Por fin llega a los cines españoles La luz que imaginamos (All we imagine as light, India, 2024), tras ser estrenada en el Festival Cine por Mujeres, que se celebró en Madrid el pasado mes de noviembre.
Un conmovedor retrato de la vida de tres mujeres en el Mumbai actual y el primer largometraje de ficción de la directora india Payal Kapadia, que obtuvo de manos de Hirokazu Koreeda el Gran Premio del Festival de Cannes, otorgado por el jurado presidido por Greta Gerwig.
Payal Kapadia (Mumbai, 1986), que obtuvo en la Quincena de Cineastas de Cannes el Oeil d’Or a la mejor película documental con A Night of Knowing Nothing (2021), se centra en la historia de dos enfermeras que comparten apartamento en Mumbai y una tercera que acaba de jubilarse; también en sus preocupaciones, conexiones y sueños, con un naturalismo lírico que deriva hacia la incandescencia onírica, desde el bullicio de la metrópolis a un remanso en la playa a orillas del mar.
¿Cómo supiste que querías ser cineasta?
No lo sé realmente, pero siempre me interesó ver todo tipo de películas. Y mi madre es una artista visual, en los 90 empezó a hacer vídeos muy pequeños, con muy poco dinero. Ella y su montador llevaban los VHS para ver en la tele, porque no podían pagar el estudio. Y luego tomaban notas acerca del montaje. Y yo no sabía lo que hacían, era muy pequeña. Entonces mi madre me explicó que era parte del montaje, y me pareció genial. Me explicó que todas las películas eran así y empezamos a ver películas de Hollywood y a comentar qué era el plano-contra plano, etc. Fue como descubrir el mundo. Yo quería ser montadora, pero no entré en la Escuela Nacional. Estaba muy triste, me sentía fracasada, pero luego encontré trabajo como ayudante de dirección en Bombay, que era lo más fácil, y después de cinco años, pedí ingresar en la escuela de cine y pude entrar.
“No puedes escapar a tu destino”, dice Prabha. Tu película parece un juego de reflexiones entre el destino y la libertad, el pueblo o la ciudad, el deseo o la obligación moral… ¿Cómo surgió la idea de escribir el guion?
Quería hacer una película sobre dos personas justamente con dos pensamientos muy diferentes: Una persona que interioriza los valores tradicionales y otra chica más joven que intenta ser diferente. Viven juntas y duermen juntas en la misma habitación; sin embargo, están a miles de kilómetros la una de la otra. Y yo soy un poco como Prabha, una mujer que entra en los 40, y yo misma tengo esas contradicciones dentro de mí, es algo que me molesta realmente. Eso es lo que siento, por eso quería reflejarlo en la película a través de dos mujeres.
“¿Cómo pudiste casarte con un desconocido? Creo que yo no podría”, le dice Anu a Prabha. ¿Crees que está cerca el fin de los matrimonios concertados en India?
No, en India es algo muy específico. Existe porque existen las castas, y si el sistema de castas no desaparece, eso no va a desaparecer tampoco.
En India, los colores y la luz son algo único, muy característico y especial del país. En la primera parte, que se desarrolla en Mumbai, filmas con poca luz, en la noche, con una iluminación atenuada, de sombras… y en la segunda parte, en pleno luz del día. ¿Por qué lo decidiste así?
La primera parte del filme, en Bombay, es principalmente en la noche, especialmente en el comienzo, y la luz es oscura; ves cosas, pero no las ves. En la segunda parte, hay luz por todo. Hay dos estaciones diferentes. Donde yo soy, en la costa oeste, no tenemos estaciones, siempre hay 35 grados, excepto durante el monzón, que llueve durante cuatro meses, como en el trópico, y un cielo muy gris como un día de invierno, pero también hay una humedad pegajosa, del 80%: sudas y llueve. Me gustó la idea de que todos los personajes en el principio están atrapados por una situación, y eso va muy bien con el monzón. Y cuando se van al otro sitio, sale el sol, pero tampoco quería hacer algo precioso, no quería una luz muy bonita, así que también escogí una luz blanquecina.
Para una mujer, ¿es muy diferente vivir en un pueblo que en una gran ciudad como Mumbai?
