Guerra comercial

EEUU incrementa la presión arancelaria a tres días del fin de la tregua

El secretario del Tesoro, Scott Bessent, advierte de que, sin acuerdo, el 1 de agosto volverán los aranceles del 2 de abril. Bruselas se acerca a un pacto para esquivar el gran golpe arancelario

Donald Trump y Ursula von der Leyen.
KiloyCuarto

EE UU y la Unión Europea están cerca de cerrar un acuerdo con el que evitar los aranceles del 20% a las exportaciones comunitarias que Donald Trump propuso a principios de abril, en su Día de la Liberación, con el objetivo de igualar su deficitaria relación comercial con el Viejo Continente. El presidente estadounidense impuso aranceles a 170 estados (e incluso a alguna que otra isla deshabitada) quejándose de que el mundo entero se estaba aprovechando de su país. Poco después, anunció una tregua que expira el próximo miércoles 9 de julio.

Por esa razón, la Unión Europea y decenas de países de todo el globo llevan semanas tratando de cerrar a contrarreloj un acuerdo con Washington que evite los elevados gravámenes que se pusieron inicialmente sobre la mesa. Bruselas está cerca de conseguirlo. Según informó el viernes Bloomberg, las negociaciones bilaterales continuarían a lo largo del pasado fin de semana, y la clave estaría en desarrollar mecanismos de compensación para los fabricantes de automóviles europeos que también producen en territorio norteamericano y se verían afectados por los aranceles.

Más confusión

Sin embargo, unas declaraciones del secretario del Tesoro, Scott Bessent, este domingo 6 de julio generaron más incertidumbre. Bessent explicó que Trump está informando individualmente a cada país que, si no hay un acuerdo comercial para el próximo 1 de agosto, reimpondrá los aranceles a los niveles declarados el pasado 2 de abril. La nueva fecha anunciada por Bessent parece tratarse de una extensión de la “tregua” declarada por Trump, según hará saber por carta el propio presidente norteamericano a todos los países con los que mantiene relaciones comerciales.

“Las próximas 72 horas van a ser agitadas”, declaró  el secretario en entrevista a CNN. “En las cartas diremos (a los países) que si ustedes no aceleran la situación, el 1 de agosto volverán a su nivel arancelario del 2 de abril”, añadió. Bessent indicó que el 1 de agosto “no se trata de una nueva fecha límite”, pero tampoco aclaró exactamente qué ocurrirá el próximo día 9.

“El 1 de agosto es cuando va a comenzar a suceder (la restauración de los aranceles). Y si quieren acelerar la situación, estupendo. Y si quieren regresar a al arancel original (de abril), ustedes deciden”, afirmó. En su opinión, “se van a ver muchos acuerdos dentro de muy poco“.

Bruselas, dispuesta

Ursula von der Leyen - Internacional
Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en conferencia de prensa en Bruselas
EFE

Bruselas está dispuesta a transigir y asumir que sus exportaciones a EEUU tendrán un recargo del 10% como se planteó inicialmente. Lo que sus negociadores tratan de evitar a toda costa en estos momentos es que ese recargo sea superior, ya que en el ‘Día de la Liberación’ Trump anunció unos aranceles de hasta el 20%. Hace tan solo tres meses de aquello, y el presidente estadounidense cargó con dureza contra la Comisión Europea. Dijo que el club de los Veintisiete se estaba portando “muy mal” con EEUU.

Ahora las negociaciones tampoco están siendo fáciles: en el transcurso de las mismas, EEUU ha amenazado a Europa con aranceles del 17% sobre los alimentos, según ha informado el Financial Times. Con todo, el tiempo se agota. El propio Trump avisó el pasado viernes de que negociar con 170 países era muy complicado, por lo que a partir de ese momento se empezarían a enviar cartas a todos ellos indicándoles cuál será la nueva tasa arancelaria que se le aplicaría.

De momento, todas las miradas están puestas en el próximo miércoles 9 de julio, altos cargos de la Casa Blanca también han enfatizado en los últimos meses en que se trata de una fecha a partir de la cual se podrán seguir manteniendo reuniones. En esta ardua carrera económica hay países como Vietnam que ya han conseguido arrancarle a EEUU un acuerdo satisfactorio para evitar estas tensiones comerciales.

