El fútbol femenino vive un momento de tránsito y crecimiento, pero también de tensiones y decisiones cruciales en el plano profesional.
El límite salarial impuesto por la National Women’s Soccer League (NWSL) de Estados Unidos —la principal liga femenina del país— está empujando a algunas de sus figuras más destacadas a buscar oportunidades en clubes europeos, donde la inversión económica es mucho mayor y la competitividad de las competiciones crece temporada tras temporada.
Límite que condiciona el talento
El caso más reciente y mediático es el de Trinity Rodman, una de las delanteras más prometedoras del fútbol mundial. Tras la conclusión de su contrato con el Washington Spirit, Rodman se encuentra sin vínculo y con propuestas desde la liga inglesa, que su club estadounidense no puede igualar debido al tope salarial actual.
Purple Trinity Rodman has entered the NWSL semifinals 😈
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— The Women's Game (@WomensGameMIB) November 15, 2025
La situación de Rodman no solo es una situación en particular. En los últimos años, varias jugadoras destacadas han puesto rumbo a Europa impulsadas por la posibilidad de mejorar sus condiciones económicas y competir en escenarios como la Champions League.
Entre las futbolistas que ya han dejado la liga estadounidense se encuentran nombres como Alyssa Thompson (Chelsea), Naomi Girma (Chelsea), Jenna Nighswonger (Arsenal FC) o Lindsey Heaps (OL Lyonnes), quienes han firmado con clubes europeos del más alto nivel.
Estos movimientos reflejan una tendencia creciente, el escaparate de las estrellas del fútbol estadounidense. La atractiva oferta económica de Europa no solo compite, sino que, supera lo que las franquicias norteamericanas pueden permitirse bajo las actuales reglas del tope salarial.
El ex entrenador del Washington Spirit, Jonatan Giráldez, en su paso por la liga norteamericana, también había corroborado esta realidad. “Tienes un límite salarial que te condiciona. Hay muchos salarios que se están pagando, seguramente Europa, con los que aquí no puedes competir”.
El futuro del modelo norteamericano
Ante la creciente preocupación por la fuga de talentos hacia otras partes del mundo, la comisionada de la NWSL, Jessica Berman, ha asegurado que la liga hará todo lo posible para retener a sus grandes figuras.
Incluyendo la revisión de estrategias económicas y estructuras salariales con la intención de diseñar un modelo más competitivo sin llegar a comprometer del todo, la estabilidad financiera de la competición.
La liga de las cuatro veces campeona del mundo, ha acordado un aumento en su tope salarial, que pasará de los 3,3 millones de dólares actuales a 5,1 millones en 2030, números que todavía están muy lejanos a la realidad vivida en las mejores ligas de Europa.
El futfem pasa por una etapa de profunda transformación global. Las reglas económicas diseñadas para proteger la viabilidad de la liga, ahora se enfrentan al desafío de retener a las estrellas que están siendo atraídas por las mejores condiciones del fútbol del viejo continente.
El fenómeno de jugadoras franquicia que deciden emergerse en esa nueva experiencia del fútbol del más alto nivel, evidencia no solo la competitividad del talento estadounidense, sino también la necesidad de adaptar los modelos de negocio para asegurar que la NWSL siga siendo un destino atractivo para las figuras más destacadas del deporte.