La serie más vista de Netflix: un thriller salvaje de 6 episodios con Eric Bana en los bosques de Yosemite

La ficción más popular del momento en Netflix combina suspense, paisajes espectaculares y un antihéroe en crisis. Dirigida por el guionista de 'El renacido', mantiene en vilo durante seis episodios con un misterio que arranca con una muerte en plena montaña

Eric Bana es el protagonista de la serie más vista de Netflix
Eric Bana es el protagonista de la serie más vista de Netflix

Netflix vuelve a dar en el clavo con Indomable, una miniserie de solo seis episodios que ya es la más vista en la plataforma a nivel global. Este thriller ambientado en el imponente parque nacional de Yosemite apuesta por el suspense clásico en clave contemporánea, con un protagonista tan duro como atormentado. Eric Bana encarna a Kyle Turner, un agente especial que debe esclarecer la muerte de una joven alpinista en un paraje tan hermoso como peligroso. El guion, firmado por Mark L. Smith (autor de El renacido) junto a su hija Elle Smith, saca partido al magnetismo del entorno y a un misterio que atrapa desde la primera escena.

La historia comienza con una imagen vertiginosa: dos escaladores ascienden por una pared vertical cuando, súbitamente, una mujer cae en picado entre sus cuerdas. ¿Accidente, suicidio o asesinato? La respuesta desencadenará una investigación policial con múltiples capas y amenazas ocultas entre los árboles. Aunque los primeros en llegar son los rangers del parque, el caso pasa rápidamente a manos de Turner, un agente que se especializa en homicidios dentro de zonas protegidas.

Lily Santiago es la protagonista femenina de la serie 'Indomable', de Netflix
Lily Santiago es la protagonista femenina de la serie ‘Indomable’, de Netflix

Junto a él colaboran Paul (Sam Neill), veterano jefe de los guardabosques y amigo del protagonista, y Naya (Lily Santiago), una recién llegada transferida desde la policía de Los Ángeles. Con ellos, Indomable construye una dinámica de equipo donde se cruzan la desconfianza, el trauma y los vínculos forjados por la supervivencia.

Aunque inevitablemente se ha comparado con Yellowstone por su ambientación y estética de western moderno —no faltan los caballos ni los sombreros—, esta ficción de Netflix opta por el terreno del thriller criminal. A lo largo de sus episodios, se entrelazan la investigación principal con subtramas sobre desapariciones antiguas, delitos de tráfico de drogas, okupaciones en zonas remotas y tensiones con la cultura nativa, reflejando la complejidad de un territorio donde el ser humano nunca termina de dominar del todo a la naturaleza.

El personaje central, Kyle Turner, es uno de esos “tipos duros” que parecían haber quedado atrás en la televisión actual: huraño, solitario, brillante en su trabajo pero emocionalmente opaco. Sin embargo, Indomable acierta al no quedarse en la superficie del estereotipo. A medida que avanza la serie, va desvelando las grietas del personaje, sus heridas y contradicciones, lo que aporta profundidad a una figura inicialmente arquetípica.

'Indomable' es la serie de Netflix del momento
‘Indomable’ es la serie de Netflix del momento

A su favor, la serie cuenta con varios giros de guion que mantienen el ritmo ágil, interpretaciones sólidas —aunque no especialmente memorables— y una producción visual cuidada. Los paisajes montañosos son hipnóticos, pese a que no todo lo que se ve corresponde a Yosemite: muchas escenas fueron rodadas en la Columbia Británica (Canadá), y en ocasiones se recurre a efectos digitales que restan algo de verosimilitud.

Indomable no llega a la excelencia de referentes como Mare of Easttown o la primera temporada de True Detective, pero sí logra mantener el interés con una fórmula eficaz. Su ambientación, los conflictos personales y un misterio bien dosificado hacen que el espectador se enganche con facilidad. No es una serie revolucionaria, pero cumple con solvencia su promesa de entretenimiento de calidad.

Eso sí, no todo son aciertos. El desenlace, sin ser malo, peca de previsible. Le falta el golpe de efecto que haga que el espectador salte del sofá. La resolución se adivina con antelación y, aunque cierra las tramas sin trampas, deja una sensación algo tibia. Es una opción ideal para una maratón de verano: corta, intensa, y lo suficientemente adictiva como para verla del tirón. No marcará un antes y un después en el género, pero ofrece una experiencia de suspense satisfactoria, con un protagonista imperfecto y un entorno natural tan bello como inquietante.

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