Cataluña

El tesoro mejor escondido de Cataluña: un pueblo con más de 1.000 años de historia y una torre medieval del siglo XIII

Aunque es uno de los municipios más pequeños de Girona en extensión y población, su valor histórico lo convierte en un gigante patrimonial

Palau-Sator - Sociedad
Una fotografía de archivo del centro de Palau-Sator.
Wikipedia

En pleno corazón del Baix Empordà, se alza Palau-Sator. Un municipio que conserva uno de los cascos medievales mejor preservados de Cataluña. Aunque muchos turistas acuden cada año a la Costa Brava para disfrutar de sus playas, pocos saben que, a escasos kilómetros del litoral, se esconde este pueblo con más de 1.000 años de historia y una torre medieval del siglo XIII que vigila desde lo alto las calles empedradas.

Palau-Sator, una cápsula del tiempo

Recorrer Palau-Sator es entrar en una cápsula del tiempo. La Torre de las Horas, construida en el siglo XIII, se erige como puerta de entrada a un recinto amurallado que aún conserva gran parte de su trazado original.

Desde lo alto, en otro tiempo, se controlaba el acceso a la villa y se protegía a sus habitantes de posibles invasores. Hoy, el visitante que atraviesa ese arco de piedra siente la misma impresión que pudieron sentir los viajeros medievales al entrar en el núcleo amurallado.

Uno de los grandes tesoros de Palau-Sator son sus murallas medievales. Aún se aprecian los restos de los torreones defensivos que daban fuerza a la fortificación y que convertían a esta villa en un enclave estratégico en la Edad Media. El castillo, documentado desde el siglo XI, fue el corazón político y militar del pueblo, y aunque hoy está integrado en viviendas particulares, su estructura sigue marcando la fisonomía del conjunto.

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La iglesia de San Pedro, también medieval, completa un patrimonio que permite comprender la vida de una pequeña comunidad del Empordà hace nueve siglos.

El trazado medieval se mantiene vivo

Lo más impactante de Palau-Sator no es solo la monumentalidad de sus murallas o su torre medieval, sino la forma en que se ha mantenido intacto el trazado urbano del pueblo. Calles estrechas, empedradas y sinuosas forman un laberinto en el que cada esquina ofrece una postal del medievo.

El silencio y la calma que hoy se respiran contrastan con el bullicio que debió existir siglos atrás, cuando la villa estaba llena de campesinos, artesanos y soldados.

Mientras otros pueblos del Empordà se han convertido en destinos masificados, Palau-Sator sigue siendo un rincón secreto, un tesoro escondido en Cataluña. Apenas unos cientos de habitantes conviven con un turismo discreto y respetuoso, lo que ha permitido conservar la esencia del lugar.

Palau-Sator - Sociedad
Una fotografía de archivo de una calla de la localidad catalana de Palau-Sator.
Wikipedia

Pasear por su casco histórico no es lo mismo que recorrer un decorado. Aquí las murallas, los muros de piedra y los portales siguen cumpliendo su función, integrados en la vida cotidiana.

Una historia que se remonta a hace más de mil años

Los primeros documentos que mencionan a Palau-Sator se remontan al siglo XI. En aquel entonces, el castillo servía como centro de poder feudal en el Empordà.

El nombre del pueblo procede del latín Palatium Satoris, que significa “palacio del sembrador”, y hace referencia a su origen agrícola y señorial. Con el paso de los siglos, la villa se convirtió en un pequeño núcleo fortificado que sobrevivió a guerras, saqueos y epidemias.

Hoy, mil años después, Palau-Sator es un ejemplo de cómo la historia se conserva en la piedra y en la memoria de sus habitantes.

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