Política monetaria

El BCE se aferra al 2% y enfría las expectativas de recortes para 2026

Los buenos datos de previsión de crecimiento y la inflación controlada en torno al objetivo limitan la posibilidad de ajustes a la baja de cara al próximo año: "No hay motivos para que el banco central modifique su postura"

Christine Lagarde, comparece en rueda de prensa tras la reunión del Consejo de Gobierno del BCE en Fráncfort del Meno, Alemania, este jueves.

El Banco Central Europeo se muestra más que cómodo con los tipos de interés en el 2%. Según explicó la presidenta, Christine Lagarde, durante la rueda de prensa de ayer, los 25 responsables de política monetaria -seis miembros del Comité Ejecutivo y 19 gobernadores centrales- coincidieron en mantener por cuarta vez consecutiva el precio del dinero estable. Esta, además de ser la última reunión de 2025, será la última con 25 integrantes, ya que a partir del 1 de enero del próximo año Bulgaria se incorporará a la eurozona, elevando a 20 el número de países que emplean la divisa europea como moneda oficial.

La entrada de uno de los países con mayor inflación de todo el bloque comunitario, del 3,5% frente al 2,1% de la zona euro en el pasado mes de noviembre, según datos de Eurostat, agotará aún más las posibilidades de que la autoridad monetaria acometa nuevos recortes de las tasas. Desde el pasado mes de junio el BCE no ha movido el coste de financiación. De cara al próximo año, algunas casas de análisis como ING ya vaticinan un ejercicio en plano. Así, Carsten Brzeski, responsable global de investigación macroeconómica del banco naranja, asevera que solo “un descenso severo de la inflación y del crecimiento” haría que el banco entrase de nuevo en una espiral expansiva. En este sentido, la entidad encabezada por Lagarde ya habría encontrado su tipo neutral, a la vez que suelo, en el rango actual.

De esta manera, la tasa de depósito (DFR) se mantendrá en el 2%, la tasa de referencia para las operaciones principales de refinanciación (MRO) en el 2,15% y la facilidad marginal de préstamo (MLF) en el 2,40%. Al menos hasta que un cambio en las proyecciones aparezca.

Reunión a reunión

La filosofía de Lagarde parece clara. La exdirectora del Fondo Monetario Internacional (FMI) tiene por objetivo continuar con su política de “reunión a reunión” para tomar decisiones ante el contexto de alta incertidumbre que todavía se respira en Europa por la inestabilidad política de Francia, las reformas fiscales de Alemania y los efectos de los aranceles de Trump y el miedo a nuevas represalias comerciales de Washington. Ante este frenazo, las posiciones de los halcones van cogiendo fuerza.

No obstante, la presidenta, aunque de manera indirecta, no confirmó las declaraciones de la miembro del Consejo del ala más rígida, Isabel Schnabel, realizadas en Bloomberg una semana antes, en las que había señalado que el próximo ajuste de los tipos del BCE sería un aumento. Para Lagarde, en cambio, todas las opciones –recorte, subida o mantenimiento- permanecen igualmente sobre la mesa, tal y como reconoció durante su intervención.

Mejoras de PIB

En las próximas reuniones, la institución tendrá en cuenta las actualizadas proyecciones de crecimiento e inflación presentadas para el presente año y los tres posteriores, hasta que en marzo evalué unas nuevas. Al igual que hizo en el pasado septiembre, el equipo de economistas del BCE ha revisado en diciembre al alza sus expectativas de progreso económico para la zona euro. Según sus últimas estimaciones, el PIB crecerá un 1,4% en 2025, frente al 1,2% valorado anteriormente. Y alcanzará un 1,2% en 2026, frente al 1% previsto. Para 2027, se anticipa un crecimiento del 1,4%, ligeramente superior al 1,3% pronosticado antes. Además, el BCE ha incluido por primera vez una predicción para 2028, para el que calcula un aumento del PIB del 1,4%.

Las cifras reflejan la confianza del organismo en una recuperación gradual de la economía de la eurozona. Respaldada por el control de la inflación y la continuidad de las políticas monetarias que buscan mantener la estabilidad financiera en el área. Además, estas previsiones de crecimiento más sólido diluyen las opciones de nuevos recortes de cara a las próximas reuniones.

Inflación

En cuanto a la inflación, la eurozona registró un 2,1% interanual en noviembre, sin variación respecto al mes anterior. Mientras, en la Unión Europea el incremento fue del 2,4%, ligeramente inferior al mes previo.

Las estimaciones del coste de vida también muestran ajustes. Para 2025, el BCE mantiene su previsión en un 2,1%, sin cambios respecto al cálculo anterior. En 2026, la inflación se situaría en 1,9%, por encima del 1,7% proyectado previamente. Y se mantendría estable en 1,9% en 2027. Para 2028, se espera que alcance el 2%, coincidiendo con el objetivo del banco central.

Los datos anticipan un periodo de precios relativamente estables durante los próximos tres años. Así, “con la inflación prevista en torno al 2 % o ligeramente por debajo, y el crecimiento esperado cercano a su nivel potencial, no hay motivos para que el banco central modifique su postura de política monetaria a corto plazo. Ni al alza ni a la baja”, zanja Brzeski.

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