Si existe una película de culto que abrió camino a las realizadoras que llegaron luego fue, esta fue, sin duda, Función de noche. Josefina Molina (Córdoba, 14 de noviembre de 1936) ideó su segunda película desde la profunda admiración hacia la actriz Lola Herrera, quien protagonizó durante diez años seguidos Cinco horas con Mario -y que tuvo que dejar de hacerlo por prescripción médica- la obra de teatro adaptada de la de Delibes, y llegó a mimetizarse completamente con el personaje, Carmen Sotillo.
La identificación plena de actriz con personaje conmovió a la cineasta cordobesa, quien coescribió el guion junto al productor José Sámano, y crearon la que puede considerarse una película-experimento sociológico como una obra profundamente artística, ejemplo pionero y valiente del cine español que rompe las barreras entre ficción y realidad, mezclando documental y representación escénica. La película pone en escena un diálogo íntimo entre la actriz Lola Herrera y su exmarido, el escritor y periodista Daniel Dicenta. A través de su conversación, se aborda la evolución del rol de la mujer en la sociedad española, especialmente durante y después del franquismo.

Teresa de Jesús, consagración profesional
Por eso se considera un hito en nuestro cine: es un cruce entre arte, feminismo y análisis social que, más de 40 años después, sigue siendo relevante e inspirador. Asimismo, la fusión de formatos (artes escénicas, documental, entrevistas íntimas, escenas de la vida cotidiana), la puesta en escena sobria e íntima y la mirada empática y comprometida de la directora cordobesa supusieron una declaración de intenciones en aquel complejo contexto social de los primeros 80.
Sin embargo, la supuesta obra maestra de la carrera de Molina es Teresa de Jesús, serie coproducida por Radio Televisión Española y la RAI, compuesta de ocho capítulos. La serie, estrenada en 1984 en TVE, fue rodada con una actualidad sorprendente: desde los movimientos de cámara, la honestidad con la que se narra la expresividad y el lenguaje de Teresa de Ahumada, figura clave del misticismo español, escritora, reformadora del Carmelo y pionera espiritual del Siglo de Oro, y la mirada cercana y sensible de la directora en tantos detalles de puesta en escena, interpretación, fotografía, dirección de arte, guión… Emitida en una España todavía en proceso de transición democrática, Teresa de Jesús supuso una afirmación del papel de la mujer como sujeto histórico y la consagración de Josefina Molina como directora.

Primera titulada española en Cine
Mucho le debemos a Josefina Molina, primera española en obtener el título de directora en la Escuela de Cine donde estudió, primera directora en recibir el Premio Nacional de Cinematografía (2019), fundadora del CIMA (Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales), junto a otras cineastas como Inés París, Chus Gutiérrez, Icíar Bollaín o Isabel Coixet y de la que es presidenta de honor, Premio Goya de Honor (2011).
Con un amplio registro tras la cámara: desde la magnánima producción de TVE Teresa de Jesús, hasta la reflexiva obra cinematográfica Función de noche, el musical La Lola se va a los puertos (última película que hizo Rocío Jurado), basado en la novela de los hermanos Machado, o la miniserie El camino, homónima de la obra original de Delibes. La directora de cine y guionista trabajó mucho en Televisión Española, donde se inició profesionalmente al mismo tiempo que otras realizadoras: Pilar Miró, Mercedes Villaret, etc. En aquella época rodó numerosos espacios dramáticos para TVE: Estudio 1, Hora once, Teatro de siempre, etc.

Además de la exitosa Teresa de Jesús, firmó las series de televisión El camino (1978) o Entre naranjos (1998). También dirigió teatro, en el que obtuvo un gran éxito con el montaje de Cinco horas con Mario, y adaptó La venganza de Tamar de Tirso de Molina o La Lozana andaluza, de Francisco Delicado. En el ámbito cinematográfico, realizó largometrajes fundamentales como Esquilache (1989), Lo más natural (1990) o La Lola se va a los puertos (1993), y, transitando hacia la escritura de novelas, en las últimas décadas ha publicado cuatro libros: Cuestión de azar (1997), En el umbral de la hoguera (1999), Los papeles de Bécquer (2000) y una autobiografía llamada Sentada en un rincón (2000).
Aunque la historia oficial del cine español en los 80 suele centrarse en nombres como Pedro Almodóvar, José Luis Garci, Fernando Trueba o Carlos Saura, todos ellos figuras destacadas con estilos muy diversos —del exceso pop al clasicismo narrativo—, existe una cara B igual de poderosa. Josefina Molina, Cecilia Bartolomé y Pilar Miró también hicieron historia en aquellos años, abriendo camino desde el margen. En Artículo14 os contamos quiénes fueron y por qué sus películas siguen importando.