Juan Carlos Ahijón es aventurero, es valiente. Tras una vida corporativa como directivo de una empresa perteneciente al mundo del retail internacional, a sus 45 años se lanzó sin miedo a lo desconocido. Decidió crear su propia consultoría, convenientmadrid; dejar la capital de España, la ciudad en la que nació y lo vio crecer, para conocer Asia, específicamente Indonesia; y encontró un tiempo para adentrarse en un mundo distinto, el de la literatura.
Su primera novela, Bajo el cielo de Madrid, tiene como protagonista a Bosco, un hombre gay que, después de atravesar un divorcio, se enfrenta a los altibajos de la vida: relaciones fugaces, una carrera profesional desafiante y una continua búsqueda de rumbo.
Y entre menciones de terrazas y calles ubicadas desde el barrio de Salamanca o Chamberí, hasta el del Pilar o el Retiro, el novel autor muestra a Madrid como algo más allá de un simple espacio en el que se desarrolla la historia, sino como un personaje más de sus páginas.
¿Cómo surge el cambio que vives de una vida corporativa a “voy a aventarme a escribir”?
Bueno, es un poco parte de todo del mismo proceso en el momento. Yo creo que dejas de estar como en el contexto profesional puro y duro corporativo que te absorbe; e intentas montar tu propio negocio; y luego, además, decides vivir de otra manera y prácticamente te marchas a vivir a la otra parte del mundo, porque Indonesia es justo la otra parte del mundo, otra cultura, otra religión. Todo distinto. Y Bali es un paraíso, pero bueno, es otro mundo, es otro universo. Entonces yo creo que ahí todo hace que, si acaso en ti está algún tipo de anhelo, pues aparezca de manera más fácil que si sigues en la rueda en la que, de alguna manera, estás metido desde que tienes uso de razón.
¿Esa pausa es la que ocasiona que Bajo el cielo de Madrid surgiera en Bali, precisamente cuando estas lejos de la ciudad que es un personaje importante en el libro?
Total, sí. Posiblemente, también, porque al estar viviendo allí… Yo estuve viviendo un año. Y bueno, viviendo, trabajando. Yo allí todavía tengo clientes y dirijo también una ONG de apoyo a la comunidad. Y es verdad que quizá, al echar de menos las cosas que antes pues no reparaba en ellas, desde las más sencillas a las que sí que las tiene solamente una ciudad como Madrid. Porque no es solamente occidente versus esa otra parte del mundo, sino que, además, en particular en Madrid, pues hay muchas opciones de disfrute, de ocio. También, el estilo de vida es muy particular. Por esto Madrid, probablemente, es muy atractiva en el resto del mundo. Bueno todo eso, de repente, cuando tú estás tan lejos de tu casa, a lo mejor, se coloca ahí en un plano en tu cabeza distinto. Y también por eso, de repente, cuando terminé el libro, me di cuenta de que efectivamente Madrid era un personaje más. Porque a lo mejor es así como yo lo sentía estando lejos.
¿Cómo crees que te ha definido Madrid a ti?
Yo creo que de manera absoluta. Al final yo creo que las ciudades tienen una identidad, cada una. Y la de esta ciudad es muy afín a la mía. Aparte ha contribuido a ella. O sea, yo siento que Madrid es como tiene que ser. Entonces, a mí supongo que el hecho de crecer en esta ciudad me ha moldeado totalmente. Por lo menos en mi caso, como creo que hay una afinidad, digamos, de fábrica, de origen. Luego, lo que la ciudad ha contribuido ha ido como amplificándolo, porque yo, por ejemplo, soy una persona muy sociable, intento a la gente hacerla sentir lo mejor posible, aunque no la conozca, trato de dar un poco a todo el mundo su lugar. Pero al mismo tiempo, puedo ser también un poco hostil, y esta ciudad es un poco de contraste porque es una ciudad que te hace sentir fantástico pero que luego no es fácil. Yo tampoco lo soy, tengo también un carácter muy exigente y esta ciudad también es muy exigente. Esta ciudad es muy difícil, es muy cara, es muy complicado encontrar tu sitio, tu apartamento, tu trabajo. Poder salir a cenar cada vez es peor en ese sentido y, al mismo tiempo, no puedes dejar de quererla.
