Netflix vuelve a sumergirse en el territorio más oscuro del género documental con Unknown Number: The High School Catfish. Un true crime que relata cómo un instituto de un pequeño pueblo de Michigan se convirtió en escenario de una de las historias más perturbadoras de los últimos años.
Lo que parecía un caso de acoso escolar a través de mensajes anónimos terminó revelando un secreto familiar que estremeció a toda la comunidad.
El inicio de una pesadilla digital
La trama de Unknown Number: The High School Catfish arranca en Beal City, un lugar tranquilo en apariencia, hasta que una estudiante de bachillerato, Lauryn Licari, y su novio Owen McKenny comenzaron a recibir mensajes abusivos desde un número desconocido.
Los textos, cargados de insultos, insinuaciones sexuales y amenazas, fueron minando poco a poco la estabilidad emocional de los jóvenes, convirtiendo la vida escolar en una auténtica pesadilla.
Los mensajes no se limitaban a simples bromas pesadas o maldades adolescentes: eran explícitos, constantes y diseñados para herir. El impacto psicológico fue inmediato y la sospecha se extendió por el instituto. Profesores, alumnos y padres comenzaron a preguntarse quién podía estar detrás de aquella campaña de acoso digital que parecía no tener fin.
La investigación y el papel del FBI
Ante la gravedad del caso, las autoridades locales se vieron obligadas a intervenir. El volumen y la violencia del material condujeron finalmente a la participación del FBI, que rastreó el origen de los mensajes durante meses. Lo que parecía un caso clásico de ciberacoso escolar acabó por convertirse en algo mucho más retorcido.
La investigación reveló que la persona que acosaba a Lauryn no era un compañero de clase, ni un vecino resentido, ni un desconocido con malas intenciones. El origen de los mensajes estaba en el lugar más insospechado: su propia madre, Kendra Licari.

La revelación dejó en shock a la comunidad educativa de Beal City. Kendra, que trabajaba como entrenadora en el equipo de baloncesto juvenil, había sido durante meses la mente detrás de aquellos mensajes que arruinaron la vida emocional de su hija y su entorno más cercano.
El documental de Netflix muestra, a través de entrevistas con estudiantes, profesores y agentes federales, cómo nadie en el pueblo podía creer lo que estaba ocurriendo. El relato se nutre de testimonios que reflejan la incredulidad, la rabia y el desconcierto. ¿Qué lleva a una madre a acosar a su propia hija de manera tan cruel?
Juicio, condena y libertad condicional
Kendra Licari fue acusada de acoso y otros cargos vinculados a la persecución digital. Tras un proceso judicial que atrajo la atención de medios nacionales en Estados Unidos, recibió una condena de 19 meses de prisión.
Sin embargo, en agosto de 2024 salió en libertad condicional, un hecho que añadió más polémica al caso y que se recoge en el documental como parte de la controversia social que aún rodea a esta historia.

El trabajo de la directora Skye Borgman, reconocida por otros documentales como Abducted in Plain Sight o Girl in the Picture, refuerza el relato con un tono inquietante, que combina el testimonio humano con el rigor de la investigación policial.
Una comunidad marcada por el silencio
Más allá del impacto mediático, Unknown Number: The High School Catfish profundiza en cómo un pueblo entero quedó marcado por un secreto familiar convertido en tragedia pública.
Beal City, un lugar pequeño y aparentemente seguro, pasó de la tranquilidad rural a ser recordado como el escenario de uno de los casos de acoso más extraños y perturbadores de la última década.
Los alumnos del instituto cargaron durante meses con la sospecha de que uno de ellos podría estar detrás de los mensajes. El miedo, la desconfianza y la tensión destruyeron amistades y sembraron la duda en las aulas. Ese daño colateral, según exponen algunos testimonios, tardará en cicatrizar.