¿Es necesario inmunizar a toda la población infantil?

Vacunas debate

Las vacunas reducen la mortalidad, erradican enfermedades y frenan la circulación de los virus. Así lo defiende el doctor Ignacio Salamanca en este debate. Pero hay una parte de la población que teme sus efectos adversos, como Noelia Vivar y Federico Sánchez, cuyo hijo murió antes de cumplir los tres años

A FAVOR
Ignacio Salamanca
Médico

"Hay evidencia científica para confiar en las vacunas"

Es importante vacunar y también seguir fortaleciendo los programas de inmunización para combatir eficazmente enfermedades que se pueden prevenir. Hay que hacer un esfuerzo para que la cobertura no disminuya, y aquí los sanitarios juegan un papel decisivo para solventar las dudas o temores que puedan tener los padres. Las vacunas no son obligatorias, pero somos uno de los países líderes en el calendario vacunal.

Lo principal, si hay un brote en un grupo de población resistente a vacunar a sus hijos, es que esté bien localizado para que no se convierta en un nicho de la enfermedad con riesgo de originar un problema serio de salud pública. En comunidades con baja cobertura vacunal, un solo caso puede desencadenar un brote significativo al extenderse rápidamente. Los principales afectados son los niños pequeños y personas vulnerables.

Hay suficiente evidencia científica para confiar en las vacunas y, por otra parte, la industria farmacéutica está mejorando y desarrollando continuamente sus estrategias de inmunización. Una amplia mayoría de los ciudadanos entiende que las vacunas son esenciales para la salud y la protección individual y colectiva. Por supuesto, hay consenso en las sociedades científicas en cuanto a seguridad, eficacia y necesidad de vacunar a los niños. No debemos bajar la guardia a la hora de combatir la desinformación, ayudar a superar miedos, rechazos o vacilaciones y promover la confianza de las familias.

EN CONTRA
Noelia Vivar
Asociación de Afectados por las Vacunas

"Los padres no recibimos información en cuanto a composición, presencia de tóxicos o riesgos"

La principal razón de ser de cualquier medicamento o vacuno es no hacer daño, además de curar o prevenir. Esto falló después de vacunar a nuestro primer hijo, Lucas, nacido en 2010. No somos antivacunas. Confiamos en la medicina, pero no tuvimos ninguna respuesta cuando, después de que le administrasen en el sexto o séptimo mes de vida la vacuna hexavalente Infanrix empezó a tener efectos adversos. Era un niño sano cuando nació y, antes de cumplir los tres años, falleció.

Los dos hijos que vinieron después están sin vacunar. Ni siquiera nuestras mascotas están vacunadas. Es una decisión muy firme pensando en la vida de nuestros hijos y su integridad. Los padres no recibimos información en cuanto a composición, presencia de tóxicos o riesgos. Tampoco hay una respuesta cuando se notifica a los sanitarios una reacción adversa. Si algo sale mal, nos encontramos absolutamente desamparados. Ni siquiera se ocuparon de ponerse en alerta por el bien de otros pacientes. No sé si los fallos o las reacciones tan adversas como la de nuestro hijo es algo anecdótico, lo que sé es que las vacunas no siempre son seguras.

¿Qué podría devolvernos la confianza? La garantía de que existen vacunas efectivas, seguras y sin ningún compuesto tóxico, la seguridad de que la inmunidad no implica poner riesgo la salud de quien se vacuna.

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