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Padres digitales: ¿Cómo educar a tus hijos para que usen el móvil con cabeza?

Cada vez más hogares apuestan por planes compartidos, como las tarifas familiares de Vodafone, diseñadas para fomentar un uso responsable de la tecnología en casa a través de herramientas de control parental

La futura norma española exige a los operadores controles parentales que chocan con el Reglamento de Servicios Digitales de la UE.
KiloyCuarto

El móvil se ha convertido en el centro de la vida familiar: sirve para estudiar, trabajar, entretenerse y mantener el contacto entre generaciones. Sin embargo, esa conexión constante exige aprender a gestionarla con responsabilidad y equilibrio. Cada vez más hogares apuestan por compartir la conectividad dentro de planes familiares que facilitan el control y el ahorro. Bien lo saben operadoras como Vodafone, cuyas tarifas conjuntas de fibra con 2, 3 o 4 líneas móviles y televisión desde 49 euros al mes — van dirigidas justamente a las familias españolas que buscan bienestar digital y entretenimiento para todos sus miembros.

El peligro de los móviles según un experto en crianza digital
El peligro de los móviles según un experto en crianza digital

El móvil como herramienta esencial y sus riesgos

En la era digital, el dispositivo móvil ya no es solo un accesorio: se ha convertido en la ventana principal de comunicación, ocio y aprendizaje para niños, niñas y adolescentes. Pero, al mismo tiempo, su omnipresencia plantea una doble cara: aquellas conexiones que abren oportunidades también pueden generar riesgos para el bienestar digital, la seguridad online y la convivencia familiar.

Según un estudio de UNICEF España titulado Impacto de la tecnología en la adolescencia. Relaciones, riesgos y oportunidades, participaron 50.000 adolescentes en España. El informe ofrece “una fotografía muy precisa de cómo usan la tecnología” y advierte que la conectividad ubicua no siempre se acompaña de una supervisión adecuada.

Por su parte, el INCIBE (Instituto Nacional de Ciberseguridad) muestra que, entre menores de 12 a 14 años en Europa, un 27 % ha quedado en persona con alguien conocido solo por Internet, cifra que en España se sitúa en torno al 44 % entre los 15 y 16 años.

Estos datos permiten constatar que la tecnología móvil es un aliado, pero también exige responsabilidad de las familias para garantizar que esa conectividad sea saludable, segura y educativa.

Hábitos digitales en adolescentes en España

El móvil ya es prácticamente “propio” desde edades tempranas. Según la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) y UNICEF España, el 92,2 % de los estudiantes de 1º y 2º de la ESO disponen de smartphone, y casi el 95 % de los adolescentes tienen conexión a Internet con una línea móvil.

Del mismo modo, un informe del Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI) indica que los menores exponen niveles crecientes de uso de pantallas, apps y redes sociales, lo que incrementa también la exposición a riesgos como adicción digital, pérdida de sueño o ansiedad por el “no estar conectado”.

Estas cifras no solo muestran una transformación social —las familias están más conectadas que nunca— sino que también evidencian la necesidad de establecer límites, supervisión y diálogo alrededor del uso del móvil.

Es importante que los padres usen las herramientas de control parental para limitar el acceso de sus hijos a ciertos contenidos

Qué es el bienestar digital

El concepto de “bienestar digital” se refiere a aquel estado en que las personas usan la tecnología móvil de manera equilibrada, segura y consciente, sin sacrificar el descanso, la interacción real o la salud mental.

Para los adolescentes, esto implica aprender a desconectar cuando es necesario —por ejemplo, evitando el uso del móvil justo antes de dormir— y contar con un control o una supervisión razonable del tiempo de pantalla y las aplicaciones que utilizan. También supone mantener la privacidad y el respeto hacia los demás, así como protegerse frente a los riesgos del entorno digital, como el ciberacoso, el sexting o el grooming. Todo ello debe apoyarse en una colaboración familiar que ayude a establecer reglas claras sin caer en la prohibición absoluta.

La educación de este bienestar digital depende tanto de los hábitos de los propios menores como del acompañamiento de los adultos —padres, madres, tutores— que con su ejemplo establecen el tono del uso de la tecnología. UNICEF recuerda que “la educación es clave para salvar la brecha digital” y que los adultos deben actuar como “mayores influencers” en el entorno digital de los menores.

Herramientas y recomendaciones de uso responsable

Aquí es donde las familias pueden recurrir a soluciones concretas y programas de los operadores para facilitar el control, la supervisión y el acompañamiento digital. Por ejemplo, Vodafone ofrece dentro de su ámbito de servicios para el hogar y móvil instrumentos de gestión de la conectividad familiar que refuerzan el bienestar digital.

Control parental en móviles
Es importante que los padres usen las herramientas de control parental para limitar el acceso de sus hijos a ciertos contenidos
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Algunas buenas prácticas pueden marcar la diferencia en la educación digital de los menores. Una de las más eficaces es establecer juntos un pacto digital familiar que incluya horarios de uso del móvil, zonas sin pantalla —como la mesa o el dormitorio— y acuerdos sobre qué aplicaciones o redes sociales se pueden instalar. También resulta útil recurrir a herramientas de control parental que permitan bloquear contenido inapropiado, fijar límites de tiempo o activar la geolocalización cuando sea necesario, siempre desde el diálogo y la transparencia.

Además, conviene enseñar al menor a desactivar notificaciones, evitar el móvil antes de dormir y dejarlo sin carga o fuera de la vista durante ciertas horas. Promover un uso consciente también es clave: interesarse por qué hace en el móvil, qué aplicaciones utiliza o cómo se relaciona en línea ayuda a crear un entorno de confianza. En este sentido, apostar por operadores comprometidos con la seguridad digital, como Vodafone —que integra servicios de gestión y control para supervisar la experiencia online sin limitar la autonomía—, puede ser un gran apoyo. Por último, revisar de forma periódica la configuración de privacidad en los dispositivos y redes sociales es esencial; según el INCIBE, la mediación parental, las aplicaciones de control y la formación continua son herramientas fundamentales para lograrlo.

Conclusión: educar en tecnología responsable

El móvil y la conectividad forman parte integral de la vida familiar moderna: comunicación, aprendizaje, ocio, socialización. Pero esta integración requiere un acompañamiento consciente. El uso responsable del móvil no es solo cuestión de prohibir o limitar, sino de enseñar, supervisar, acompañar y dialogar.

En este escenario, las familias conectadas encuentran un aliado en aquellos operadores que, además de ofrecer cobertura y servicios, facilitan instrumentos para el bienestar digital y el control parental. Vodafone, gracias a sus iniciativas y tarifas familiares, pone a disposición de los hogares herramientas de control y supervisión que refuerzan este acompañamiento responsable sin renunciar a la calidad de la conexión.

Fomentar un uso saludable y seguro del móvil entre adolescentes significa invertir en su autonomía digital, en su bienestar y en la tranquilidad de las familias. Y en ese camino, la tecnología —bien guiada— puede convertirse en una aliada para la igualdad, la seguridad y la convivencia de todas y todos.

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