A lo largo de los siglos, la novela histórica ha sido un refugio para aquellos lectores que desean sumergirse en tiempos remotos sin abandonar la calidez de su sillón. Las mejores novelas históricas no solo narran hechos pasados, sino que construyen mundos con la fidelidad de un cronista y la emoción de un poeta. Son relatos que combinan rigor documental con el poder de la imaginación, capaces de hacernos sentir el frío de una abadía medieval, la tensión de una guerra napoleónica o la fiebre de la construcción de una catedral.
A continuación, como ya hicimos con el género noir, te recomendamos cuatro de las mejores novelas históricas que debes leer antes de morir si de verdad amas el género. Cada una de ellas representa una cima literaria y una experiencia única para cualquier lector.
‘Yo, Claudio’, de Robert Graves
Entre las mejores novelas históricas ambientadas en la Antigua Roma, Yo, Claudio de Robert Graves ocupa un lugar privilegiado. Publicada en 1934, esta obra da forma a las memorias ficticias del emperador Claudio. Una figura en apariencia débil, tartamuda e insignificante, que termina convirtiéndose en el testigo más lúcido y sarcástico de los excesos del poder.

Graves recrea con maestría la dinastía Julio-Claudia, desde los días de Augusto hasta la muerte de Calígula. Y lo hace con un estilo ágil, irónico y profundamente humano. Lo que convierte a Yo, Claudio en una de las mejores novelas históricas es su capacidad para mostrar el funcionamiento íntimo de un régimen político basado en la intriga, el asesinato y la ambición desmedida. Todo ello sin renunciar al entretenimiento ni a la profundidad.
Lejos de ser un simple desfile de emperadores y batallas, esta obra brilla por su mirada personal. La de un hombre aparentemente insignificante que acaba convirtiéndose en emperador gracias, precisamente, a que todos lo subestimaron.
‘Los pilares de la Tierra’, de Ken Follett
Si hablamos de las mejores novelas históricas contemporáneas, Los pilares de la Tierra de Ken Follett es un referente indiscutible. Publicada en 1989, esta epopeya ambientada en la Inglaterra del siglo XII narra la construcción de una catedral gótica en un contexto de guerras civiles, hambrunas, luchas por el poder y grandes transformaciones sociales.

Lo que distingue a esta novela dentro del conjunto de las mejores novelas históricas es su capacidad para conjugar lo monumental con lo íntimo. Follett construye un tapiz narrativo en el que cada hilo —ya sea el de un maestro constructor, un monje visionario o una joven perseguida— aporta una visión distinta del mundo medieval.
La fuerza narrativa de la novela no reside solo en los giros argumentales, sino en el minucioso trabajo de documentación. En la representación realista de la vida cotidiana en la Edad Media y en la manera en que se entrelazan los destinos individuales con los grandes procesos históricos.
Leer Los pilares de la Tierra es una experiencia inmersiva. Una ventana abierta a uno de los periodos más complejos y fascinantes de la historia europea. Por eso sigue figurando entre las mejores novelas históricas recomendadas por millones de lectores.
‘Guerra y paz’, de León Tolstói
Ninguna lista seria sobre las mejores novelas históricas puede prescindir de Guerra y paz de León Tolstói. Esta obra monumental, publicada entre 1865 y 1869, no solo es una de las cumbres de la literatura rusa. Es también una reconstrucción magistral de la Rusia zarista en tiempos de las guerras napoleónicas.

Tolstói no se limita a contar una historia. Crea un universo en el que se entrecruzan decenas de personajes. Desde aristócratas reflexivos hasta soldados en el frente. Todos ellos enfrentados al caos de la guerra y a las incertidumbres de la existencia. En ese sentido, Guerra y paz va más allá de lo puramente histórico. Es también una meditación filosófica sobre el libre albedrío, el destino, el poder y la muerte.
El realismo psicológico de los personajes, la riqueza de las descripciones, la profundidad de las reflexiones y la precisión con la que Tolstói retrata los movimientos de tropas y la vida en las fincas rurales hacen que esta novela siga siendo una de las mejores novelas históricas jamás escritas.
Pese a su extensión, Guerra y paz no es una lectura pesada. Es un viaje a un mundo pasado que sigue hablando con fuerza a nuestros días, como solo las grandes obras pueden hacerlo.
‘El nombre de la rosa’, de Umberto Eco
Publicada en 1980, El nombre de la rosa de Umberto Eco fue una revolución literaria. En apariencia, se trata de una novela de misterio ambientada en una abadía benedictina del siglo XIV. Pero bajo esa estructura detectivesca se esconde una reflexión densa y brillante sobre el saber, la censura, la fe y el poder.

El franciscano Guillermo de Baskerville, protagonista de la historia, es una mezcla de Sherlock Holmes y Guillermo de Ockham. Recorre los pasillos de la abadía investigando una serie de muertes que parecen estar relacionadas con un libro prohibido. La biblioteca —una construcción laberíntica, casi mítica— se convierte en el corazón simbólico de la novela.
Entre las mejores novelas históricas, pocas han logrado con tanto éxito unir el entretenimiento de un thriller con la riqueza del pensamiento filosófico medieval. Eco no solo ambienta con precisión el contexto político y religioso de la época, sino que lo problematiza, lo interroga, lo convierte en parte de la trama misma.
El nombre de la rosa es una novela que desafía al lector, que exige atención. Pero que ofrece una recompensa incomparable. Su complejidad, su erudición y su capacidad para construir una intriga absorbente la convierten en una de las mejores novelas históricas de las últimas décadas.