Tras la DANA

Mazón se hace fuerte a la espera de la decisión final de Feijóo

El barón regresa a casa con el apoyo de Tellado. Feijóo no aclara su futuro y premia a Catalá y a Pérez Llorca, secretario general de los populares valencianos

El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón
Javier Cuadrado

Carlos Mazón era, hasta ahora, la piedra en el zapato de Alberto Núñez Feijóo. La única tacha que podía enturbiar el plácido congreso de reafirmación del líder popular. Es por eso que, tan solo hace un mes, algunos en el partido daban por descontado que el presidente de la Comunidad Valenciana no llegaría en su cargo al XXI Congreso Nacional del PP. Nada más lejos de la realidad.

El president valenciano no solo ha “sobrevivido” al cónclave, sino que se lleva a su comunidad el aplauso -al menos público- de su partido. Todos los barones le mostraron su cariño y, lo que es más, Carlos Mazón inicia su viaje de regreso a casa con el abrazo de Miguel Tellado, el nuevo secretario general y responsable de organización. Es un gesto importante del hombre con más poder interno del PP y que da continuidad al apoyo que desde el principio le ha dado.

Han tenido que pasar nueve meses del fatídico día de la Dana que dejó más de 200 muertos y en el que el president valenciano se ausentó en las peores horas de la crisis para que Mazón haya podido compartir con el resto de sus compañeros de partido un foro en el que su figura no haya generado tensiones ni tampoco titulares. Tampoco manifestaciones. El estado de euforia era tal que apenas cabía margen para otro tipo de cuestiones.

El propio Carlos Mazón valoró el domingo sentirse “perfectamente respaldado” por el PP, del que dijo está “muy orgulloso” de lo que se está haciendo en la Comunidad Valenciana. Con esa impresión se marchó, ante la pregunta de si cree que tiene el apoyo para gobernar hasta 2027.

La decisión final de Feijóo

Lo cierto es que, a pesar de esta aparente normalidad que han escenificado los líderes autonómicos y cargos intermedios del PP con Mazón, la opinión del partido sobre su futuro político sigue siendo la misma. No hay ningún dirigente, de los consultados por Artículo14, que defienda que la situación política de Carlos Mazón haya cambiado a mejor. “Feijóo no cambia de opinión, por tanto, si ya dejó clara su posición, no ha tenido porque cambiarla”, explica un veterano dirigente.

De fondo, lo que se interpreta en el partido es que se ha “despedido” a un dirigente que ya está fuera del PP, aunque políticamente resista. Interpretan que Feijóo no ha decidido todavía el momento de pulsar el botón. Pesa mucho la forma a proceder porque la Comunidad Valenciana es “una plaza electoral muy importante” para el PP para llegar a La Moncloa.

Algunas fuentes apuntaban que el mes de agosto, aprovechando el tiempo estival, podía ser el elegido por el líder nacional para culminar la operación relevo en Valencia. Hoy, en Génova, se evita alimentar esta tesis y en la Comunidad Valenciana lo dejan en un segundo plano. “La ratificación personal hace mucho que dejó de preocuparme”, respondió el propio Mazón al llegar al cónclave popular el viernes.

El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón
Javier Cuadrado

Aun así, no ha pasado desapercibido que precisamente Feijóo haya decidido incluir en el Comité Ejecutivo Nacional al secretario general del PPCV y portavoz del grupo parlamentario en las Cortes Valencianas, Juanfran Pérez Llorca. Junto a él, y por designación expresa de Feijóo, la alcaldesa de Valencia, María José Catalá. Continúan también en este órgano Luis Barcala, alcalde de Alicante, y Alberto Fabra, expresidente de la Generalitat.

A favor de la dirección nacional del PP, y también de Mazón, juegan los estatutos del PP. El equipo de la ponencia estatuaria ha modificado los estatutos populares para evitar la obligación de que los congresos autonómicos y provinciales deban efectuarse dentro “de los cuatro meses siguientes” al Congreso Nacional. Ahora, se flexibiliza el espacio de tiempo. De esta manera, Feijóo tiene autoridad para poder convocarlo en el momento que precise. Esto demuestra que Génova no quiere precipitarse. Lo mismo puede sobreentenderse con Cataluña, donde el congreso regional está pendiente desde 2022 y con la incógnita de la continuidad de Alejandro Fernández en el aire.

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