El robo del siglo

Las mujeres al frente del Louvre, ante la tormenta

Por primera vez, mujeres lideran la seguridad y la dirección del museo, pero se ven bajo un fuego cruzado desde el robo de las joyas de la Corona francesa

Las mujeres al frente del Louvre, ante la tormenta
Las mujeres al frente del Louvre, ante la tormenta

Por primera vez en la historia del Louvre, una mujer ocupa el puesto estratégico de jefa de seguridad. Dominique Buffin, excapitana de policía de 46 años, fue nombrada hace un año por Laurence des Cars –también ella la primera mujer en dirigir el museo más visitado del mundo–. No obstante, el atraco espectacular de joyas de la Corona francesa estimadas en 88 millones de euros en menos de 7 minutos y en plena luz del día puso en entredicho los dispositivos de vigilancia de la institución y desató críticas sobre el nombramiento de mujeres para cargos clave.

Una de las voces más populares de la derecha dura en Francia, la eurodiputada Marion Maréchal (sobrina de Marine Le Pen y nieta de Jean-Marie Le Pen), fue de las primeras en salir a la carga al afirmar que “Francia es el hazmerreír del mundo” tras el asalto en el Louvre.

Laurence des Cars (Museo del Louvre) - Cultura
Una fotografía de la directora del Museo del Louvre.
Archivo

En las redes sociales, exigió la dimisión de la directora y de la jefa de seguridad del museo, antes de criticar específicamente el nombramiento de Buffin “por una política de feminización […], a costa de renunciar a la competencia y poner en peligro el patrimonio cultural de nuestra nación”.

Una sólida trayectoria

Buffin fue elegida en septiembre de 2024 para dirigir los casi mil agentes de seguridad y de recepción del Louvre, que recibe 30.000 visitantes diarios. Con una recorrido profesional de veinte años, esta mujer diplomada en Derecho estuvo en diferentes puestos de inteligencia y seguridad, desde el combate al tráfico de armas hasta el tráfico de obras de arte y bienes culturales. Seguía y detenía delincuentes, realizaba órdenes de registros y conducía interrogatorios. Participó de las investigaciones para detener a comisarios de la casa de subastas Drouot, sospechosos de robar obras de arte durante inventarios, caso que desembocó en un juicio de grandes proporciones.

En los últimos diez años, la ahora alta funcionaria adjunta de defensa y seguridad del Ministerio de Cultura aseguró la protección de museos nacionales. En su último nombramiento, la presidenta-directora del Louvre Laurence des Cars insistió: “Es la mejor candidata. Su trayectoria habla por sí sola”. Además, subrayó que los cargos asistentes de Buffin ya estaban ocupados por mujeres.

Dominique Buffin, jefa de seguridad del Museo del Louvre
Dominique Buffin, jefa de seguridad del Museo del Louvre

Comparecencia en el Senado

Convocada ante el Senado este miércoles, Buffin afirmó, con objetividad y sangre fría, que el museo “debe respetar el marco legal” y no dispone de permiso para vigilar por cámaras de vídeo la zona del quai François Mitterrand, donde aparcó el montacargas equipado de un elevador que los asaltantes desplegaron hasta la primera planta, accediendo a la galería Apollon. Se trataría “de una competencia de la Prefectura de la Policía de París”, aunque Buffin admitió no haber explícitamente solicitado a la Policía la vigilancia de dicha avenida.

Además, se ha confirmado que toda la cadena de alarmas se activó correctamente. Los agentes de seguridad que presenciaron el atraco, amenazados por los ladrones, siguieron el protocolo, dando prioridad a la protección de los usuarios.

El mismo domingo la directora Des Cars presentó su dimisión a la ministra de Cultura, Rachida Dati, quien rechazó el pedido: “Lo urgente era conocer las circunstancias de este espectacular robo, reunir y apoyar a todos los agentes. […] No acepto la vergonzosa instrumentalización de este grave suceso”, declaró Dati al Le Parisien, en referencia a la avalancha de críticas que el equipo del museo viene sufriendo.

Dati prefiere dirigir las críticas al Ayuntamiento, responsable por el sistema urbano de videovigilancia. “Es bastante incomprensible”, afirmó a Le Parisien. Dati es la candidata de Los Republicanos en las elecciones municipales de 2026 y tiene, desde hace años, un conflicto abierto con la alcaldesa socialista, Anne Hidalgo, quien ya anunció no presentarse al escrutinio.

La ministra de Cultura francesa, Rachida Dati, llega al Hotel Matignon, en París, Francia, el 13 de octubre de 2025.
EFE

Estructuras inadecuadas

Por su parte, Des Cars, que dirigía los museos d’Orsay y el d’Orangerie, fue nombrada responsable del Louvre por decisión del presidente Emmanuel Macron. Desde su llegada, se han instalado más de 130 cámaras y el hubo nuevas contrataciones para la plantilla de seguridad, pero insuficientes para garantizar el blindaje del Louvre. “Tenemos una estructura vieja que no comporta equipos ultramodernos de seguridad”, declaró durante su comparecencia en el Senado. Asimismo, propuso la instalación de una comisaría en el seno del museo.

En enero de 2025, Macron lanzó el programa ‘Nuevo Renacimiento’, con el objetivo de recaudar fondos para renovar y modernizar el Louvre. La iniciativa llegaba tras el precedente de la campaña para reconstruir la catedral de Notre-Dame después de los incendios de 2019. A diferencia de esta exitosa campaña de financiación que movilizó a 340.000 donantes de 150 países y recaudó un total de 846 millones de euros, el Louvre suda para atraer el mecenazgo. En un contexto de austeridad y ajuste de las cuentas públicas, las restricciones presupuestarias podrán agravar todavía más el sector de los museos.

Los atracos del Louvre

Si el liderazgo femenino del Louvre es inédito, los robos no. El más famoso se produjo en 1911, cuando el pintor y cristalero italiano Vincenzo Peruggia, que había trabajado para el museo, descolgó de la pared nada menos que la Mona Lisa de Leonardo Da Vinci. Peruggia sería arrestado en Florencia dos años más tarde, cuando intentaba vender el cuadro.

El montacargas empleado para robar las joyas de la Corona francesa en el asalto al Museo del Louvre (EFE)

Los últimos atracos se registraron en 1998, cuando dos piezas fueron robadas en cinco meses: una estela votiva griega del siglo IV a. C. y un lienzo del precursor del realismo Jean-Baptiste Corot, que nunca más sería recuperado. Según relató The New York Times en la época, la Asociación de Amigos del Louvre llegó a ofrecer en vano una recompensa de 100.000 francos por la obra, que sigue en la lista de obras desaparecidas del FBI.

Tras el robo de este pasado domingo, que habrá durado menos de siete minutos –unos tres para acceder al museo y otros cuatro en el interior–, algunos aprovechan para hacer publicidad en un momento de conmoción nacional en Francia.

El fabricante alemán del montacargas empleado en el hurto promocionó su producto en sus redes sociales al publicar la fotografía del vehículo con el slogan “cuando hay que actuar con rapidez”.

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