Aunque es improbable, la posibilidad se puede abordar desde planteamientos diferentes. Debaten Belén Arribas, abogada experta en Derecho TIC y presidenta de ENATIC, y Susanna Antequera, abogada de familia y Top100 Mujeres Lideres España 2024
“El despliegue es cada vez mayor, pero hay que hacer un uso ético”
La IA se está desarrollando con fuerza en el ámbito jurídico. En la abogacía digital hay un despliegue cada vez mayor con diferentes sistemas que están ayudando a la revisión de documentos y sentencias, incluso permiten adelantarse a posibles resultados en un pleito. Es decir, para ganar eficiencia. Con mayor o menor énfasis, según la visión de cada despacho y sus recursos, la IA está presente, pero hay que ser cuidadosos para hacer un uso ético y responsable.
Las IA todavía fallan, tienen alucinaciones. Es decir, pueden redactar un texto maravilloso, pero citar artículos equivocados con el riesgo de vulnerar derechos humanos fundamentales. Siempre bajo supervisión humana al principio del proceso (para saber qué preguntar) y al final (para supervisar) ya son una herramienta muy eficiente.
Su avance está motivando que tanto los jueces como los abogados están desplegando sistemas de IA en sus procesos e irá ganando en eficiencia. De hecho, los despachos cada vez están contratando menos abogados junior. ¿La IA va a sustituir a un abogado? No, al menos a corto plazo. Pero sí le sustituirá un abogado que la usa. Es un cambio de era que nos obliga a repensar muchas cosas.
“Los juicios no son solo aplicación mecánica de normas”
A corto o a medio plazo, no es probable que la IA sustituya a un abogado en sala. Los juicios no son solo aplicación mecánica de normas, sino también estrategia, persuasión y manejo de la comunicación humana, aspectos donde la confianza, la empatía y la credibilidad personal son clave. Además, hay limitaciones legales y éticas: los códigos deontológicos y las leyes procesales exigen la representación por abogados colegiados. Lo que sí veremos es IA como asistente en tiempo real (sugerir jurisprudencia, redactar argumentos, detectar contradicciones). De hecho, actualmente están potenciando estas herramientas de apoyo para agilizar nuestro trabajo.
Algunas habilidades de la abogacía son difícilmente replicables por un algoritmo. La empatía y conexión humana: escuchar, comprender y transmitir confianza a un cliente; la persuasión oral y retórica, es decir, la capacidad de convencer a un juez, jurado o parte contraria con matices emocionales; la creatividad jurídica o estrategia: encontrar interpretaciones innovadoras de la norma o vías alternativas de defensa. O la ética y criterio profesional: tomar decisiones basadas no solo en datos, sino en valores, justicia material y responsabilidad.
La IA ya se usa y es muy útil en revisión documental, búsqueda jurisprudencial y doctrinal, automatización de escritos y también en la gestión de despachos. Es importante que seamos más listos y espabilados que la IA porque no es perfecta y se equivoca. Debemos desarrollar y mantener la capacidad en detectar que la información facilitada es fiable.
No veremos -espero- cómo reemplazará al abogado en lo esencial (ética, empatía, estrategia y oratoria), pero sí multiplicará su eficacia en tareas repetitivas y de análisis, liberando tiempo para lo más humano y estratégico del ejercicio.
Si algo de lo que has leído te ha removido o sospechas que alguien de tu entorno puede estar en una relación de violencia puedes llamar al 016, el teléfono que atiende a las víctimas de todas las violencias machistas. Es gratuito, accesible para personas con discapacidad auditiva o de habla y atiende en 53 idiomas. No deja rastro en la factura, pero debes borrar la llamada del terminal telefónico. También puedes ponerte en contacto a través del correo o por WhatsApp en el número 600 000 016. No estás sola.