“Estoy muy jodida, vacía, en shock“. Con el dolor en la mirada, Aitana Bonmatí sacaba todo lo que sentía en unas primeras palabras con RTVE tras el pitido final de la árbitra. España acababa de perder la final de la Eurocopa ante Inglaterra. Con crueldad, tras una tanda de penaltis que se decidió a favor del equipo británico.
La vigente Balón de Oro y The Best no logró anotar una de las penas máximas. También fallaron Mariona Caldentey y Salma Paralluelo. Y, a pesar de que Cata Coll se colgó la capa de heroína con dos paradones a las inglesas, el resultado dejó a España muerta en la orilla de su primer título europeo. Después del encuentro, Aitana quiso pedir perdón. Aunque nadie le reprochó nada. Pues su valor para este equipo, y también para el fútbol, no se mide por un penalti. Por muy decisivo que sea.
La jugadora del Barcelona fue una de las más afectadas tras el pitido final. Después de haber sido protagonista de la cara más amarga. Sin embargo, y al igual que acostumbra siempre, Aitana Bonmatí no rehuyó ni de los micrófonos ni de su condición de referente. Un rol que no se pierde, ni perderá, después de caer ante Inglaterra.
Su “perdón” por el penalti fallado
Primero, la centrocampista catalana atendió a los medios de comunicación con derechos. Después, al resto de periodistas en zona mixta. Ante todos tiró de sinceridad y autocrítica. “Estaba convencida de que iba a marcar el penalti”, confesó tras el encuentro en St. Jakob Park de Basilea.
Y de manera seguida pidió disculpas a la afición por no haber podido marcar ese maldito penalti. “Pedir perdón por mi fallo, no lo he podido meter”, expuso emocionada Aitana, quien dio la enhorabuena al rival de manera elegante.
“A veces en el fútbol no es suficiente. Estoy muy jodida ahora mismo, los próximos días lo iré asimilando. A las del Barcelona nos pasó lo mismo con la Champions”, rememoró la mediocentro española, que fue elegida como MVP de la Eurocopa por la UEFA.
Del hospital a la Eurocopa para ser MVP
Atrás queda un mes intenso, en el que ha pasado de estar en el hospital después de sufrir una meningitis vírica a ser la heroína en el pase a la final o recibir el premio a mejor jugadora del torneo continental. Incluso llegó a ver peligrar su presencia en este torneo y empezó como suplente, recuperando protagonismo poco a poco durante la fase de grupos. Lo que vino después fue un recital para ser una de las estrellas de la Selección.
“Aitana Bonmatí fue la fuerza motriz del mediocampo español durante todo el torneo. Su forma de llevar el balón contribuyó a aportar creatividad a los ataques de España; en el aspecto ofensivo, su actuación fue sobresaliente. Ella fue la influencia clave detrás del estilo de juego de España”, apuntaron para justificar su decisión el Grupo de Observadores Técnicos de la UEFA.
El premio arrojó algo de luz en una tarde oscura para Aitana y sus compañeras en Basilea. “No tengo muchas emociones. Me he vaciado. Han sido muchos días aquí, es cruel porque era nuestro objetivo y todo se decide en penaltis”, decía la jugadora tras la final de la Eurocopa frente a Inglaterra.
El valor de la medalla de plata
Un partido en el que España no pudo cumplir con el objetivo de ser campeona de la Eurocopa femenina por primera vez. No obstante, no podemos quedarnos con este único partido para definir el éxito de este equipo, que ilusionó a todo un país y ha removido a muchos para subirse al barco de esta Selección.
Por ello, la medalla de plata tiene aún más valor. Y aquí recuperamos otro gesto de Aitana Bonmatí en la entrega de distinciones. El presidente de la UEFA, Aleksander Čeferin, le dio la insignia y ella, al igual que sus compañeras, no se la quitó. Y fue más allá, con un gesto en el que ponía en manifiesto lo importante que es también el ser campeonas. Porque solo puede ganar un equipo en el campo. Fuera de él, el éxito se extiende.
“Toda la repercusión que ha tenido se valora mucho. Me sabe mal porque no lo hemos podido conseguir. Ganar suma gente. Volveremos, hay un mundial en dos años. En el próximo Europeo volveremos a intentarlo”, avisó, con unas palabras que ilusionan en medio del mal trago. Porque este equipo ha logrado dejarnos un ciclo histórico al ser campeonas del Mundial, de la Nations League, cuarto lugar en los JJOO y, ahora, subcampeonas de la Eurocopa.