En los tiempos que corren en el tenis actual es muy fácil acabar pensando aquello de que las superficies han dejado de tener relevancia. En los últimos días hemos escuchado a Roger Federer o Alexander Zverev decir que las pistas son cada vez más lentas para que así Carlos Alcaraz y Jannik Sinner puedan llegar siempre a las finales, lo que de verdad interesa al público y por ende, a los organizadores de los principales torneos. Y esto, más allá de que sea o no verdad, no es nuevo. Pues el mismo dominio que tienen el español y el italiano durante todo el año, independientemente de donde se juegue, ya lo ejercían desde inicio de siglo el propio Federer, Rafa Nadal y Novak Djokovic.
Y es que el donde cada vez importa menos en el tenis, pasando a tomar mucha más relevancia el quién. Y esto no es algo que pase solo en la ATP y sus poderosos dominadores, si no que en el tenis femenino también se está convirtiendo en una dinámica. De hecho, las tres grandes raquetas de la actualidad, Aryna Sabalenka, Iga Swiatek y Coco Gauff, por orden del mismo ranking WTA, se han repartido los tres últimos Grand Slams del año -en Australia Madison Keys dio un sorpresón ante Sabalenka-, y lo han hecho de una forma que sorprende, pues quizá solo era esperable lo de la bielorrusa ganando en Nueva York. En el caso de la polaca en Londres o de la ‘yankee’ en París es más extraño, sobre todo esta última, teniendo en cuenta su idilio con la pista dura.

La pista dura y Coco Gauff son uno
Y es que Coco Gauff logró su mayor título de la temporada en la mítica arcilla del Bosque de Bolonia, sin embargo, donde de verdad ha dominado a lo largo de estos años es sin duda sobre el cemento. En él se estrenó como ganadora de un grande hace dos campañas, cuando levantó el US Open con un triunfo de órdago, pero lejos de quedarse ahí, la realidad es que es una especialista. Hasta ahora en su carrera, muy larga pese a tener apenas 21 años, ha disputado 9 finales, de las cuáles ha ganado todas y cada una de ellas. La última este domingo al levantar el título del WTA 1000 de Wuhan. Esta es su victoria 42 de 2025, y todo ello pese a haber fallado en la gira por Norteamérica de final de verano.
Pero le ha dado la vuelta, especialmente en Wuhan jugando un tenis casi perfecto con el que superó a Jessica Pegula, quien estaba jugando muy bien, pero pinchó en el partido por el título, merced al alto nivel de la de Atlanta. Y es que este triunfo le sirve para coger forma de cara a lo que le espera, pues le va a tocar defender su corona de 2024 en las WTA Finals de Riad, donde los 1500 puntos que ganó están en juego. No obstante, más allá de ellos la realidad es que sigue siendo la 3ª raqueta de la WTA y solo está por detrás de Sabalenka y Swiatek, aunque cada vez más próxima a la polaca. Por eso mismo, va a llegar al 2026 con el cuchillo entre los dientes tratando de acercarse más y más a la cima del tenis femenino mundial.