Criptoactivos

Bruselas quiere una guardiana para las cripto, y la ha encontrado en Verena Ross

La Comisión Europea estudia dar más poderes a ESMA, el supervisor financiero, en detrimento de los países miembros en la vigilancia de las criptomonedas, lo que levanta entusiastas y críticos

Verena Ross, presidenta desde 2021 de la Autoridad Europea de Valores y Mercados, ESMA - Criptomonedas -UE
Verena Ross, presidenta de la Autoridad Europea de Valores y Mercados, ESMA.
Kiloycuarto.

En las grandes escuelas económicas del planeta se estudia qué es el ‘efecto Bruselas’, concepto acuñado en 2012 por Anu Bradford, docente en la Columbia Law School. Se refiere al fenómeno por el que la Unión Europea intenta (y a veces consigue) imponer estándares regulatorios al resto del mundo gracias al peso de sus mercados.

Ya que en las carreras tecnológicas China y EEUU tienen la delantera, la posición del Viejo Continente pasa por ser árbitro. Lo consiguió con el Reglamento General de Protección de Datos, lo quiere hacer con su Reglamento de la Inteligencia Artificial y lo intentó con el Reglamento de Mercados de Criptoactivos, el reglamento MiCa.

Pero han pasado apenas dos años desde la entrada en vigor de este reglamento MiCa (uno desde su entrada en aplicación), y la Comisión ya prepara para finales de 2025 varias iniciativas para enmendar algunos agujeros. El fundamental: que la regulación del mercado cripto no ha logrado ser armónica en los Veintisiete.

Para ello, el Colegio de Comisarios de Ursula von der Leyen ya tiene en la cabeza un nombre. El de la economista alemana Verena Ross, presidenta desde 2021 de la Autoridad Europea de Valores y Mercados, ESMA por sus siglas en inglés. En definitiva, la jefa de la CNMV comunitaria.

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La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, interviene en un debate sobre el «Estado de la Unión» en el Parlamento Europeo en Estrasburgo
Efe

Detractores a la medida

Ya se sopesó la posibilidad de que la ESMA tuviera un rol protagonista a la hora de ordenar y vigilar los mercados cripto de toda la Zona Euro. Fue cuando todavía se debatía el reglamento MiCa, que entró finalmente en vigor en 2023. Sin embargo, entonces se decidió que la ESMA se encargaría de lanzar directrices y guías, además de llevar un registro comunitario de proveedores cripto que hacen de primera mano los reguladores nacionales, como la Comisión Nacional del Mercado de Valores en el caso de España.

Esto cambiará pronto. Ha sido la propia Verena Ross la que anunció hace unos días en una entrevista con el Financial Times que Bruselas prepara un paquete de medidas que le darían más peso en la regulación de los criptoactivos. Ross, presidenta de la ESMA desde 2021, ya era consejera ejecutiva del organismo desde su creación en 2011. Conoce bien la casa y conoce perfectamente sus capacidades: las mismas que fueron cuestionadas cuando las instituciones comunitarias negociaban el MiCa.

Por supuesto, la idea de que la ESMA acapare más poder en detrimento de la ‘descentralización’ y de los reguladores nacionales no entusiasma a todo el mundo. Países como Francia, Italia o Austria ya han hecho saber a través de sus reguladores o de sus bancos estatales que ven con buenos ojos la medida. Sobre todo, a la hora de ponerle la horma del zapato a grandes proveedores cripto transnacionales.

Por el contrario, pequeños países como Malta y Luxemburgo ya han manifestado su desconfianza a la idea, alegando que más burocracia podría suponer una pérdida de competitividad o que ciertas jurisdicciones fiscales podrían resultar menos atractivas a grandes empresas criptos si la regulación se hace más uniforme, la intención con la que nació precisamente la regulación.

