi hijo. Estaba en casa de mis padres, intenté llamar, pero nada. Pasé mucho miedo y mucha angustia porque le conozco y estaba convencida de que intentaría acercarse”, cuenta.
Se vio obligada a encerrarse en casa de sus padres
Por eso, en cuanto pudo fue rauda a reunirse con su hijo, y una vez allí ya no salió. “Me dio rabia porque salí pronto del trabajo y podíamos haber ido al parque o dar una vuelta, pero no me atreví. Hay veces que me quedo sin conexión, pero él no lo sabe. El martes sabía que lo sabía, no tenía ninguna duda y no sé si se plantó en mi casa porque no estaba, pero no me extrañaría”.
Más de 24 horas después, nadie ha llamado para comprobar que está bien
María no entiende que nadie se pusiese en contacto con ella. De hecho, más de 24 horas después, sigue sin haber recibido una llamada de los responsables policiales para comprobar que todo está bien. Se da la circunstancia de que María vive en una localidad pequeña, de alrededor de 10.000 habitantes. “Me extrañó porque alguna vez me ha llamado el propio alcalde y los agentes me conocen, me podían haber tocado el telefonillo para ver cómo estaba, por lo menos. En el pueblo hay otra víctima en riesgo alto a la que tampoco han llamado”, señala.

El agresor de Noelia porta una pulsera de localización que dejó de funcionar
A Noelia el corte de suministro también le sorprendió trabajando. Ella figura como una víctima de riesgo alto en el algoritmo de protección VioGén, y a diferencia de María, su dispositivo está conectado a Cometa y su agresor porta una pulsera que le ubica en todo momento. Supo que no tenía red enseguida. Su aparato pitó para avisar de que no tenían comunicación y pudo leer el aviso: “circule con precaución“.
Noelia trabaja en un supermercado en Madrid y, al principio, como el establecimiento cuenta con seguridad privada y no sabía muy bien qué había ocurrido, no pasó de un susto. Cuando fueron pasando las horas, se dio cuenta de que estaba desprotegida y nadie sabía si su agresor se estaba acercando.
Un amigo le ofreció dormir en su casa
Al terminar la jornada laboral fue corriendo a por sus dos hijos pequeños, sin dejar de mirar a su espalda, y se fueron a casa sin luz ni internet. Un amigo con el que se encontró, y al que le explicó su situación, le ofreció dormir en su vivienda y de esa forma consiguió sentirse menos sola y más protegida.
Se siente, al igual que María, abandonada. Hay que tener en cuenta que, en teoría, se teme por la vida de estas dos mujeres porque el sistema y la Policía consideran que corren un riesgo alto de ser atacadas y, sin embargo, nadie comprobó ni habían comprobado a última hora de la tarde del miércoles, que estaban bien.
Interior e Igualdad aseguran que estuvieron en contacto con las víctimas
No obstante, fuentes del Ministerio de Interior aseguran que ya existe un protocolo de actuación en estas situaciones extraordinarias para evitar contratiempos. Ante la pregunta de cómo pueden ponerse en contacto con las víctimas con las líneas telefónicas caídas, las mismas fuentes explican que no están autorizadas a dar información sobre los operativos policiales y añaden que se trata de “protocolos genéricos que hay que ajustar a cada caso concreto”.

Por su parte, el Ministerio de Igualdad asegura que “a partir de las 12:30 -del martes-, nos pusimos en marcha coordinándonos con todos los servicios con los que solemos trabajar: Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, VioGén, Servicio de dispositivos Cometa, ATENPRO, 016, y con las unidades de violencia sobre la mujer y unidades de coordinación en el territorio. En un primer momento, los servicios se vieron afectados, al igual que el resto de la población, pero desde el Ministerio de Igualdad y la Delegación de Gobierno contra la Violencia de Género, estuvimos en contacto continuo con las víctimas”.
“Se deben movilizar efectivas para comprobar que están bien”
La asociación Alanna tiene experiencia en ayudar a víctimas cuando el sistema se cae. No les quedó más remedio que aprender con la DANA de Valencia. Por eso ayer no dudaron en volver a salir a la calle a buscar a las mujeres que no podían localizar. Aseguran que” muchas estaban asustadas”.
A su presidenta, Chelo Álvarez, no le convencen las explicaciones de los ministerios responsables de la protección de las víctimas y de sus hijos e hijas. “Las Fuerzas de Seguridad del Estado deben salir en el momento que haya una alarma como el apagón. Tienen que salir a buscarlas y comprobar que están bien. Hoy, muchas víctimas nos han llamado asustadas, pasaron momento muy duros. Además, los delincuentes que llevan la pulsera de localización conectada a Cometa deben ser localizados. Creo que, al menos a partir de riesgo medio, debería existir un dispositivo que se movilice porque, en estas situaciones, siempre hay problemas”, alerta.
El número de mujeres inscritas en VioGén el pasado mes de marzo era de 100.723. De ellas, 27 estaban expuestas a un riesgo extremo y contaban con escolta policial, 877 presentaban un riesgo alto, 13.088 riesgo medio y 42.910 riesgo bajo.