Divisiones internas

Las teclas de Trump.
KiloyCuarto

Las negociaciones en realidad se vienen produciendo desde hace semanas, pero estos últimos días los funcionarios de Bruselas intensificaron sus contactos. El comisario europeo de Comercio, Maroš Šefčovič, viajó a EEUU y mantuvo reuniones el miércoles y el jueves con altos cargos cercanos a Trump, como es el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent.

Al mismo tiempo, Ursula von der Leyen, desde este lado del Atlántico, trataba de enfriar las expectativas. La presidenta de la Comisión Europea advirtió el jueves pasado que veía muy “difícil” lograr un acuerdo con EEUU para antes del 9 de julio. Cuando el tiempo corre en tu contra el desánimo cunde. También el cansancio o el enfado: medios como Politico también han señalado recientemente cómo las negociaciones con EEUU están ocasionando fricciones en el seno de la Unión Europea.

El origen de esas fricciones está en las palabras del canciller alemán, Friedrich Merz, que pidió a Bruselas hace días que no se obcecara en mantener una reunión larguísima con resultados complejos. Merz habló de plantear, al contrario, soluciones “sencillas y rápidas”. En otras palabras: Alemania estaría conforme con aceptar pagar un 10% de aranceles a las exportaciones a EEUU a cambio de invertir más en EEUU, si de paso se garantizan exenciones para sectores críticos, como el de la automoción o el farmacéutico.

Como Merz opinaría la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, pero otras capitales europeas no están dispuestas a ceder terreno con tanta facilidad y esos desencuentros pueden ser un enorme hándicap a la hora de alcanzar un acuerdo con EEUU en las próximas horas. Por otro lado, España es parte del club comunitario y Trump no está muy contento con el papel que desempeñó en la reciente Cumbre de la OTAN. “Les haremos pagar”, dijo entonces el presidente estadounidense.

Meloni
La presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, junto a la primera ministra italiana Giorgia Meloni
Efe

¿Y si sale mal?

Si a pesar de todo Bruselas no logra convencer a Washington, la Unión Europea tendrá que aprender a convivir con nuevos aranceles para sus exportaciones a EEUU. España fue el segundo país europeo que más bienes vendió a EEUU en 2024: el saldo comercial se cifró en 18.904 millones de euros que ahora se podrían ver comprometidos por la intervención de la Administración Trump.

Para ello la Unión Europea también tiene planes de contingencia, y aunque no han sido concretados públicamente, el más obvio es responder con aranceles a productos de EEUU en represalia. En su primer mandato en 2018, Donald Trump ya introdujo aranceles sobre el acero y el aluminio. Bruselas contraatacó con gravámenes a productos como el bourbon americano. Por esa razón Trump también amenazó hace meses con aplicar tasas arancelarias de hasta el 200% sobre el vino europeo.

Además de aplicar más aranceles en respuesta, lo que implicaría una escalada de tensiones (China y EEUU llegaron a amenazarse con aranceles de hasta el 145% este mismo año), la Unión Europea también guarda otros ases bajo la manga. Uno, llevar los gravámenes a la Organización Mundial del Comercio. Otro: impulsar programas económicos y estratégicos para garantizar la soberanía industrial del continente. El plan de rearme es uno de ellos, sin ir más lejos.

Aranceles
La Unión Europea responde a los aranceles de Trump
KiloyCuarto

El peor escenario

Ahora muchos países se afanan en alcanzar ese anhelado acuerdo con EEUU, pero también hay casos de lo contrario. Canadá ha iniciado una campaña de comunicación en estados de EEUU con votantes republicanos. Se trata de una campaña en vía pública con mensajes enormes y una frase contundente: “Los aranceles son unos impuestos que aparecen en la factura de tu compra”. Lo firma el Ministerio de Exteriores canadiense.

España ya lanzó su particular campaña de comunicación meses atrás, cuando se conocieron las primeras amenazas comerciales de Trump una vez llegó al poder. En aquella ocasión, fue una campaña doméstica: “Nuestros valores no se venden”.

Más allá de la eficacia que tenga una iniciativa de esa naturaleza, el guante ya lo están recogiendo los empresarios españoles poniéndose en el escenario de que finalmente no hay acuerdo y Trump cumpla sus amenazas. El pasado miércoles, Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, deslizó una idea en un foro público que interesa mucho en la patronal: ayudas públicas para pagar campañas publicitarias que convenzan a los usuarios de EEUU de que comprar productos españoles sigue mereciendo la pena… aunque sean más caros.