Cómo se hará

Se espera que las iniciativas en las que trabaja la Comisión se conozcan tan pronto como en el último trimestre de 2025. El reglamento MiCa incluía una cláusula de revisión, una figura jurídica habitual en la legislación comunitaria que obliga a Bruselas a emitir un informe sobre cómo se ha aplicado y comportado una nueva norma, a fin de realizar ajustes o proponer reformas. En este caso, Bruselas no esperará a junio de 2027, plazo en el que vence esa cláusula de revisión: exactamente cuatro años después de que entrara en vigor la regulación.

Realmente, el reglamento MiCa podría salir indemne: lo que la Comisión puede presentar a finales de año son reformas puntuales al reglamento mismo que alumbró la ESMA, sin ir más lejos. En cualquier caso, lo que ha trascendido hasta ahora es que el regulador comunitario podría asumir la potestad de autorizar y supervisar proveedores cripto relevantes de forma directa. Cuando entró en vigor el MiCa en 2023, Coinbase, por ejemplo, inició su desembarco con una licencia otorgada por el regulador luxemburgués.

Además, la autoridad europea asumiría la supervisión directa de operaciones de proveedores transfronterizos, que actúen en varios mercados nacionales de la UE; y que sus funciones no se limiten a tener al día el registro de proveedores: también la publicación de los hechos relevantes y toda la información que estos generen diariamente en su operativa.

Un mercado en expansión

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Imagen de criptomonedas.
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Pero lo que podría suponer un enorme cambio sobre cómo Europa regula el mercado cripto será la aparición de un régimen sancionador con el que la ESMA actúe directamente. No está confirmado, pero sí es algo que ansía el propio regulador. Ross, por su parte, ha llamado históricamente a la cautela con los criptoactivos. Cuando en 2022 se desplomaron muchas criptomonedas, la hoy presidenta de la ESMA advirtió que los inversores deberían haber aprendido “una lección” ante los “graves riesgos” que entraña este mundo.

No es de extrañar que el debate sobre su regulación siga vivo. El reciente anuncio de Donald Trump de aranceles del 100% a Pekín en represalia a los nuevos controles de China a sus exportaciones de tierras raras ha afectado al mercado cripto, con activos como Bitcoin, Ethereum o Solana registrando caídas de entre el 10% y el 20% tras un verano fulguroso para todas ellas.

Todo ello en una industria y en un mercado, el de criptoactivos, con techos por conocer en el Viejo Continente. El peso del mercado europeo de las cripto alcanzó los 6.000 millones de euros el año pasado, según la consultora IMARC. Además, la casa de cambio neerlandesa Bitvavo y la firma de análisis Kaiko señalaban hace meses que en 2024 el euro fue la tercera moneda fiat más presente en operaciones relacionadas con lo cripto, con un volumen del 7,5%. Eso sí, todavía lejos del dólar estadounidense (49,9%) o del won surcoreano (33,4%).

Un paso más a la ‘SEC europea’

En junio de este año, sin ir más lejos, Verena Ross concedía que en el camino hacia la armonización regulatoria de los mercados europeos había muchas visiones contrapuestas. “Está claro que cuando se trata de supervisión, no hay una única visión sobre el camino a seguir”.

En cualquier caso, la alemana se pronunció por primera vez públicamente en una alusión cada día más clara: la ESMA se está convirtiendo en la ‘SEC europea’, en referencia al regulador estadounidense. “Me parece halagador. Pero no somos EEUU: Europa es diferente. Aquí hablamos de dar pasos para centralizar ciertos aspectos de la supervisión, pero de una manera limitada y selectiva”.

A fin de cuentas, la alemana, que comenzó su carrera en el Banco de Inglaterra y se tituló en la Universidad de Londres, ha sido coherente y recurrente en todas sus manifestaciones. En 2023 advertía de los riesgos que suponía que la ESMA no tuviera recursos para regular las criptomonedas y sus impactos en los mercados financieros. Aquel mismo año, todavía con el reglamento MiCa en el horno, Ross consideraba la norma “un hito europeo”, pero avanzaba que algunas de sus partes deberían concretarse. Que la MiCa todavía necesitaría desarrollo y claridad. Un desarrollo y una claridad que estaría a punto de llegar.