CASTILLA Y LEÓN

La mayor concentración de arte románico de Europa se esconde en esta zona de Castilla

Uno de las etapas de la historia que más huella arquitectónica han dejado en España es el románico, donde destaca la provincia de Palencia con muchas joyas escondidas

Iglesia de San Martín de Tours, en Frómista

En la provincia de Palencia se oculta uno de los mayores tesoros artísticos de Europa: más de doscientas iglesias y ermitas románicas salpican su geografía, desde los valles del Cerrato hasta las montañas del norte. Ninguna otra zona del continente conserva una concentración tan densa y tan bien preservada de templos medievales. Este patrimonio, levantado entre los siglos XI y XIII ofrece una lección magistral de arquitectura y escultura.

El románico palentino surgió en un momento de expansión cristiana y repoblación durante la Reconquista, cuando los monarcas y las órdenes monásticas impulsaron la construcción de templos para consolidar la fe y la presencia en los nuevos territorios. Su seña de identidad son las formas sobrias, las bóvedas de cañón, los arcos de medio punto y los capiteles tallados con escenas bíblicas, animales fantásticos y símbolos de la vida cotidiana medieval.

Los mejores ejemplos del románico palentino

1. San Martín de Frómista: la perfección del románico

La primera parada es obligada: la iglesia de San Martín de Tours, en Frómista, considerada la joya más pura del románico europeo. Construida a mediados del siglo XI, su planta basilical, los tres ábsides semicirculares y las torres cilíndricas gemelas forman una composición de equilibrio casi matemático. En su interior, los capiteles narran escenas bíblicas con un detalle sorprendente. Situada en pleno Camino de Santiago, esta iglesia fue restaurada en el siglo XIX, lo que permitió devolverle su aspecto original y convertirla en un referente para historiadores y viajeros.

Iglesia de San Martín de Tours, en Frómista

2. Santiago de Carrión de los Condes

A poco más de 20 kilómetros, en Carrión de los Condes, se alza la iglesia de Santiago, célebre por su friso esculpido con Cristo en Majestad rodeado de los Apóstoles. Este relieve, de gran expresividad y precisión, resume la función didáctica del arte románico: enseñar la fe a una población que no sabía leer. La cercana iglesia de Santa María del Camino y el monasterio de San Zoilo completan la visita a esta localidad, uno de los enclaves más importantes del románico jacobeo.

3. San Juan Bautista de Moarves de Ojeda

Desde Carrión, la ruta se adentra en la comarca de La Ojeda, una zona donde el románico alcanzó una refinada calidad técnica. En el pequeño pueblo de Moarves de Ojeda se encuentra la iglesia de San Juan Bautista, cuya fachada occidental luce un friso que rivaliza en belleza con los mejores del Camino. Tallado en piedra rojiza, muestra a Cristo en el centro, flanqueado por los Apóstoles en un conjunto de sorprendente dinamismo.

4. Santa María la Real de Aguilar de Campoo

Continuando hacia el norte, la ruta alcanza Aguilar de Campoo, epicentro del románico palentino. Allí se levanta el monasterio de Santa María la Real, fundado en el siglo XI y hoy convertido en sede de la Fundación Santa María la Real – Centro de Estudios del Románico, que ha sido clave en la conservación y divulgación de este legado. Su iglesia abacial y su claustro son ejemplos monumentales del románico monástico. También su museo, el ROM, ofrece una excelente introducción al conjunto artístico de la provincia. Muy cerca, la ermita de Santa Cecilia de Vallespinoso de Aguilar, encaramada a una roca, ofrece una de las imágenes más pintorescas del viaje.

5. San Salvador de Cantamuda

La ruta culmina en la Montaña Palentina, donde el románico se funde con el paisaje de valles y cumbres. En el corazón de la comarca de La Pernía se alza la colegiata de San Salvador de Cantamuda, un templo majestuoso que domina el valle. Su espadaña, visible desde la distancia, se integra con la piedra del entorno. Dentro, la sobriedad de sus líneas y la serenidad de la luz que entra por los pequeños ventanales transmiten la espiritualidad que inspiró a los canteros medievales.

San Salvador de Cantamuda, en Palencia
ShutterStock
TAGS DE ESTA NOTICIA