Depende mucho. Yo solo puedo hablar desde mi experiencia, de mis observaciones. No sé cómo es para todo el mundo, porque son muchas cosas diferentes, pero el campo es tremendamente tradicional. Y alguien como Anu, por ejemplo, no podría tener a Shaz, a su novio, en su pequeña ciudad, porque todo el mundo se conoce, son unos cotillas. La ciudad te libera, eres anónima, puedes conocer gente, puedes hacer lo que quieres. En mi opinión, el campo quizá no es tan romántico como aquí. Por ejemplo, no hay electricidad. La ciudad aporta más comunidades también.
En este sentido, de los derechos para las mujeres, ¿notas que hay avances en India?
La Constitución es muy buena en cuanto a los derechos, pero seguimos con leyes muy problemáticas, como que, por ejemplo, no se criminaliza la violación matrimonial, no es un crimen. Tú puedes violar a tu esposa y no pasa absolutamente nada. Más que derechos, habría que cambiar las leyes.
La película empieza con un plano en movimiento con mucha gente, ruido y bullicio, y termina con un plano fijo, armonioso, en el que hay luz y oscuridad, calma, fraternidad, alegría. ¿Has querido mostrar una evolución con este principio y este final?
Sí, quería hacer algo utópico. Esto también es un principio. La luz proviene de dentro de ellos. Empezamos con esa densidad, y al final, cuando están sentadas, en el último plano, la luz sale de ellas.
Tu primer largometraje, A night of knowing nothing, ganó el premio al mejor documental en la Quincena de Cineastas de Cannes. Ahora has ganado el Gran Premio del Jurado con All we imagine as light (La luz que imaginamos). ¿Qué es lo siguiente?
Con las dos primeras películas te rechazan tanto… Es bueno porque todos estos premios permiten que el público sepa que existimos. Yo no tengo dinero para comprar un espacio de publicidad en autobuses o marquesinas, por ejemplo, en India. Así que la prensa es la que nos tiene que ayudar, y los premios ayudan a que la prensa se interese por la película y haga que el espectador vaya al cine.
La música me ha llamado la atención porque aporta un toque moderno, alternativo, liviano. ¿Cómo llegaste a esta decisión?
Trabajo con la música de manera muy orgánica. Cojo todo lo que me gusta y si instintivamente veo que funciona, lo utilizo. Encontré la música de Emahoy Tsege Mariam Gebru, que es una monja etíope, y si la pones al piano, es única, absolutamente increíble. Murió el año pasado, con noventa y pico años, y dejó una cantidad enorme de composiciones, y cuando escuché la que utilicé, no sé por qué me dio la impresión de ser romántica, en el sentido de un nuevo amor, así que decidí usarla como leit motiv. Pero las otras músicas son de un compositor indio al que admiro y siempre había querido trabajar con él; él no componía para películas, pero le pregunté y le mostré el guion y me dijo que sí. Es un poco melancólico como yo, había una buena relación.
¿Cómo diste con las actrices protagonistas? ¿Han trabajado en cine?
Sí, son muy conocidas en India. Cuando empecé la película, al escribir una página hace ocho años, yo ya quería trabajar con Kani Kusruti, la que hace de Prabha, la quería poner en el papel de Anu porque las dos éramos más jóvenes, pero cuando le enseñé el guion me dijo: “Ya soy demasiado mayor”. Y yo pensé: “Yo también, tenemos la misma edad las dos. Vale, es verdad, no tiene sentido que seas Anu”. Y de Prabha está fenomenal, es una gran actriz, le salió de maravilla. Realmente su carácter es mucho más como Anu, pero una buena actriz hace lo que sea. Y para el papel de Anu quería encontrar a alguien no profesional, busqué muchísimo en institutos, universidades, pero no había nadie y una amiga me recomendó ir a ver la película Ariyippuy, donde actuaba Divya Prabha (la actriz que interpreta a Anu). Fui a verla y está muy bien, hacía de un personaje más mayor y muy serio, no sabía qué iba a hacer. Entonces la invité a casa y fui a la estación de tren a buscarla, ella salió como llena de vida, llena de energía. Y me di cuenta de que era una fantástica actriz, que podía hacer lo que quisiera; empecé a seguirla en Instagram, era alucinante, estaba convencida de que debía ser ella.
¿Tienes en mente algún nuevo proyecto?
Sí, quiero hacer otras dos películas en Bombay, sería una trilogía de Bombay, pero estamos muy al principio. Estoy trabajando en ambos a la vez, en La luz que imaginamos y en la próxima.