Alberto Núñez Feijóo ha puesto las cartas encima de la mesa. No ha rehuido ningún debate y, además, ha querido resituar al PP en el tablero político. Frente a quienes colocan al PP en una esquina junto a Vox, el líder popular ha movido todas las fichas y ha dejado todas las puertas abiertas menos una, la de Bildu. De este modo, el líder del PP da normalidad al diálogo con Junts, tanto para una moción de censura como de cara al futuro.
El líder del PP abre así una vía de interlocución con el partido de Carles Puigdemont y no se esconde, sino que lo deja grabado en la clausura del XXI Congreso Nacional del PP. De hecho, abortó el intento del líder de los populares catalanes, Alejandro Fernández, de vetar los pactos con Junts. Y antes, la pasada semana, había empujado esta puerta, cuando mandó a su hoy secretario general, Miguel Tellado, iniciar una ronda de contactos con todos los socios para “escucharles” sobre si mantenían o no su apoyo a Sánchez.
En este sentido, fuentes de Junts corroboran a Artículo14 que hay una “vía abierta” entre Tellado y Miriam Nogueras, la portavoz de los independentistas en la Cámara Baja, para mantener ese diálogo, a pesar de que Junts exigió que Feijóo se trasladara al extranjero para verse con el fugado Puigdemont. En Génova aseguran que el límite es la Constitución y que “no se cierran puertas”.
Y esto lo reforzó Feijóo en su discurso dejando clara su política de pactos, en la que no existe veto a los independentistas. Eso sí, no podrán marcar el “rumbo de la nación” y menos si “persisten en destruir la propia existencia de España”, según sus propias palabras.

El límite es la Constitución
Feijóo es franco y admite que no dará, para conseguir la investidura, lo que no quiere ni puede, es decir, la ruptura de la unidad de España. “No me dedico a engañar a nadie, tampoco a ellos. Fuera de la ley y la Constitución, nada de nada. Yo no voy a consentir más desafíos a nuestro país”, zanjó.
Un mensaje que llega en un momento clave, en medio de la debilidad del Gobierno de Pedro Sánchez y mientras el debate sobre la moción de censura continúa vigente. En el equipo de Feijóo insisten en que no dan los números para presentarla y Junts, que no la descarta, pone como condición una reunión Feijóo-Puigdemont en Waterloo. A esto, en el equipo de Feijóo se responde asegurando que no habrá cesión a chantajes. “No somos Sánchez”, recalcan.
Así, con los límites claros, la pelota podría estar en el tejado de Puigdemont. En que ellos pongan el “precio” al voto a favor en una eventual moción de censura.
Con todo, el PP reordena su política de pactos. Así, igual que abren la puerta a Junts, también la mantienen para Vox. El propio Feijóo lo quiso también poner de manifiesto, toda vez son el tercer partido más votado y por respeto a sus votantes. “Nadie entendería que no pactáramos con Vox”, explican en el entorno del líder popular, si los números obligan. Eso sí, una cosa son los pactos posteriores y otra la aspiración de Feijóo. Y esa pasa por gobernar en solitario. Luego, serán los españoles en las urnas, los que decidirán el resultado final, reflexionan en el PP.
Feijóo, además, sorprendió también al asegurar que se abría a entenderse con otro PSOE distinto al “sanchismo”. Y esto es un cambio. Porque cuando Feijóo llegó a Génova en 2022 explicitó un claro “no” al PSOE.
El PP unido, a por el asalto final
No se esperaba que fuera a ser tan claro. Y su discurso sorprendió y, sobre todo, gustó, según los cargos consultados por este periódico. Recibió el aplauso total de un partido que se pliega a él para la batalla final. Con la hoja de ruta clara, ahora el PP tiene que lograr que la tensión dure lo que dure la legislatura. No es una tarea menor. Pero el cónclave popular sirvió para “chutar” de energía a los cuadros medios, que son los que más ánimo necesitan para mantener a la militancia activa hasta la campaña electoral.

Es por eso que en Génova imprimen calma en la partida. “No vamos a caer en la ansiedad”, responden fuentes de la dirección nacional ante el escenario plausible de llegar “desfondados” a las elecciones si no hay adelanto, después de que el PP ya haya activado la alarma electoral. Y es que, frente a algunos barones que creen que Pedro Sánchez no llegará a otoño, en Génova no se mojan. “Con Sánchez todo es posible”.
Así, el PP sale victorioso de su congreso nacional, eufórico. Y tiene varios motivos. Ha ganado frente a la imagen de decadencia que, interpretan, ofrece el PSOE y también porque ha escenificado unidad total y cierre de filas en torno a Feijóo. “No se recuerda un Congreso así, con la sensación de que se puede llegar de verdad, desde Aznar en 1996”, aporta un líder autonómico.