Ignoradas durante años, las víctimas del depredador sexual Lawrence Nassar serán compensadas con 138,9 millones de dólares por la inacción del FBI a la hora de investigar las denuncias de abusos sexuales por parte del exmédico de la Federación de Gimnasia de Estados Unidos. Deportistas de élite, algunas medallistas olímpicas como Simone Biles o McKayla Maroney, fueron algunas de las más de 300 víctimas durante los 18 años en los que Nassar se aprovechó de su papel de doctor para abusar de las atletas, muchas de ellas menores de edad en ese momento, con el pretexto de realizar tratamientos médicos.
En 2013, el FBI recibió la primera denuncia contra Nassar. Fue el presidente de la Federación de Gimnasia, Steve Penny, quién acudió a las autoridades para avisar de las conductas del médico y comunicar que había tres atletas dispuestas a testificar. Penny aportó además material audiovisual de los abusos de Nassar.
Sin embargo, a pesar de la contundencia de las acusaciones, los agentes apenas se interesaron en el caso. Entrevistaron a las deportistas, pero no tomaron ninguna medida, banalizando sobre las declaraciones de las víctimas.
“El agente que me entrevistó me quería convencer de que no valía la pena abrir un caso criminal contra Nassar”, relató Aly Raisman ante el Senado en septiembre de 2021, convocada a raíz de un informe del Inspector General en el que señalaba la mala praxis del FBI. En esa misma comisión, la medallista olímpica Simon Biles, uno de los mayores íconos de su deporte, cargó contra las instituciones que había hecho oídos sordos ante las denuncias.
“Superviviente de abuso sexual”
“He ganado 25 medallas en Mundiales, siete en Juegos Olímpicos, y soy una superviviente de abuso sexual”, recalcó entre lagrimas. “Echo la culpa a Larry Nassar y también echo la culpa a todo el sistema que permitió y perpetró ese abuso. La Federación y el Comité Olímpico y Paralímpico Estadounidense sabían que estaba sufriendo abusos por parte del médico oficial del equipo”.
Esta inacción tuvo las peores consecuencias. Desde que el FBI tuvo conocimiento del caso hasta que procedió a la detención de Nassar a finales de 2016, este “monstruo” abusó de cerca de otras 70 niñas y jóvenes.
“El FBI no llevó a cabo una investigación adecuada de la conducta de Nassar”, reconoció el Departamento de Justicia este martes en el comunicado en el que se anunció la compensación ante las 139 reclamaciones de víctimas de abusos sexuales por parte de Nassar. En 2017, Nassar se declaró culpable de abusar de 10 de las más de 265 deportistas que denunciaron abusos.
“Las acusaciones deberían haberse tomado en serio desde el principio”, señaló el fiscal general adjunto interino, Benjamin C. Mizer, según recoge EFE. “Durante décadas, Lawrence Nassar abusó de su cargo, traicionando la confianza de quienes estaban bajo su cuidado y supervisión médica y eludiendo la rendición de cuentas”, afirmó Mizer.
“Si bien estos acuerdos no remediarán el daño que Nassar infligió, nuestra esperanza es que ayuden a brindar a las víctimas de sus crímenes parte del apoyo crítico que necesitan para continuar sanando”, sentenció.
Mil millones en indemnizaciones
El caso de abusos en el deporte más grave del siglo XXI, no solo por lo terrible de las acusaciones sino también por ineficiencia de aquellos que debían proteger a las víctimas, suma ya más de 1.000 millones de dólares en concepto de compensaciones para las cientos de afectadas. Nassar fue condenado en diferentes juicios a 175 años de cárcel en total por agredir sexualmente a varias integrantes del equipo olímpico, también a atletas de la Universidad Estatal de Michigan, en la que trabajó además de en la Federación, y por posesión de pornografía infantil.
En 2018, con Nassar recientemente encarcelado, la Universidad del Estado de Míchigan indemnizó a 332 de las denunciantes con 500 millones de dólares. En 2021, más de 500 deportistas consiguieron una compensación de 380 millones de dólares en un acuerdo con la Federación de Gimnasia, cuya cúpula también había ignorado las denuncias durante mucho tiempo. A esta suma hay que sumar ahora los casi 140 millones anunciados por el Departamento de Justicia de Estados Unidos. En total más de 1.000 millones para intentar sanar una herida abierta por los abusos de un “monstruo” e incrementada por la indiferencia y la inacción de las instituciones.