¿Ya existía en ti, antes, la espinita de la escritura?
Bueno, yo cuando estaba estudiando y era adolescente o posadolescente, sí que escribía. De hecho, gané varios concursos, uno de una obra de teatro que presenté que se llamaba Boqueada, otro de poesía, otro de relato corto. Y es verdad que, normalmente, si me prestaba a un concurso, lo ganaba o quedaba entre los tres primeros. Pero luego, con la vida profesional te vas alejando un poco de ese tipo de cosas. Y luego, también es verdad que mi trabajo siempre ha sido mucho de construir relato. Al final yo lo que hago siempre es gestión de negocios, gestión con clientes y todo eso conlleva un relato. Conlleva estar no inventando, pero sí de alguna manera armando historias constantemente. También, yo he hecho muchos manuales de formación, por ejemplo, para muchas empresas distintas. Entonces, siempre ha estado como presente, pero no a ese nivel de ficción.
¿Cómo describirías a Bosco y sus vivencias a aquella persona que todavía no se decide a meterse en su historia?
Si es hablando de Bosco y no de la historia en general, Bosco al final es que podemos ser cualquiera. Y, además, es lo que he sentido antes de que se publicase y lo he sentido, o sea, y lo he comprobado después en estos seis, siete meses. Es mucha la gente, independientemente de su género, seas chico, chica, que todo el rato el mensaje es “me siento totalmente identificado con las cosas que le pasan a Bosco”. Son las que cuentan esta historia y resulta que, al final, es todo bastante universal. Y yo creo que eso es lo que te puede atraer mucho de una historia, el hecho de que te vaya a hablar a ti; y que vayas a sentir que, de alguna manera, te reconoces. Puede que lo que busques sea ficción y una fantasía, y eso no sea este libro ni Bosco; entonces, para esa persona le diría que no. Pero, puestos a darle un argumento, le diría que va a encontrar mucho, mucho de sí mismo. Seguro. Y que eso, además, normalmente a uno le gusta. Porque ayuda a reflexionar y a veces a encontrar nuevos caminos, incluso.
¿Qué fue lo que inspiró Bajo el cielo de Madrid?
Pues realmente empieza del hecho de que, cuando me puse a escribir a cuenta de desahogar yo una situación mía, me di cuenta de que eso podía ser el principio de una historia más grande y que me apetecía escribir. Una historia que a mí me apeteciese leer, pues yo siempre he sido un lector y leo mucho y me apetecía contar algo que yo, efectivamente, si fuera esa persona que está en la librería dijese: “esto es lo que me apetece leer”. Y es un poco lo que me llevó a hacerlo. Luego, por otro lado, también el deseo que apareció, que había estado ahí oculto, de repente apareció como una necesidad. O sea, realmente me puse a escribir y a escribir y noté que lo estaba disfrutando mucho y se convirtió en una de esas cosas que sabes que van a pasar.
De repente fue como una certeza, porque claro, tú te pones a escribir y todo ese proceso de meses, por lo menos en mi caso, lo que hizo que se convirtiese en realidad es que tenía la certeza de que a la gente le iba a gustar, de que se iba a publicar. Que eso ya era muy atrevido por mi parte, pero yo estaba seguro de que iba a funcionar. Entonces, primero fue ese anhelo y luego, ya cuando lo fui escribiendo, y leía yo mismo lo que estaba escribiendo, me encantaba. Yo no sé si eso le pasa a todo el mundo que escribe, porque yo soy nuevo en esto, pero es verdad que yo lo leía y decía: “es que me gusta muchísimo”.
Dicen, en el mundo de la literatura, que un personaje existe y el escritor lo trae a la vida. Que es el personaje el que va guiando la historia, ¿te pasó esto con Bosco?
