La tensión que ha rodeado el nuevo concierto sanitario firmado entre el Gobierno y las aseguradoras no ha cesado tras su aprobación. Esta vez ha sido SegurCaixa Adeslas quien ha alzado la voz públicamente para advertir sobre la fragilidad del sistema de Muface y la necesidad urgente de repensar su estructura. A pesar de haber firmado el contrato que prolonga el modelo hasta 2027, la compañía no esconde sus reservas sobre el futuro de este sistema de mutualismo administrativo.
Un nuevo contrato que no resuelve los problemas estructurales
El presidente ejecutivo de Adeslas, Javier Mira, aseguró durante el decimotercer foro de salud organizado por la entidad que el nuevo acuerdo con Muface es “más equitativo económicamente” que los anteriores. Sin embargo, eso no es suficiente para garantizar la viabilidad del sistema. Según Mira, aunque se haya alcanzado un pacto que mejora las primas, el modelo sigue necesitando “soluciones diferentes” para asegurar su sostenibilidad a largo plazo.
La declaración llega en un momento clave para Muface, que ha sido objeto de debate tras el informe de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), donde se sugería dejar morir progresivamente el modelo y derivar a los nuevos funcionarios al sistema público. Una propuesta que ha generado malestar tanto en las aseguradoras como en sectores sanitarios.

En el proceso de negociación, Adeslas fue una de las compañías más críticas con las condiciones iniciales del Ministerio de Función Pública. Rechazó dos ofertas antes de aceptar el contrato definitivo con una subida del 41,2% en la prima. La presión fue tal que DKV decidió abandonar el modelo, dejando a Adeslas y Asisa como las únicas grandes aseguradoras que mantienen el servicio a más de un millón de funcionarios adheridos a Muface.
No obstante, Mira dejó claro que aceptar el acuerdo no significa estar plenamente conformes. “El modelo necesita ajustes estructurales. Hay que buscar soluciones diferentes si queremos garantizar su continuidad”, afirmó. El mensaje no solo va dirigido al Gobierno, sino también al resto de actores implicados en el ecosistema de Muface.
El impacto económico y los riesgos para el sistema de Muface
El presidente ejecutivo de Adeslas advirtió que una eventual desaparición de Muface tendría consecuencias negativas tanto para la sanidad pública como para la privada. Citó informes de la Fundación IDIS que señalan que hasta 13.000 personas podrían perder sus empleos si se desmantela el sistema. Además del incremento de presión sobre el sistema público de salud.
De hecho, según los datos ofrecidos por Mutua Madrileña, Adeslas ha acumulado más de 200 millones de euros en pérdidas entre 2023 y 2024, como resultado de las condiciones anteriores del concierto. Con el nuevo contrato, las aseguradoras podrían acercarse al equilibrio técnico en 2025. Pero aún se prevén pérdidas para los dos años siguientes. Un escenario que pone de relieve la inestabilidad económica del modelo actual de Muface.

Una de las claves de la continuidad de Muface está en la red hospitalaria. Hasta hace unos días, Adeslas no había alcanzado un acuerdo con la cadena de hospitales HM. Eso limitaba la oferta de centros a los funcionarios asegurados. Este tipo de negociaciones son fundamentales para que el sistema funcione correctamente y no se deteriore la atención al paciente.
En este sentido, Asisa se adelantó al mejorar un 12% los honorarios de médicos y hospitales. Sin embargo, desde la patronal ASPE se llegó a denunciar que las aseguradoras pretendían subir solo un 3% las tarifas. Estos desacuerdos evidencian la fragilidad de las relaciones entre aseguradoras y prestadores de servicios, un componente esencial del engranaje de Muface.
Una advertencia clara: estabilidad o colapso
Desde Adeslas insisten en que la continuidad de Muface no puede depender únicamente de ajustes económicos puntuales. Javier Mira defendió que la aseguradora mantiene una “colaboración honesta y constante” con la administración para hacer llegar la urgencia de adaptar los ingresos al coste real de los servicios sanitarios. Para ello, considera que debe abrirse un debate más profundo sobre cómo encauzar el modelo hacia una estabilidad real.
A pesar de que el nuevo concierto garantiza temporalmente la continuidad del sistema, las tensiones no han desaparecido. Las relaciones entre aseguradoras, hospitales y el Gobierno siguen siendo delicadas. En palabras de Mira, es urgente “encauzar el mutualismo hacia un escenario de estabilidad y sostenibilidad”, antes de que cualquier eslabón de la cadena termine por romperse.