Olvidó su cartera en la escena del crimen, así cayó el asesino de Lloret de Mar

Los investigadores creen que contrató los servicios de la víctima, una mujer de 30 años y dos hijos, y una vez en el apartamento la violó y asfixió

El juez ha decretado el de secreto de sumario
KiloyCuarto

La mañana del jueves, en la calle Sant Bartomeu, a pocos metros del Ayuntamiento de Lloret de Mar, la rutina turística se rompió en seco. Eran las once y media cuando el gestor de unos apartamentos turísticos subió a uno de los pisos para hacer el check-out de unos huéspedes. Lo que encontró al abrir la puerta no lo olvidará nunca: en la cama, desnuda, con el rostro cubierto por una toalla, yacía una mujer joven, sin vida y con evidentes signos de violencia.

De inmediato, la Policía Local acudió al aviso y minutos después, los Mossos d’Esquadra tomaban el control de la escena. La División de Investigación Criminal de Girona desplegó a sus agentes y durante horas recogieron pruebas, revisaron huellas, fotografiaron cada rincón. Entre los indicios hallados apareció una pista decisiva: una cartera con tarjetas y documentación a nombre de un vecino de la localidad.

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Una mujer de 30 años y madre de dos hijos

La víctima era una mujer colombiana de 30 años, madre de dos hijos, que apenas llevaba cinco días en Lloret tras mudarse desde Murcia. Según fuentes de la investigación, había alquilado el apartamento y ejercía la prostitución. Sus amigas, preocupadas por su ausencia y porque no respondía al teléfono, ya habían dado la voz de alarma.

El sospechoso no tardó en ser localizado. A.B.V., de 35 años, vecino de Lloret y de origen colombiano, fue detenido esa misma tarde. Vivía con su madre y la pareja de ésta en el barrio del Molí y trabajaba como limpiador en los mismos apartamentos donde ocurrió el crimen. Su historial levantó aún más alarma: en 2024 había sido investigado por dos agresiones sexuales en pocos meses, una contra una mujer con discapacidad y otra contra una limpiadora a la que supuestamente trató de asfixiar con un cojín.

Pese a las pruebas, en el interrogatorio apenas habló. Reconoció haber estado con la víctima, pero evitó dar explicaciones. Alegó que no recordaba y se acogió a su derecho a no declarar. Sin embargo, los investigadores encontraron en su casa ropa manchada de sangre y unos zapatos con huellas que coincidían con las del apartamento. La hipótesis más fuerte es que, tras contratar los servicios sexuales de la joven, la golpeó brutalmente y terminó asfixiándola con la toalla. Después, se llevó su móvil y su documentación, probablemente para borrar rastros, aunque olvidó lo más incriminatorio: su propia cartera.

El caso, bajo secreto de sumario, lo instruye el juzgado número 5 de Blanes. La jueza ha decretado prisión provisional sin fianza, y al detenido se le imputan los delitos de asesinato, de agresión sexual con agravante de género y robo con violencia.

Mientras tanto, en Lloret, la indignación se mezcló con la tristeza. Este viernes, en la Plaza de la Vila, frente al Ayuntamiento, vecinos y autoridades guardaron un minuto de silencio. Medio centenar de personas, algunas con lágrimas en los ojos, otras con el gesto endurecido por la rabia, homenajearon a la mujer asesinada. “Estamos cansados de minutos de silencio. Necesitamos más protección y más justicia”, decía una vecina que asistía a la concentración.

El Ministerio de Igualdad confirmó que investiga el caso como violencia machista, ya que desde 2022 también se incluyen en la estadística los feminicidios cometidos fuera del ámbito de la pareja, en contextos como la prostitución. De confirmarse, esta joven sería la víctima número 26 de violencia de género en España en 2025 y la tercera en Cataluña.

La mujer deja a dos hijos pequeños huérfanos. Su historia es la de alguien que buscaba empezar de nuevo en la Costa Brava y que encontró la muerte de la manera más brutal.

En el edificio de la calle Sant Bartomeu de Lloret, los turistas siguen entrando y saliendo de los apartamentos, pero la rutina ya no es la misma. Los vecinos todavía miran de reojo la puerta donde todo ocurrió. Y aunque el presunto asesino está entre rejas, la pregunta sigue flotando en el aire: ¿cómo un hombre con antecedentes por violencia sexual pudo llegar hasta aquí sin que nadie lo frenara antes?