Pues no lo sé. Fíjate que, por darle una vuelta más a tu pregunta, lo que sí me he dado cuenta es que el personaje, una vez que está escrito, se convierte para cada uno en algo distinto. Entonces, ahí sí que he notado una cosa que yo ya había oído de los autores, que la historia o los personajes una vez que los sueltas, ya son como libres y se transforman en otra cosa distinta. Eso sí lo he notado más. Por otro lado, ¿si antes ya estaba ahí ese personaje y de repente yo lo hice, lo convertí en un personaje de ficción? Seguro, porque tiene mucho de mí.
Entonces, la parte que tiene que ver con las vivencias que yo he tenido, que le he regalado al personaje, estaban ya ahí. Y las mías se parecen mucho a las de otras personas. Y luego, he hecho también un poco de, me imagino que eso lo hacen todos los escritores, he construido mucho a partir de lo que yo he visto en la gente que me ha ido acompañando. Entonces, de repente, pues hay personajes que son como el Frankenstein de seis personas que yo conozco. No son literalmente uno, pero sí son la vivencia que yo tuve con uno, con el carácter de otro, con dónde vive otro y con el trabajo de otro. Al final esto es ficción contemporánea, que tiene mucho de como de costumbrismo de la realidad. O sea que sí, la historia, imagino, y el personaje estaban ya por ahí.
¿Qué ha significado para ti no solo el que se haya publicado tu libro, sino que esté teniendo una buena respuesta y que hayas podido hablar de él en eventos importantes?
Pues eso es un sueño, porque es verdad que esa parte yo creo que, al menos yo sí, la he soñado. Sí que la he visto en una película y he dicho, sin verbalizarlo, pero yo conmigo mismo he pensado: “es que eso me encantaría, el momento de estar presentando tu historia a los demás y contándosela”. Y las presentaciones son algo maravilloso. A mí me encanta. Hay muchos autores que les da mucho miedo o que no les gusta. Tiene que ver también mucho con como tú seas, yo creo, a nivel de carácter. O sea, a mí me gusta mucho comunicar, me gusta mucho estar con la gente. Es parte del sueño e influye mucho que te den esa oportunidad, en cómo el libro funciona. Porque, por ejemplo, yo aquí en Madrid he tenido la oportunidad de firmar en la Casa del Libro y en la FNAC y eso es muy difícil cuando tú no perteneces a los grupos editoriales que hay detrás de la Casa del Libro, que pertenece al grupo Planeta. Entonces, tener esas opciones, con una novela que se acaba de publicar prácticamente, que tú eres un autor novel, pues amplifica el mensaje. De repente, la gente ve que tú estás en la Casa del Libro y que hay un escaparate con tus libros y como que el valor sube. Yo me presto además a todo.
De todas las presentaciones que has tenido, en Barcelona, aquí en Madrid, incluso en México, ¿cuál era la que más ilusión te hacía?
La que más ilusión me ha hecho fue precisamente la de la Casa del Libro, porque fue en la calle Alcalá, en el barrio Salamanca, que aparece en la novela. Entonces, de hecho, ese es el desencadenante de que yo acabe estando allí con mi libro firmando. Porque yo entro un día en la librería, pregunto por la novela, empiezo a hablar con un librero, le comento esto mismo, que qué bonito que esté el libro allí porque aparece en la novela y entonces me dice: “Ah, ¿sí? Pues tendrías que hacer una presentación aquí un día, una firma. Te voy a presentar ahora mismo a la persona que organiza los eventos”. Y así fue. Es como una cosa como de… no justicia poética, pero como algo mágico un poco, ¿no? O sea, porque el protagonista de la novela encuentra allí un libro que le ayuda en un momento determinado. Entonces, para mí es muy bonito que la realidad acabe siendo como parte de la ficción, que era parte de la realidad. Entonces, esa me hizo mucha ilusión.
