El menor que se coló en el hotel para golpear brutalmente a desconocidas

Sus víctimas aún no saben por qué las atacó. Estaban descansando en la habitación cuando les cayó una paliza casi mortal. Una terminó con once grapas en la cabeza

“Me golpearon en la cabeza varias veces con un objeto contundente. Mi dedo fue cortado hasta el hueso. Otros huéspedes escucharon mis gritos y terminé en cuidados intensivos, con once grapas en la cabeza y el cuerpo cubierto de moratones”. Este relato de terror lo publicó en redes sociales una joven alemana cuando ya estaba de vuelta en su hogar y tras ser víctima de una agresión por la que terminó en cuidados intensivos, en un hospital de Fuerteventura. “El peligro puede estar demasiado cerca”, alertó Sofia Dubova a otras mujeres, “incluso en lugares destinados al descanso”. Es lo que hacía ella, la noche del 23 de junio cuando estaba alojada en la habitación de un hotel en la zona de Costa Calma. Ni siquiera dormía aún. El número incontable de golpes que recibió en unos minutos le hizo pensar que se trataba de varios agresores. “Me golpearon”, es lo que escribe ella en el mensaje. Pero fue uno solo. Un desconocido. Alguien que la eligió de manera fortuita, según confirma ahora la Guardia Civil. Salvo porque era la víctima propicia.

“Ni edad ni nacionalidad exacta. Basta decir que lo investiga la Fiscalía de Menores y que era residente en la isla”, puntualizan sobre el detenido fuentes cercanas a la investigación. Añaden que desconocen los motivos de las agresiones, el porqué este menor las atacó con tal virulencia, pues no las conocía de nada. Ambas estaban de paso en la isla, alojadas en un hotel. A la primera la agredió el pasado mes de diciembre; a la segunda, a los siete meses. De no ser por las cámaras de seguridad que registraron el antes y después del último ataque, quizás todavía no habrían dado con él. Quizás estaría preparando ahora su próxima embestida.

Las atacó por sorpresa, colándose por la terraza de la habitación. Es lo que se observa perfectamente en las imágenes de la cámara de videovigilancia. Él actúa sin saberse grabado. Impunemente. Se aprecia sin duda alguna que es joven, por la estatura y agilidad con la que se mueve, aunque el acceso es fácil. Sólo tiene que subir unos cuantos escalones para acceder desde el exterior. Su ‘modus operandi’ queda registrado.

En un instante se le ve salir de la habitación y quedarse en la terraza, mirando hacia el interior. Seguramente a su víctima, a la que seguramente ya ha golpeado. Parece dudar si volver a entrar o no. Pero opta por lo primero. Minutos después, saldrá a la carrera, sin echar la vista atrás, huyendo del lugar. En ese momento, una joven Sofia está gravemente herida, golpeada sin piedad de cintura para arriba. “Ahora estoy en casa, recuperándome de una lesión cerebral traumática y posiblemente me tenga que someter a una cirugía en la mano”, escribió una semana después. En su alerta destinada a otras mujeres aseguró que no era la única: “Encontré informes de incidentes anteriores en el mismo hotel, incluyendo robos y ataques violentos. Ojalá hubiera sabido esto antes”.

Misma brutalidad, idéntico ‘modus operandi’, pero distintos hoteles. Los investigadores lo tienen claro. Esos otros ataques que menciona Sofia Dubova no se los atribuyen al menor detenido, pero igualmente la Guardia Civil ha querido ser contundente en la difusión de estos hechos. Asumen que la escalada criminal del menor podría haber sido imparable, de no haber dado con él. Como su perfeccionamiento. Porque esta vez había dejado más pistas. Los trabajadores del hotel, otros huéspedes y vecinos de la zona recordaban haber visto a un chaval merodeando días antes de los hechos. Y en el registro de su casa, el pasado 18 de julio, encontraron la ropa que vistió durante las agresiones, así como objetos que podría haber usado para golpearlas. Pruebas que se están analizando, al igual que los dispositivos móviles. Pero dan la investigación policial por concluida, a expensas de cómo avance la judicial. Mientras, continuará ingresado en un centro de menores, con un futuro incierto. ¿Se reformará o seguirá atacando a más mujeres cuando salga?

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