El boom de los podcasts de true crime en España: ¿fenómeno cultural o adicción narrativa?

El 'true crime' es uno de los géneros con mayor número de oyentes en España

¿Por qué es tan llamativo el true crime?

Los ingredientes del true crime, intriga, suspense y hechos reales, han encontrado en el formato podcast su medio ideal para conquistar a miles de oyentes en España. Cada semana, nuevos programas desgranan crímenes célebres o desconocidos revisitados desde un nuevo enfoque. ¿Estamos ante una moda pasajera o frente a una nueva forma de consumo cultural que ha llegado para quedarse?

¿Qué es el true crime?

El término true crime se traduce literalmente como “crimen verdadero” y hace referencia a un tipo de narración, tanto sonora como audiovisual, centrada en hechos delictivos reales. Asesinatos, desapariciones, secuestros o casos judiciales conocidos son reconstruidos con detalle a través de pódcast o documentales, aportando nueva información y contexto sobre los acontecimientos.

Podría compararse con esas películas que comienzan con el aviso: “Basada en hechos reales”, una forma de recordar a los espectadores que lo que están a punto de ver o escuchar no es una invención, sino una representación de algo que ocurrió realmente. El true crime, en esencia, aleja a su público de la ficción, trasladándolo al terreno de lo verídico y sumergiéndolo en casos que han marcado a la sociedad.

La popularidad del formato sonoro

El podcast es considerado como uno de los formatos digitales más “íntimos” y ha ganado fama a raíz de la llegada de plataformas de streaming, como Spotify o Apple Podcasts.

Tuvo un boom signiticativo a partir de la pandemia de la COVID-19 en 2020, cuando el confinamiento llevó a muchas personas a buscar nuevas formas de informarse y entretenerse desde casa. En ese contexto, el formato podcast ganó terreno al ofrecer contenidos variados, accesibles y envolventes.

Además, una de las principales ventajas de estos productos de audio, encontrados en las dichos espacios —la cual impactó en el crecimiento de su popularidad—, es que el usuario puede reproducirlos en cualquier momento y tantas veces como desee, adaptándolos a su ritmo y rutina diaria.

El podcast, al permitir una escucha íntima y portátil, ha revolucionado el modo en que los oyentes se relacionan con las historias de true crime. Incluso, llevándolos a sentir que aprenden sobre justicia, criminología o historia reciente a través de estos contenidos.

Los títulos que más suenan

Las listas de los programas más escuchados de Spotify y Apple demuestran que los de true crime suelen ser una constante entre los más populares para el público. Títulos como Criminopatía, Dossier negro, Operación Moon, Crims o True Crime con Martha Caballero, destacan como los que más suenan en España.

¿Por qué fascinan los crímenes reales?

Una de las claves parece estar en la identificación parcial con las historias. Muchas personas experimentan una especie de transferencia emocional al escuchar o ver estos relatos: observan lo que les sucede a otros como si se tratara de una experiencia lejana, pero que a la vez les impacta. Este tipo de narrativas actúan casi como una simulación, una forma simbólica en la que el usuario se prepara mentalmente para situaciones que, aunque desagradables, resultan ser inquietantemente posibles.

Cuando los contenidos giran en torno a temas oscuros como asesinatos, torturas o secuestros, se activa un mecanismo psicológico de desconexión emocional. El oyente se distancia de lo narrado, percibiéndolo como algo ajeno, lo que facilita el consumo de estas historias sin sentirse directamente afectado, aunque no por ello menos interesado.

Las mujeres, principales consumidoras de true crime

El informe de Social Psychological and Personality Science indica que, en el ámbito de las producciones de true crime, el 70% de la audiencia está compuesta por mujeres, mientras que el 30% restante corresponde a hombres.

Uno de los factores que explican su interés creciente por este género es el instinto de supervivencia. Al escuchar relatos de crímenes reales, muchas buscan entender cómo reaccionarían en situaciones similares, qué señales detectar y qué decisiones podrían marcar la diferencia. Esta curiosidad nace del deseo de estar preparadas ante posibles amenazas, como una forma de autoprotección informada.