Aparte fue muy bonito porque la Casa del Libro de la calle Alcalá tiene mucho tráfico de gente. Entonces yo estuve un sábado todo el día y eso fue precioso porque es que hay mucha gente. Y entonces todo el rato tuve oportunidad de estar hablando con personas, contándoles la historia del libro. Se vendió para mucha gente de fuera, también, que estaban de paso en Madrid y que lo vieron como una especie de souvenir de la ciudad, que eso también ha pasado.
¿Te definirías como un aventurero? Pues te animaste a crear Convinientmadrid, vivir en otro país y participar en una ONG de este, establecer MadeofBali y ahora escribir tu propio libro y fundar un club de lectura.
Sí, seguro. Es como un poco raro decirlo de uno mismo, pero sí, al final entiendo que sí, porque, o sea, yo lo que soy es valiente. En general, no temo mucho a las cosas nuevas. Me dan miedo muchas otras supongo, pero lo nuevo no. Bueno, por eso también soy un poco como esta ciudad contradictoria, ¿no? Porque yo soy muy de costumbres y soy muy de la norma. Al final, yo toda mi vida la he desarrollado en el ámbito profesional como muy exigente y estructurado y eso te marca mucho. Porque tú tienes que ser hiper disciplinado, tienes que ser quizá lo contrario a ser aventurero. Pero creo que había algo dentro de mí que estaba esperando como el momento también oportuno para decir: “Vale, ya he cumplido con todo lo que se esperaba, o yo al menos esperaba de mí, a nivel vital, profesional, y ahora voy a intentar probar a vivir de otra manera”.
También es verdad que creo que te vas dando cuenta, aunque todos lo sabemos, que en cualquier momento la vida te puede dar una mala sorpresa y quizá yo me planteé que quería ya vivir cosas. No fuera a ser que luego no fuera posible. Y creo que también, de todas maneras, cuando te abres a una como que se van encadenando las demás. Por ejemplo, en el momento que decidí no enlazar mi anterior puesto de directivo con otro, sino montar mi propio proyecto, pues ahí ya vino todo lo demás. Porque ahí vino la posibilidad de vivir fuera de España, en Bali; el hecho de vivir en Bali me permitió abrirme a escribir la novela, dirigir la ONG allí, yo qué sé. Yo creo que una cosa te lleva a otra.
¿Qué te llevó a realizar el Club de Lectura? Y ¿hay tema en mente para la siguiente edición?
Leyendo Madrid, lo he creado yo y lo creo porque ahora mismo es una de las tendencias más relevantes a nivel global y desde luego en el mundo de la literatura. Y es algo contrario a todo lo digital. Y decido hacerlo hilando esto con una idea que yo tenía y es que el libro formase parte de algún hotel, digamos un joint venture con algún hotel emblemático de la ciudad de Madrid. Entonces se lo propongo a uno de los seis hoteles cinco estrellas de gran lujo, que es el Palacio de los Duques, Gran Melia, y justo a la directora de marketing y comunicación le habían regalado mi novela hacía una semana. Así que casi que no la tuve que convencer de nada, porque además ellos querían montar un club de lectura. Ahí se concatenó todo, ellos son los mecenas del club de lectura.
Esta primera edición se ha producido creo que fue en marzo, y la segunda va a ser en diciembre. En esta primera edición hubo artistas de todas las disciplinas, gente relevante de la ciudad de Madrid. Es un despliegue maravilloso, por parte de ellos hay veinte platos para un desayuno en el que todo es relacionado con Madrid; los arreglos florales son claveles porque es la flor de Madrid; y la mesa en la que hicimos el club de lectura, es una mesa histórica que tiene que ver con uno de los palacios de Madrid, que se ha trasladado desde allí.
Leyendo Madrid, de momento, va a ser siempre Bajo el cielo de Madrid. Y en el futuro, la idea es que sea mi libro en conversación con otros libros sobre Madrid. De hecho, uno de los invitados al primer club de lectura era el comisario de Madrid de Una chica Almodóvar, que ha estado en el Conde Duque, siendo la exposición más visitada en su historia, y que está basada en un libro de él que se llama Todo sobre mi Madrid. Entonces, mi idea es ir vinculando la novela con otras novelas que hablen de Madrid.
