En Europa y al otro lado del charco crecen las corrientes que apelan a ciertos valores tradicionales de la mano de políticos como Milei o Donald Trump. ¿Deberíamos validarlas? Nos dan su opinión Maica Tejeiro, miembro de Profesionales por la Ética, y la psicóloga argentina Beatriz Goldberg
“Debe reconocerse como categoría laboral”
El feminismo radical que los ideólogos de género están intentando imponer ha convertido la clásica lucha de clases del marxismo en una lucha de sexos. Y en ningún caso quieren ver las diferencias positivas entre el varón y la mujer. Según esta corriente ideológica que está impregnando Occidente, toda auténtica mujer debe odiar lo masculino, concebir el aborto como un derecho reproductivo irrenunciable, negar la paternidad, repudiar la maternidad, el trabajo doméstico y el cuidado y educación de los hijos. Para los ideólogos de género, todas las mujeres que no comparten estos ideales no son mujeres válidas para nuestro tiempo ya que están sometidas a la ideología machista.
En contraposición a esta propuesta, desde Profesionales por la Ética defendemos que hombres y mujeres deben reafirmar su identidad y complementariedad para beneficio propio, de la familia, el trabajo y la sociedad. En concreto, la identidad femenina se realiza plenamente en reciprocidad con el hombre, aportando estabilidad y bienestar común. Hay que destacar que la maternidad posee un valor y dignidad únicos, siendo una ventaja para las mujeres en el trabajo y para la sociedad en su conjunto.
Dedicarse a la familia plenamente fortalece el desarrollo e identidad personal de la mujer. Su papel en el mundo debe crecer libre de imposiciones ideológicas, extorsión, discriminación y violencia. Por todo esto, a los políticos nacionales y a la comunidad internacional pedimos garantizar la libertad de la mujer para elegir dedicarse a la familia mediante políticas que concilien la vida laboral y familiar.
Pedimos proteger la situación vulnerable del trabajo doméstico y la dedicación exclusiva a la familia reconociendo esta como categoría laboral. Además, pedimos la protección internacional para las mujeres trabajadoras y madres, erradicando cualquier discriminación.
“Hay formas de conseguir la conciliación familiar”
En mi libro No le tengo envidia a los hombres, doctor Freud, escribí sobre la esencia femenina. Ni feminismo ni machismo. La mujer pueda tener todos los lugares del poder desde su espacio femenino: puede ser madre, trabajar, emprender, encontrar el equilibrio entre todas las tareas. Si elige quedarse en el hogar, tiene que hacerlo unilateralmente, sin que el hombre le diga sí o no. A la gente le está costando encontrar ese equilibrio, no sabe cómo hacer para no dejar de lado la carrera y también poder desarrollarse. Hay formas de conseguir la conciliación familiar, como las guarderías.
En Argentina, las políticas de Milei no van a contramano del empoderamiento. Él no promueve la vuelta al hogar, más bien habla de la libertad en cuanto a sus funciones. De hecho, hay muchas mujeres en el poder, con carteras y cargos públicos importantes. Esta es la idea de mujer fuerte que tiene él.
La mujer quiere trabajar, y trabaja mucho, y también tener su propio desarrollo personal. Ha corrido tanto que incluso se ha desplazado. Se autoexige demasiado y agregó tantas cosas en el empoderamiento que no dejó nada. Se le pide ser linda, simpática, atractiva, actualizada… Es un desgaste muy fuerte y posiblemente en alguna etapa bajará los brazos. Deberíamos encontrar el fino equilibrio entre ejercer la profesión y la vida familiar.
Si algo de lo que has leído te ha removido o sospechas que alguien de tu entorno puede estar en una relación de violencia puedes llamar al 016, el teléfono que atiende a las víctimas de todas las violencias machistas. Es gratuito, accesible para personas con discapacidad auditiva o de habla y atiende en 53 idiomas. No deja rastro en la factura, pero debes borrar la llamada del terminal telefónico. También puedes ponerte en contacto a través del correo o por WhatsApp en el número 600 000 016. No estás sola.