Tras veinte años de construcción, el Gran Museo Egipcio (GEM), ubicado solo a dos kilómetros de las históricas pirámides de Giza, abrió oficialmente sus puertas en un evento que las autoridades del país calificaron como histórico. El primer ministro egipcio, Mustafa Madbuli, definió la apertura como un “sueño hecho realidad”, destinado a consolidar la imagen de Egipto ante el mundo y proyectar su riqueza cultural.
Durante su intervención, Madbuli destacó la importancia del proyecto, que requirió más de veinte años de arduo trabajo de equipos de expertos y constructores nacionales e internacionales, entre ellos la arquitecta irlandesa Róisín Heneghan. “Hemos trabajado para que este proyecto global pueda llevarse a término y para asegurar a todos los egipcios que su país será mostrado con orgullo al mundo. Gracias a todos por vuestros esfuerzos”, afirmó el mandatario.
El GEM es el primer museo del mundo dedicado exclusivamente a una sola civilización, centrando su enfoque en la cultura faraónica. Su superficie total alcanza los 480.000 metros cuadrados, de los cuales 85.000 están destinados a exhibiciones. Alberga más de 100.000 piezas de arte egipcio, incluyendo 25.000 que se presentan al público por primera vez.

Se estima que el museo reciba alrededor de cinco millones de visitantes cada año, consolidándose como uno de los centros culturales y turísticos más importantes del mundo. La construcción del museo implicó una inversión superior a 1.200 millones de dólares, reflejando el firme compromiso de Egipto con la preservación y la difusión de su patrimonio histórico.
El retraso del megaproyecto se debió a múltiples factores: crisis económicas, conflictos en Oriente Medio, inestabilidades políticas internas y la pandemia de COVID-19, que paralizó las obras durante varios meses. Su último retraso fue el pasado verano, cuando la inauguración prevista para el 3 de julio fue suspendida debido a los bombardeos israelíes sobre Irán a finales de junio.
Inauguración internacional

La ceremonia comenzó alrededor de las 19:00 hora local, acompañada de un espectáculo aéreo en el que aviones sobrevolaron las pirámides y el museo portando el mensaje “Bienvenidos a la tierra de la paz”. Al evento asistieron delegados de cerca de 80 países, junto a líderes internacionales, autoridades de organizaciones regionales y directivos de multinacionales. Entre los invitados destacados se encontraban el Rey Felipe VI de España, el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, y el gran duque de Luxemburgo.
El Rey ha asistido en Giza a la inauguración del Gran Museo Egipcio, que albergará cerca de 100.000 piezas, además de un almacén de antigüedades y un laboratorio de restauración.
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— Casa de S.M. el Rey (@CasaReal) November 1, 2025
La ceremonia combinó un despliegue espectacular con la presencia de líderes y delegaciones de todo el mundo, subrayando el GEM como un espacio de encuentro cultural y diplomático de alcance internacional.
Atracción principal: Tesoros de Tutankamón

En la apertura de las galerías de Tutankamón se exhibirán las 5.398 piezas procedentes de la tumba del “niño rey”, quien falleció a los 19 años. La fama del faraón se debe a la temprana edad con la que ascendió al trono, apenas a los nueve años, y al descubrimiento casi intacto de su tumba en 1922 por Howard Carter, un hallazgo que sorprendió al mundo por la cantidad de tesoros conservados y por la información que reveló sobre el Antiguo Egipto. La colección completa se exhibe por primera vez en un mismo lugar desde su descubrimiento.
Según comentó a EFE Nuria Sanz, directora regional de la UNESCO para Egipto y Sudán, el GEM “envía un poderoso mensaje” al mundo, y es que “Egipto no sólo es guardián de su pasado, sino también un líder en la formación del futuro de la conservación del patrimonio”.
El museo ha estado parcialmente en funcionamiento durante más de dos años, período en el que se culminaron las últimas salas y se fortaleció la infraestructura para recibir hasta 15.000 visitantes diarios. El GEM busca consolidarse no solo como un referente turístico global, sino también como símbolo del compromiso de Egipto con la preservación de su patrimonio histórico y la difusión de su legado.


