Crítica de cine

‘Segundo Premio’: leyendas vampíricas desde el interior de Los Planetas

El antibiopic de Los Planetas es una ficción sobre el proceso de composición y grabación del tercer álbum de la banda granadina

Fotograma de la película 'Segundo Premio'

Fotograma de la película 'Segundo Premio', sobre el grupo musical Los Planetas

“Caminamos por colinas
De cebollas y metal
Por recuerdos de otras vidas
Cosas que han pasado ya
Y aunque los huesos duelen
Cada paso duelen más
Algo así no debería terminar”

A pesar de los magistrales movimientos de cámara que emplea Iñaki Lacuesta (La leyenda del tiempo, Entre dos aguas, Un año, una noche) en este proyecto (¡hasta paneos circulares en 360 grados!), el plano que mejor recoge la catarsis de Jota, Florent y May –como personas y como músicos– es aquel en el que reposan tumbados en el mirador (seguramente cerca de San Miguel alto) impregnándose de las micropartículas de las Corrientes circulares que generan y generarán. Es una estampa perfecta.

Es el concepto que Isaki Lacuesta ha filmado sobre Los Planetas con un gusto exquisito, elegancia narrativa y precisión poética (no se excede en citar a Lorca ni en adornar Granada). Estos planos, que componen una recreación de los tres miembros iniciales de la banda en una especie de limbo espiritual, une el pasado, el presente y el futuro de Los Planetas, o al menos, ese loco periodo de gestación de su tercer disco: Una semana en el motor de un autobús.

'Segundo premio'

Fotograma de la película ‘Segundo Premio’, sobre el grupo musical Los Planetas

La estampa funciona como imagen central y recurrente en el montaje de la película, transmite toda la nostalgia y a la vez la sensación de transición, un oasis en la cima de la ciudad: el punto de encuentro para May (Stephanie Magnin), Jota (Daniel Ibañez) y Florent (Cristalino). Y solo desde ahí, desde esa unión, se puede formular el relato de Lacuesta, contado en formato cuatro tercios a través de capítulos en orden cronológico (más o menos) y embellecidos con sutilezas de cómic; superhéroes transformados en el vampiro y el fantasma y la heroína (gracias a ella seguirán adelante), autonarrados y dibujados en viñetas con aire para dibujar por encima la música, el humo y las salas, de vez en cuando el solecico o el Sacromonte.

“Yo me imagino que es la película de un vampiro, que es Jota, y de un fantasma, que es Florent (…), yo creo que sí tienen algo vampírico en este sentido de que siempre van a seguir vivos en la noche… chupando sangre ajena y propia”, revela el director.

Historia de la música en España

Los Planetas es un grupo que marcó impronta de la música pop rock indie de los 90 en España, rompedores e introvertidos, granadinos hasta la médula. Jota, Florent, May y Paco comenzaron a tocar sin gran ambición, en garitos y concursos, convirtiéndose en habituales en programas radiofónicos dedicados a la música independiente española, como Disco grande y Diario Pop. De la mano de Elefant Records publicaron su primer disco, el EP en vinilo Medusa, en 1993, con la producción de sus paisanos Antonio Arias y Miguel A. Rodríguez (Lagartija Nick) con Paco Rodríguez en la batería.

Imagen real del grupo Los Planetas

Imagen real del grupo Los Planetas

Pero fueron creciendo disco a disco. Tras la grabación del segundo disco, Pop, Paco dejó la banda, y poco antes de componer el siguiente proyecto, se dieron de baja May Oliver (bajo) y Raúl Santos (nuevo batería), siendo sustituidos respectivamente por el escocés Kieran Stephen (futuro componente de Migala y de Fantasy Bar) y el granadino Eric Jiménez (ex KGB y también en Lagartija Nick). También colaboraron en el disco Jesús Izquierdo (teclados) y Banin Fraile (teclados, guitarras y efectos), este último acabará formando parte de la formación estable del grupo.

Esta película, que (no) va sobre Los Planetas –como reza su campaña de marketing– capta la esencia de la banda granadina y la recrea libremente, respondiendo a la ficción en el sentido amplio del término, pero manteniéndose muy fiel a la realidad. En la película hay muchísimos detalles que están reproducidos con una minuciosidad total: el equipo de arte, según relata Lacuesta, adaptó la mítica sala Planta Baja para que se viera como estaba en los años 90, antes de sufrir el incendio que obligó a transformar su disposición interior y su entrada. Otro ejemplo es que la guitarra que toca Dani Ibáñez en la película era la guitarra con la que Jota compuso e hizo la gira del disco. Los teclados también son los mismos. A la vez, hay cosas completamente inventadas que nunca han ocurrido, lo cual es muy estimulante para el espectador que conoce la banda así como para el que no.

Destacable también el acierto en incluir actores que interpretaran ellos mismos las canciones de Los Planetas, pues el director encontraba un problema en esa desconexión que se genera cuando suenan las voces de los intérpretes en los diálogos y de repente se cambia a las voces de los músicos al incluir sus canciones. Cristalino es el más fidedigno en cuanto al acento y la idiosincrasia del personaje que representa porque él mismo es granadino y eso se percibe y se disfruta. Sin embargo, Daniel y Stephanie solventan muy bien sus interpretaciones y aunque se nota que no son andaluces, entran de lleno en los personajes de Jota y May.

Segundo Premio transmite un sentido de anhelo, lucha, necesidad de dejar ir el pasado para poder avanzar, explora el deseo de superación, búsqueda de algo mejor, renovación y progreso, y al mismo tiempo ancla la identidad, la amistad y la simbiosis que fueron May, Jota y Florent. Atentos a ese último plano, que tanto emociona y tan bien capta la belleza de esta historia.

TAGS DE ESTA NOTICIA