Sabemos que hay planes para un segundo libro, ¿la idea es que se base ahora en Bali?
La idea es hacer de Bajo el cielo de Madrid la primera de una serie de libros. Lo más probable es que sean tres los que tengan que ver con esta historia y con Bosco. El siguiente, le va a dar recorrido a las vivencias de Bosco, igual que el tercero y va a ser en Asia, porque al final va a ser un contraste entre las vivencias de Bosco en Asia y Madrid, pero Madrid siempre va a estar presente. La historia hará que se puedan combinar ambos universos y, digamos, va a ser el grueso de las vivencias en Bali y en el resto de Asia.
Cada vez se vuelve más común ver a personajes pertenecientes abiertamente a la comunidad LGTB+, ¿significa algo para ti ser parte de estas representaciones?
Sí, Bosco lo que tiene es que es un personaje universal. Resulta que además es un personaje queer. Pero todo lo que tiene que ver con lo que él vive, es muy posible que lo viva cualquier otra persona, sea hombre, mujer, que tenga una orientación de un tipo o de otra. Eso es lo que me parece que, precisamente, hace que la historia en sí misma tenga un valor añadido. El hecho de que es una historia con un personaje queer, pero cualquiera que la lea es probable que sienta que le habla de cosas que le son muy familiares y comunes. También es cierto que hay otra parte muy concreta de sus vivencias y de su entorno que tiene que ver con el éxito, con lo aspiracional, con un Madrid que no todo el mundo conoce, pero que mucha gente sueña con él. Y eso, también, me parece que es una parte muy atractiva de la historia, por todo lo que hay como de objeto un poco de deseo, pues siempre resulta interesante. Luego, la historia no es solo una historia en la que el privilegio, que es un privilegio obtenido a base de trabajo, en cualquier caso. Pero ese privilegio, no es solamente algo que tenga como una cara. Hay un montón de aristas y el personaje va un poco viviendo esas diferentes facetas y, también, yo creo que eso gusta. Como uno, no somos solo una cosa —es que casi nadie somos solo ni buenos ni malos— Y Bosco tampoco lo es. Bosco es bastantes cosas.
¿Te gustaría ver Bajo el cielo de Madrid en la gran pantalla o en series, o crees que la belleza de la palabra escrita es lo que lo hace tan especial, pues queda ahí reflejada la ciudad, pero importa el significado que le da cada lector a esos espacios?
Pues es una pregunta muy bonita, la verdad, porque tiene todo el sentido la pregunta. Yo creo que es imposible replicar las emociones en otro formato distinto. Yo creo que está volviendo con mucha fuerza la lectura, está cogiendo cada vez una posición más relevante, cuando había quien pensaba que ya nunca más íbamos a tener libros en físico y que cada vez se iba a leer menos. Justo está pasando ahora un resurgimiento de la industria del libro y creo que tiene que ver con que te ofrece algo que no te puede ofrecer nada de lo que estamos habituados a consumir. Es un momento contigo mismo que, además, creo que te proporciona mucha paz y equilibrio. Y eso se parece mucho a cuando meditas o cuando haces yoga o cuando realmente conectas un poco contigo mismo.
Aunque, lo que más amo del mundo es el cine, esa es mi pasión real. Hay gente que lo lee y me dice: “Este libro lo veo perfectamente hecho serie, hecho cine. Hay que buscar ya un productor”. De hecho, hay una persona que está interesada en llevarla a la ficción. Sí me gustaría porque, al final, es hacer que la historia de Bosco llegué a mucha más gente. Es que tu libro tenga un reconocimiento, que también te va a permitir, probablemente, seguir escribiendo de una manera más segura. Y también, me parece que la historia que cuenta y los personajes y sus circunstancias estaría muy bien que llegasen a cuanta más gente mejor, porque yo creo que habla de una realidad que tampoco está tan habitualmente contada.