Reunión convulsa del Consejo de Administración de Indra. Los contratos firmados entre el Gobierno y las empresas israelíes, en los que ha participado Escribano (EM&E) a través de su firma con Elbit en la fabricación de lanzacohetes por 700 millones de euros, y las publicaciones acerca de la posible fusión con EM&E -que, controla el 14,3% del capital de la multinacional tecnológica-, ha provocado un ambiente tenso dentro de la empresa que se ha pulsado en la junta de la compañía celebrada este miércoles.
Según informan fuentes de la multinacional, el presidente Ejecutivo, Ángel Escribano, y su hermano Javier, consejero de la compañía y, a su vez, presidente de Escribano (EM&E) -en la que se encuentra al 50% con Ángel- no han estado presentes.
La reunión ha girado en torno a la hipotética fusión con EM&E, y las dudas acerca de la conveniencia de la operación ha generado que se congele.
Además de los Escribano -que deben abstenerse en una votación- el Consejo está formado por el consejero delegado, José Vicente de los Mozos, y 13 vocales, de los que siete son independientes. Dado que Indra es una empresa cotizada, una operación de integración con otra compañía debe pasar primero por una votación en el Consejo.

Según se ha desprendido en la reunión de este miércoles, la SEPI -Sociedad Estatal de Participaciones Industriales-, que suma el 28% del accionariado de la tecnológica, y está representada en el Consejo de Administración por tres vocales dominicales-, ha decidido enfriar la posible fusión con EM&E, y afirman que no ha entrado en el asunto. La SEPI es el brazo inversor del Gobierno, que depende del ministerio de Hacienda. SAPA (con el 7,94% de participación), está representada por un vocal dominical, y Amber Capital (7,24 de participación), por otro. El consejero de este fondo, presidido por Joseph Oughourlian (presidente del grupo PRISA), ha abogado por la prudencia.
Por su parte, los siete consejeros independientes han dado un paso más y han solicitado la dimisión del presidente, Ángel Escribano. A su juicio, se da “un caso mayúsculo de conflicto de intereses” al estar Javier Escribano dentro del Consejo de Administración, y a su vez ser presidente de EM&E.
De tal manera que, según informan las fuentes consultadas que trabajan en la multinacional, no se ha avanzado ni aprobado nada, y se ralentiza la posible fusión en contra de la estrategia de aceleración de los Escribano.
Desgaste político para el Gobierno
En definitiva, el Gobierno sopesa una fusión que le supondría un desgaste político, dado que sus socios de Gobierno planean calentar a la opinión pública por los contratos en armamento con el país hebreo. Según informan, estas firmas “han hecho mella” en el distanciamiento de la SEPI y su manera de congelar la fusión.
Desde la masacre perpetrada por Hamás en Israel el 7 de octubre de 2023, la acción exterior del Ejecutivo de Sánchez ha estado claramente marcada por una postura pro palestina, según la que se ha llegado a afirmar públicamente que suspenderían los contratos entre España y el país gobernado por Benjamín Netanyahu. Sin embargo, lejos de ser así, se han mantenido más de 46, según el estudio de Centre Dèlas. El partido político de SUMAR, que encabeza la vicepresidenta Yolanda Díaz, no es partidaria de hacer una política muy sangrante y de enfrentamiento con Sánchez respecto a este tema, pero Podemos amenaza con ser caldear el ambiente y su formación no puede quedar atrás al respecto. Este periódico ya informó de que Díaz elevará la presión a Sánchez para rescindir los contratos y no dejarse arrebatar el discurso por el partido de extrema izquierda.

Y, en este sentido, el Ejecutivo se encuentra en una encrucijada. Por un lado, no le conviene descontentar a sus socios de Gobierno, y por otro se encuentra en la tesitura de suspender contratos valorados en 1.000 millones de euros, en plenas fases de desarrollo, y en la circunstancia añadida de no tener una industria solvente en Defensa, tras décadas sin dar prioridad a las inversiones en el sector.
Fuentes de la industria en Defensa, en conversación con este medio, informan de que EM&E estaría actuando como un “caballo de Troya” entre el Ejecutivo de Sánchez y los israelíes, ya que se trata de una estrategia en la que todos ganan. “Es muy fácil para el Gobierno ocultar la presencia de israelíes colocando a Escribano de pantalla. Y es muy fácil para quien quiere contratar con el Gobierno utilizar a Escribano como punta de lanza. Ya no contratas a un señor extranjero sino que contratas a Escribano, que a su vez trabaja con los israelíes”.
EM&E ha pasado de ser un taller de Coslada a ser una empresa que factura alrededor de 400 millones de euros. Entre los méritos para pasar de ser una pyme, a estar entre las posibilidades de fusión con una empresa del Ibex 35 se encuentra un gran respaldo financiero de organismos públicos, que en los últimos años suma más de 65 millones.
Se estima que la valoración de compra de EM&E ronda los 1.000 millones de euros, una jugosa operación para el imperio de los Escribano en la que el cántaro no está del todo sujeto.